Un grupo de estudiantes del IMA, guiados por sus docentes, elaboró un audiovisual que aborda el asesinato impune de Alejandra Martínez. A través de investigaciones, entrevistas y recreaciones, los jóvenes rinden homenaje a la memoria de la víctima y presentan un aporte significativo a la historia de la ciudad.
Por Claudia Cagigas
A 26 años del asesinato de Alejandra Martínez, un grupo de estudiantes de sexto año del Instituto María Auxiliadora (IMA) de Chajarí ha realizado un conmovedor aporte a la memoria colectiva de la ciudad. Bajo el título “Alejandra Martínez. Una verdad sin pruebas”, el audiovisual elaborado por alumnos de sexto año con el acompañamiento de los docentes Marcelo Pizzio y Martín Taborda busca profundizar en los misterios que aún rodean este crimen impune ocurrido en 1998.
El sábado pasado, en el programa El Espejo, los docentes mencionados y los alumnos Tomás Rubinich, Ciro Pignatta y Benjamín Eandi compartieron detalles del proceso de creación. Este trabajo fue la culminación de un proyecto de fin de curso de la orientación en medios audiovisuales, un espacio en el que los jóvenes no solo aprenden sobre producción, sino también sobre la responsabilidad social de comunicar hechos significativos para su comunidad.
Recordamos que Alejandra Natalia Martínez tenía 17 años, cuando fue vista con vida por última vez el 12 de diciembre de 1998. La buscaron intensamente durante 32 días, hasta que su cuerpo fue hallado en un monte de eucaliptus de Colonia Belgrano, en una zanja tapada con palos. Se manejaron muchas hipótesis y finalmente se procesó a su padrastro, quien en la instancia de juicio fue sobreseído por falta de mérito. Hasta el día de hoy el caso está impune.
Un tema cercano y significativo
El origen del proyecto se remonta a la idea de Benjamín Eandi, quien propuso abordar el caso de Alejandra Martínez debido a su cercanía personal con la tragedia. Benjamín es nieto de la persona que descubrió el cuerpo de Alejandra y, desde niño, había escuchado sobre el caso en su familia. “Siempre me llamó la atención, y lo hablaba con mis papás”, relató Benjamín durante la entrevista. Tras recibir la autorización de los directivos del IMA y de Julia Islas, madre de Alejandra, el grupo comenzó a investigar.
El documental se nutrió de testimonios de quienes conocieron a Alejandra, de libros publicados sobre el caso y de entrevistas con periodistas, compañeros de la víctima y peritos.
La complejidad del proceso
Ciro Pignatta expresó que, al principio, no comprendía completamente la magnitud del caso, pero que la realización del documental le permitió no solo entender lo ocurrido, sino también adentrarse en el complejo proceso de creación de un audiovisual. “Nunca imaginé lo que iba a ser, cómo se arma un guion, cómo se organiza todo. Me sirvió mucho para el futuro”, dijo Ciro, quien tiene aspiraciones en el mundo de la producción audiovisual.
Por su parte, Tomás Rubinich destacó la importancia de este trabajo para la ciudad de Chajarí. “Este documental permite refrescar la memoria y asegurar que el caso no se olvide”, comentó. El proceso, que incluyó investigaciones, entrevistas y la creación de recreaciones visuales, resultó en un producto final de 50 minutos, una pieza de gran calidad que, según los docentes, demuestra lo que se puede lograr cuando se aprende haciendo.
Un trabajo sin opiniones, pero con una búsqueda profunda
Marcelo Pizzio, uno de los docentes responsables del proyecto, destacó la satisfacción de trabajar con alumnos en un proyecto tan ambicioso. “Para hacer un audiovisual tenés que investigar, entender, aprender, guionar y pasar por un montón de etapas”, explicó. Además, resaltó que el documental es una herramienta educativa que fomenta la reflexión y el aprendizaje sobre cómo se estructura una pieza audiovisual profesional.
Benjamín, hizo énfasis en el enfoque imparcial del documental. “Nosotros, como estudiantes, en el documental trabajamos como periodistas. Aunque tengamos nuestras opiniones, debemos comunicar los hechos sin emitir juicios. En lo personal, cuanto más hablaba con las personas involucradas, más me confundía. Creo que hay una verdad, pero no la sabemos y tampoco la vamos a saber”, reflexionó sobre las dificultades de abordar un caso con tantas preguntas sin respuesta.
Un legado para Chajarí
El documental “Alejandra Martínez. Una verdad sin pruebas” no solo es un ejercicio académico, sino también un aporte vital a la memoria histórica de Chajarí. A través de este trabajo, los jóvenes no solo preservan el recuerdo de Alejandra, sino que también invitan a la comunidad a reflexionar sobre la justicia y la impunidad.
Este documental fue presentado el viernes 22 de noviembre en el Cine Gran Libertad, en una función organizada para estudiantes secundarios, que pudo realizarse gracias al aporte de empresas locales, dado que el costo de una función ascendió a 300 mil pesos. La presentación no solo significó el debut del proyecto, sino también un testimonio del compromiso de los jóvenes de Chajarí con su historia y su comunidad. Al público en general será presentado el 27 de noviembre en el Centro Cultural Constantino Caballaro.
Este trabajo resalta la importancia de que los jóvenes se involucren en los temas que marcan a su comunidad y contribuyan con su visión y su voz a mantener viva la memoria colectiva. “Somos jóvenes de 17 años, con la misma edad que tenía Alejandra cuando fue asesinada”, coincidieron y con estas palabras, reflejaron la profunda conexión que los estudiantes han logrado establecer con la tragedia de su ciudad y con la necesidad de que su memoria no se pierda en el tiempo. Demasiadas preguntas sin respuestas, un crimen impune y una gran deuda que la Justicia nos dejó…