Por Claudia Cagigas
“No soy nadie para hacer de voceros de buenas acciones, pero estaría bueno decirle a los chicos que hay que tratar de calmarse un poco, no lleva a nada andar peleando, siempre terminan las cosas mal…Les puedo asegurar que aguantarse una rabia para evitarse un momento feo o una situación como pasé yo, realmente vale la pena. Capaz que yo mismo seguiré cometiendo errores, pero en este momento, después de haber estado a punto de quedarme ciego, lo que me surge decirles es que hay que calmarse un poco, salir a disfrutar con amigos y disfrutar de veras”, fue el principal mensaje que dejó Juan Cruz Frontán, el sábado pasado en el programa EL ESPEJO.
Exactamente a dos meses del espantoso golpe que recibió en sus ojos con un vaso de vidrio roto, Juan Cruz habló públicamente por primera vez porque necesitaba hacerlo; necesita contar lo que siente y cómo su vida se transformó aquel 24 de julio de 2016.
Los sentimientos se mezclan por momentos (y es lógico que así sea), pero trabaja por desterrar el rencor, pensar en positivo y centrarse en sus sueños por cumplir. Aún no se acostumbra a ver con un solo ojo y esa situación lo tensa, lo llena de nerviosismo por el esfuerzo que implica, lo frustra. Sin embargo sabe que aún quedan esperanzas y que es posible que algún día, transplantes de por medio y viento a favor, pueda recuperarlo.
“En apariencia estoy bien. Pero es muy difícil tomar dimensión de las cosas, pasarlo a palabras porque ni siquiera yo fui conciente de lo que estaba pasando hasta que me fueron contando después de la operación. Cuando entré al quirófano me iban a sacar el ojo izquierdo y al derecho iban a tratar de recuperarlo, eso fue lo que el médico le dijo a papá. Llegué ciego a Concordia…”, recordó Juan Cruz.
Aunque las palabras necesitan salir, en este punto de la charla le costaba dejarlas libres… “Me enteré de todo a los cinco días, después que me operaron. En mi vida pensé que iba a pasar por una situación así”. El mes que siguió a las intervenciones quirúrgicas fue terrible… Dolor insoportable, gotas ardientes cada hora, dos semanas boca abajo en la cama y otras dos boca arriba, shock…
En medio del dolor, el afecto de su familia y amigos fueron el pilar fundamental para su recuperación. “Boca abajo ya no sabía si estaba despierto, dormía o alucinaba… no sabía quien estaba, pero escuchaba que hablaban y eso fue lo que me ayudó a sobrellevar las cosas. Lo más grave de todo fue el miedo a quedar ciego con 23 años. La idea de pensar en eso me paralizaba”, confesó.
“A Felipe Esponda no lo conozco”
Felipe Esponda (19) es la persona que está imputada como autor del golpe que le destrozó los ojos a Juan Cruz Frontán (23). “Me dijeron que lo tengo de amigo en facebook pero no quiero entrar, de nombre no lo tengo y no lo quiero conocer. De a rato viene un poco de bronca, impotencia, miedo todos los sentimientos juntos… y más bronca da porque en ningún momento hubo una señal de arrepentimiento, ni de él ni de su familia”, deslizó Juan Cruz.
Pensar en positivo es la apuesta que se hace en este momento.”Siempre tuve en claro que para recuperarme no puedo enfocarme en nada negativo, para eso está la justicia y los abogados. Trato de hacer cosas que me gustan, la música me ayuda mucho, retomé los estudios aunque me cuesta mucho con un solo ojo y trato de distraerme todo lo que puedo”, sostuvo.
El viaje que no pudo ser
Juan Cruz estudia Agronomía en Oro Verde. El día que ocurrió la agresión, faltaban tres para viajar a Méjico en un intercambio. “Me iba a especializar en producción animal, que es lo que me gusta, pero en la facultad tuvieron muy buena predisposición y me pasaron el viaje para el año que viene”, comentó.
Una nueva vida
“El dolor te hace más fuerte, te cambia la forma de ver la vida. Por ahí salís mal en una materia y decís uhhh… pero vas, la rendís de vuelta y listo. Eso no es un problema. Un problema es no ver nunca más, o estar entre ver y no ver… Capaz que yo nunca había tenido un problema real antes… Pero bueno, lo importante y lo más difícil es mantener fuerte la cabeza, porque es horrible despertarme y ver con un solo ojo, me desespera, pero bueno, hay que superarlo, no queda otra”, deslizó intentando reacomodar sus sentimientos…
“El tiempo dirá como se llevarán los sentimientos… Creo que es mucho más importante seguir con mis objetivos antes de preocuparme por otras cosas que no suman… Hoy mis objetivos son volver a ver con mis dos ojos, seguir estudiando y el año que viene poder irme a Méjico”, concluyó Juan Cruz Frontán.
“No soy nadie para hacer de voceros de buenas acciones, pero estaría bueno decirle a los chicos que hay que tratar de calmarse un poco, no lleva a nada andar peleando, siempre terminan las cosas mal…”. Palabras que deberían quedar resonando…
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