En una entrevista en El Espejo, el comisario Mauricio Maschio destacó las estafas virtuales más frecuentes en Chajarí, reflejando el crecimiento de estos delitos y las sofisticadas tácticas de los ciberdelincuentes.
Por Claudia Cagigas
Los ciberdelitos se han convertido en una constante amenaza en todo el mundo, y Chajarí no es la excepción. En esta nota, entrevistamos al comisario y abogado Mauricio Maschio, jefe de la Comisaría N°1 de la ciudad, quien nos explicó cuáles son los delitos virtuales más frecuentes en la región. Para nuestro asombro, además de las estafas por ventas de productos online, el hackeo de cuentas de WhatsApp, el uso de casinos virtuales ilegales, también se han denunciado casos de grooming, donde personas se hacen pasar por otras para engañar y estafar a través de aplicaciones de citas, juegos virtuales u otro tipo de plataformas. En cuanto al grooming, la luz de alerta se prende porque muchas veces está detrás la pedofilia.
Estafas en tiendas online: la trampa detrás de la venta de productos
Una de las modalidades más comunes de estafa en Chajarí tiene que ver con ventas online. Maschio explicó que muchos vecinos, al intentar vender productos a través de plataformas de compraventa o del Facebook, terminan siendo víctimas de estafadores que se hacen pasar por compradores legítimos.
El modus operandi es el siguiente: el estafador contacta al vendedor, se muestra interesado en su producto y comienza una serie de intercambios de mensajes. A medida que avanza la conversación, le hace creer que ha realizado un pago de más y solicita que se le devuelva la diferencia. Le envía un comprobante falso, la víctima no ve el importe de dinero en su cuenta bancaria porque esa transferencia nunca existió, no obstante, el delincuente la va enredando pidiéndole datos personales y bancarios, hasta lograr ingresar a su cuenta, obtener créditos o realizar otros movimientos fraudulentos. Este tipo de delitos virtuales es uno de los más frecuentes en Chajarí.
Hackeo de WhatsApp: el ataque al sistema de mensajería más utilizado
Otro fenómeno alarmante es el hackeo de cuentas de WhatsApp. Según Maschio, los ciberdelincuentes utilizan un método simple pero efectivo: envían un código alfanumérico de siete dígitos a la víctima, quien, al reenviarlo sin sospechar, abre la puerta para que su cuenta sea hackeada. Una vez que los atacantes tienen acceso al perfil de WhatsApp, pueden enviar mensajes a familiares y amigos solicitando dinero, bajo engaños que van desde emergencias hasta solicitudes de pagos urgentes.
El comisario destacó que muchos usuarios ha sido estafado pero que un número importante ha logrado detectar el intento de estafa, lo cual representa un avance importante.
Grooming: el peligro que acecha a los jóvenes en línea
En las charlas que la Comisaría N° 1 emprendió en las escuela en los últimos meses, muchos chicos mencionaron haber sido víctimas de los casinos online ilegales, mientras que otros contaron haber sufrido casos de grooming, especialmente a través de juegos online.
Maschio relató un caso típico de esta modalidad en el que una persona, al jugar en línea, establece un perfil y empieza a comunicarse generalmente con niños o adolescentes. A menudo, estos casos involucran manipulaciones y engaños emocionales para ganar la confianza del menor. Un ejemplo claro fue el de un chico que contó que alguien, haciéndose pasar por una chica de 17 años, comenzó a escribirle y generó una relación de confianza. A lo largo de la conversación, la “supuesta chica” pidió información personal y fotos íntimas del joven. “Nosotros, como padres, pensamos que estas cosas no suceden en nuestra comunidad, pero sí, los chicos nos lo han contado en las escuelas”, señaló Maschio, alertando que detrás del grooming está la pedofilia.
Además, el comisario mencionó que también se han recibido denuncias de personas que ingresan a redes sociales o sitios para adultos, inician charlas que se vuelven cada vez más personales, en un momento se les pide cierto monto de dinero para mostrar fotos íntimas y una vez que hace el depósito automáticamente lo bloquean.
Otro tipo de estafa que se ha detectado es cuando, tras empezar una conversación en plataformas como Facebook o Instagram, la charla se torna más íntima y, en algunos casos, surgen amenazas o extorsión, como mensajes en los que alguien se hace pasar por un miembro de la familia para presionar por dinero.
¿Qué podemos hacer para protegernos?
El ciberdelito es una realidad en constante evolución, y las modalidades de estafa y engaño no dejan de multiplicarse. En este contexto, la pregunta que surge es: ¿cómo podemos protegernos? Maschio ofreció algunas recomendaciones clave:
- Verificación de códigos y enlaces: Es fundamental no reenviar códigos de verificación ni hacer clic en enlaces que provengan de fuentes no confiables.
- Conciencia sobre las estafas en línea: Al vender productos o hacer transacciones online, es crucial verificar la identidad de la otra persona y no confiar ciegamente en quienes parecen ser compradores serios.
- Educación y precaución con los menores: En lo que respecta a los más jóvenes, Maschio hizo hincapié en la importancia de una educación digital responsable. Los padres deben estar atentos a los comportamientos de sus hijos en las redes sociales y promover un entorno seguro y respetuoso para prevenir el grooming y otros peligros.
- Uso de la tecnología de forma segura: Para evitar el hackeo de cuentas, es recomendable activar la autenticación en dos pasos en aplicaciones de mensajería como WhatsApp, lo cual agrega una capa extra de seguridad.
El comisario también mencionó que la evolución de los delitos virtuales va de la mano con los avances de la Inteligencia Artificial (IA), que ya se utiliza para replicar voces y suplantar identidades. Esto hace que las estafas sean cada vez más difíciles de detectar, lo que subraya la importancia de mantenerse informado y ser cauteloso al recibir llamadas o mensajes sospechosos.
La aparición de nuevos ciberdelitos en Chajarí, tal como lo describió el comisario, refleja una problemática global que afecta a las comunidades locales. La rapidez con la que evolucionan las técnicas de fraude, el anonimato de los atacantes y la vulnerabilidad de las víctimas son aspectos que deben ser tomados en cuenta a la hora de navegar en el mundo digital. La protección digital comienza con el conocimiento y la prudencia.