Por Claudia Cagigas
El Hermano Eugenio Magaleno tiene 82 años, pero no le esquiva a temas que podrían ser tabú para su generación. Convocado por el Colegio Marista de Chajarí para celebrar los 80 años de la Institución en la ciudad, este español que atesora los recuerdos de su infancia en el campo y las enseñanzas que fue cosechando en la vida, habló y luego respondió cada una de la preguntas de los adolescentes que el miércoles se reunieron en el Centro Cultural para escucharlos. Sexo, homosexualidad, lesbianismo, matrimonio igualitario, suicidio, corrupción en la Argentina, los jóvenes de hoy en comparación con los de antaño, fueron sólo algunos de los temas que plantearon. Podríamos llenar páginas con lo que dijo el Hermano Magdaleno, pero preferiero dar lugar a los temas que nuestros adolescentes plantearon, porque es una muestra de lo que les interesa y preocupa.
Solo quiero agregar que fue profesor de Teología de Jorge Bergoglio (el Papa Francisco) en la década del ’70 y que actualmente es el director general del Colegio Marista de San Rafael, Mendoza.
A partir de aquí, algunas de las preguntas de los chicos y las respuestas del Hermano Eugenio Magdaleno.
¿Por qué la gente se suicida, si vale la pena vivir?
“¡Sí que vale la pena vivir! Pero el suicida es un huérfano de amor, es una persona que no encuentra sentido a la vida por más bienes materiales que tenga, están vacíos espiritualmente. Les pido que no andéis marcando con el dedo, lo mismo que si sus padres se separan. Hay que apoyarse mucho en la familia, en la oración, en el trabajo, en los amigos, en el deporte”.
¿Cual es el secreto para disfrutar de la vida?
“Abrazarla. El optimista dice qué día hermoso. El pesimista responde ya verás esta tarde… ¿Por qué esa angustia si podés disfrutar del ahora? Para disfrutar de la vida no se necesita vivir en tal barrio ni tener una casa con cinco habitaciones, se puede ser feliz en la cucha del perro. Si tu padre es pobre y vos querés tener dinero, ¿cómo lo podés hacer? Laburando. Conozco un señor que hoy tiene una fábrica con 250 empleados. Cuando hizo el servicio militar, en la época en que era obligatorio, él era analfabeto, hijo de un puestero de La Pampa y ahí, en el servicio militar, le enseñaron a leer, escribir, manejar un camión y soldar. Luego, con un hermano, se fueron a vivir en un vagón abandonado en la estación del ferrocarril y pusieron un taller, empezaron a crecer. El otro día lo encontré en el aeropuerto de Mendoza. Estaba esperando a su hijo que venía de China. Resulta que su fábrica creció tanto que hoy hace negocios con China (perforación de pozos petroleros). Fíjense qué interesante: un hijo de campesino, analfabeto que quiso algo más en la vida, quiso volar. Este hombre sembró con su sudor, aprendió a amar la vida, tuvo un objetivo, no se quedó con el vacío y es feliz”.
¿Qué piensa de la homosexualidad y del lesbianismo?
“Mucho respeto y misericordia. Pero les digo la verdad, no puede haber matrimonio entre personas del mismo sexo aunque haya leyes civiles que lo reconozcan, porque para educar a un hijo se necesita un varón y una mujer. Psicológicamente hay actitudes de hombre y de mujer que hacen a la formación de los hijos. Y bueno, nos tocará convivir con eso y cada día más. Personalmente creo que son más los homosexuales por propaganda o moda, que por naturaleza”.
¿Le parece que los malos dirigentes políticos de Argentina son el resultado de la falta de conocimiento?
“No. Una persona no es mala por que ignorante. Hitler exigía a sus ministros dos carreras y miren lo que hicieron… los hornos de cremación! Nuestros políticos son corruptos no porque no sepan que eso está mal. Si un chico rompe un vaso sin querer, llora porque tienen conciencia de que hizo mal. El primero que robó tenía conciencia que era un corrupto, ahora llega un momento en que esa conciencia se tapa, entonces se roban millones y quedan frescos como una lechuga recién cortada”.
¿Qué piensa de la juventud actual en comparación con las generaciones anteriores?
“Creo que son diferentes porque nacieron en contextos que los han hecho diferentes. Ustedes tienen mil posibilidades, pero yo sé que les cuesta mucho más ser jóvenes íntegros que lo que les costó a sus padres. ¿A dónde iba yo cuando era chico si no había cine ni nada? Me acuerdo cuando mi padre compró la primera radio… no podíamos entender cómo escuchábamos a un tipo que hablaba desde Madrid, a 400 kilómetros de distancia! En cambio ustedes hoy tienen todo, incluso el sexo con sólo tocar una tecla, por eso es mucho más difícil. Nunca olviden esto: amigos, familia, deportes, solidaridad y Jesús, con estos antídotos seremos capaces de crecer. Quieran mucho la Azul y Blanca y trabajen por eso honor de ser argentinos, no chantas”.
La necesidad del esfuerzo
“Argentina está mal, aunque tenemos un valor humano increíble. Hay cuatro países en el mundo que tienen el mayor coeficiente intelectual: Canadá, Estados Unidos, Australia y Argentina. Cuando una persona tiene 90 puntos de coeficiente intelectual es buena, cuando sube de 100 ya es inteligente, si sube de 110 toca la genialidad y los bochos que rompen la barrera son los que tiene 120 – 130. Somos estamos dentro de los cuatro países que tienen el tiene material humano mas apto para investigación y trabajo humano. Sin embargo cómo estamos? Mal. Porque somos corruptos, pirañas, mordemos todo lo que encontramos, mordemos para prosperar. Por eso, los insto a trabajar con dignidad, a no venderse nunca, sepan distinguir, y vayan a su casa con este mensaje: viejo, vieja, quiero darte un besote porque me diste la vida y me has hecho persona”.
El Hermano Eugenio Magdaleno finalmente hizo hincapié en la cultura de lo Light y lo superfluo que se vive hoy y en otra de sus charlas, se refirió de la necesidad de aplicar una pedagogía de trabajo, de la exigencia, de la calidad y la presencia para acompañar a nuestros jóvenes, aprovechar la “materia gris” que tenemos en nuestro país sin perder los “valores”.