Actualmente la Estación Experimental Concordia del INTA está trabajando en un proyecto de uva para vinificación. El proyecto apunta a determinar cuál es la mejor cepa que se adapta a Ente Ríos, conocer al detalle las mejores prácticas productivas, asesorar a productores y contribuir a lograr un buen vino entrerriano.
Por Claudia Cagigas
Si pensamos en viñedos o en producción vitivinícola inevitablemente nos remitimos a la zona de Cuyo. Sin embargo, en 1920 Entre Ríos fue la cuarta región vitivinícola del país con “115 bodegas, 2500 hectáreas de viñas y una cultura profundamente arraigada en el hacer vino. Para entonces, Concordia, Federación y Colonia San José era los bastiones de esta actividad, aunque también había bodegas en Concepción del Uruguay y Paraná” (1). La tradición del vino llegó de la mano de los colonos: “Eran suizos del cantón de Valais, franceses de la Alta Saboya e italianos del Piamonte, quienes vinieron a poblar la provincia hacia finales de 1850 y trajeron en su acervo las diferentes modalidades en esto de elaborar el vino propio”, contó Juliana Vulliez Sermet, dueña de la bodega ubicada en Colón, que lleva el apellido familiar. Por otra parte, en 1912 la Estación Experimental INTA Concordia ya estaba trabajando en la investigación de esta actividad.
La vitivinicultura en Entre Ríos floreció hasta 1930, cuando sobrevino la crisis económica, bajó drásticamente el consumo de vinos y los precios se derrumbaron también. Pero como la producción se mantenía en sus niveles constantes, en 1935 el gobierno nacional sancionó la Ley 12.137 dejando la producción de vinos en manos de Cuyo y proscribiéndola en Entre Ríos. De esta manera, cerraron todas las grandes bodegas entrerrianas y la producción quedó reducida a la elaboración de vino para consumo familiar.
Sesenta años después esa proscripción se levantó. “En 1993, por iniciativa del senador Augusto Alasino, se aprobó la ley 24.037 que estableció la liberación territorial para la plantación de viñedos. De ahí en adelante, fue posible producir y comercializar vino en toda la Argentina” (2).
Hoy existen varias bodegas industriales en nuestra provincia: Vulliez Sermet (Colón), BordeRío (Victoria), Los Aromitos (Crespo), Las Magnolias (Gualeguaychú), Altos (Gualeguaychú); además de pequeños productores de uva que llevan a vinificar a algunas de estas bodegas. Y desde INTA, este año se comenzó con un proyecto de uva para vinificación.
Viñedos, vinos y proyectos del INTA
Actualmente la Estación Experimental Concordia del INTA está trabajando en un proyecto de uva para vinificación -un proyecto de valor agregado-, con agentes de esa Experimental y de la Agencia de Colón. Leza Silva es Técnica Agrónoma y Técnica Superior Enología y Fruticultura; trabaja en INTA Colón, se desempeña en el Área Fruticultura dependiente de la Experimental de Concordia y coordina el proyecto de Uva para Vinificación. Entrevistada en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), contó que en San José y Victoria se está brindando una Tecnicatura en Enología y Fruticultura para capacitar técnicos que puedan acompañar a productores en el manejo del viñedo y en la elaboración de vinos.
“Nuestro clima, nuestro suelo, nuestro terruño están perfectamente adaptado para la producción vitivinícola. Ahora, desde INTA queremos acompañar a los pequeños productores que se lanzaron a esta actividad, asesorándolos sobre el mejoramiento de cultivos. Hay muchas personas que quieren comenzar y no saben que cepa utilizar, porque hay mucha historia, pero no hay nada escrito. Entonces desde nuestra institución queremos evaluar, analizar y determinar qué cepa sería la emblemática en nuestra zona”, explicó.
Una cepa emblemática para Entre Ríos
Leza Silva indicó que, a diferencia de Mendoza, Entre Ríos tiene mucha humedad, muchas precipitaciones y no es fácil el manejo del cultivo. Por eso, desde la Experimental INTA Concordia lo primero que se hizo fue instalar un lote de cien plantas de la cepa Marcelan, compradas en 2020 en Mendoza, y este año se continuará con el estudio de más variedades.
En INTA Concordia también hay plantas de la variedad Isabella –la uva tradicional, comúnmente conocida como chinche- que datan de 1912 y este año se realizará un ensayo con esas vides que quedaron abandonadas.
De acuerdo a lo explicado por la especialista, la idea es contar con lotes de cien plantas para ver cuál es el mejor momento de poda de cada variedad, cuál es el mejor manejo fitosanitario. Pero el objetivo también es vinificar.
Por otra parte, a mediados de enero de este año se inició otra parte del proyecto de investigación con variedades blancas. “Para saber cuál es el momento óptimo de cosecha se toman muestras, se las lleva al Laboratorio para su análisis y ahí se determina en qué momento tienen mayor grado de azúcar. Eso nos ayuda a decidir el momento óptimo para cosecha”, comentó.
Un vino entrerriano
Con el acompañamiento de la Municipalidad de Colón, hay productores que están trabajando para lograr un vino entrerriano. “Pero para que podamos identificar un vino entrerriano, primero tenemos que acompañar al productor en la parte de viñedos para que pueda lograr una buena materia prima y luego un buen vino. Hay muchos pequeños productores que lo elaboran en forma artesanal, como lo hacían sus abuelos, pero un vino lleva su proceso, estamos hablando de un alimento, lo que quiere decir que es indispensable tener buenos manejos ya que un vino en mal estado puede dañar a quien lo consume. Entonces nuestro objetivo desde INTA es capacitar a los productores para que hagan un buen vino y para todo eso lleva mucho tiempo”.
En síntesis, el proyecto de INTA apunta a determinar cuál es la mejor cepa que se adapta a Ente Ríos, conocer al detalle las mejores prácticas productivas y contribuir también a lograr un buen vino entrerriano.
(1), (2) https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/entre-rios-vuelve-producir-vino-despues-60-nid2302580/