No está en el centro de la ciudad sino en un barrio más alejado, con su callecita de tierra delante y el arroyo Chajarí por detrás. Este es el marco ideal para que las peñas del Rancho la Amistad tengan ese toque diferente, con toda una impronta familiar y sus historias de amor que le dan el sello distintivo.
Por Claudia Cagigas
Mario Duarte y Ana Ríos llevan 40 años de casados y son la cara más visible del Rancho la Amistad (Chajarí), donde cada fin de semana se realizan peñas folklóricas que nada tienen que envidiar a las que buscamos en Salta o en otros puntos el país. El ambiente familiar que se respira no es casualidad, sino fruto de una forma de ser, de una cultura mamada desde chicos, además de mucha planificación y trabajo.
Es imposible entender la esencia del Racho escindiéndola de la historia familiar y del amor… La música corre por las venas de las familias de origen de este matrimonio y fue la responsable de que tres historias de amor se sellaran; las hermanas Ana, Mónica y Angélica se casaron con los hermanos Mario, José Luis y Carlos respectivamente.
Infancia de peñas
Ana es santafecina, pero hija de santiagueños. Creció en un ambiente de peñas que se realizaban en el patio de su casa. “Siempre digo que a esto lo llevamos en la sangre. Mi casa tenía el típico patio santiagueño, aunque ya estábamos en Santa Fe. Mis hermanos y padre trabajaban mucho. Mi madre tenía su horno de barro para hacer empanadas, se recibía a la gente, se invitaba y se hacían bailes con un señor que tenía un parlante y con música en vivo. En esa época había mucha gente de Chajarí y de otras partes que iban a trabajar en la cosecha del durazno y como estaban lejos de su familia, también pasaron sus navidades, sus años nuevos en ese patio… Ese ambiente me encantaba, como a toda la familia, crecimos ahí y hoy es lo que proyectamos aquí, en el Rancho”, contó en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí).
De Chajarí a Santa Fe
La familia de Mario Duarte es reconocida en Chajarí por su tradición musical y por los numerosos musiqueros que ha alumbrado. Con este bagaje a cuesta, en sus años mozos dos de los hermanos de Mario (José Luis y Carlos) se fueron a Santa Fe a trabajar y, como no podía ser de otra manera, llegaron hasta el típico patio de peñas de la familia Ríos. Tiempo después fue Mario…. La suerte estaba echada y entre canciones y bailes estos tres hermanos terminaron casándose con tres hermanas, consolidando una gran familia que más tarde se radicó definitivamente en Chajarí.
“A mí me costó venirme a Chajarí, pero Mario insistía. Fue una bendición que mis hermanas también se vengan porque entre los tres matrimonios tenemos siete hijos donde hay un cariño muy especial. Somos muy unidos, por ahí no es fácil lo que nosotros logramos, pero hemos trabajado mucho para lograr que nada nos separe o divida”, dijo Ana.
Mientras ella cuenta la historia familiar, Mario no la pierde de vista y asiente emocionado… “Con Ana somos un equipo en todo… En las peñas del Rancho trabajamos codo a codo, organizamos durante toda la semana para que las cosas salgan bien. Somos muy detallistas en la organización”, agregó.
El Rancho La Amistad pertenece a la familia de Mario y a la de Carlos. Está ubicada en Alberdi y Fochesatto de Chajarí. Cada viernes y sábado abre sus puertas. Ana y Lorena (hija de Carlos) son las encargadas de servir a los visitantes y hacerlos sentir bien. En tanto, Mario también es un gran anfitrión, el cantante que no falta y entre todos cuidan que el ambiente festivo del lugar se mantenga. “A mí me gusta que suban al escenario los mismos que están en la peña y que la gente vaya con buena onda, con ganas de pasarla bien”, comentó Mario.
Música, peñas e historias de amor… ¿Cómo se conjuga todo esto? Hay una frase que dice que “el amor y la música no se ven, pero se sienten y se disfrutan como nada en la vida” y las peñas, donde esa música vive, sin lugar a dudas que es el ámbito ideal para que broten momentos maravillosos donde también aparece el amor…