Por Pablo de la Iglesia
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Distribuidos por toda la planta de la vid, pero concentradamente en las semillas y la piel de las uvas, especialmente las negras, encontramos principios activos que tienen propiedades protectoras del sistema cardiovascular; se trata de compuestos polifenólicos sintetizados como respuesta a los agentes estresores, tales como infecciones, hongos, exceso de radiaciones o sequedad extrema del medio ambiente.
El más importante de ellos parece ser el resveratrol, sustancia que también se encuentra en varias especies vegetales como el eucalipto, la mora, el maní, la nuez, la yuca y, muy especialmente, en las uvas.
Esta es la razón por la cual hace unos años se ha hablado tanto de la Paradoja Francesa, aludiendo a los bajos índices de mortalidad de los galos a pesar de tener un consumo similar de grasas saturadas que otros países de la región. La razón de esta situación se ha atribuido al consumo regular de vino tinto, bebida que aporta una importante cantidad de esta sustancia protectora.
El resveratrol es un antioxidante natural y los antioxidantes son protectores celulares del daño de los radicales libres; los radicales libres cumplen funciones en nuestro organismo pero cuando se presentan en exceso tienden a favorecer el envejecimiento precoz y las enfermedades degenerativas como las que afectan al sistema cardiovascular.
Puesto que una causa evidente de aterosclerosis es la oxidación del colesterol LDL, y se verificó que el resveratrol previene esta oxidación de modo efectivo, apreciamos como puede proteger de la degeneración del tejido arterial. El fibrinógeno, otra sustancia aterogénica, también disminuye en presencia de resveratrol.
El efecto protector de los derivados polifenólicos de la uva no acaban en el sistema circulatorio, dado que debido a su alto poder antioxidante, estos pueden colaborar en la prevención y neutralización de los radicales libres que acaban dañando los diferentes tejidos de nuestro organismo y que afectan también al sistema nervioso, respiratorio, locomotor, inmunológico, etc.
También se han publicado trabajos que sugieren claramente la actividad antiinflamatoria, inmunomoduladora y antimutagénica del resveratrol. Desde la década de 1940 cuando se descubrió esta sustancia, se han realizado numerosas investigaciones y bajo el microscopio y en laboratorio, el resveratrol parece ser la molécula milagrosa y en base a los resultados se promocionan complementos que prometen prolongar la vida y mantenernos por siempre jóvenes. Dentro de la complejidad del organismo humano la cosa no es tan simple y realmente no hay nada más beneficioso que una buena alimentación en el marco de un estilo de vida saludable; un complemento de resveratrol es justamente eso: un complemento.
Sin duda, el secreto de una buena alimentación es la moderación, la opción por los alimentos integrales de calidad biológica y con menor proceso industrial posible. Y por supuesto la variedad de alimentos saludables, en especial las frutas, las verduras, los frutos secos, los cereales, las legumbres; si consumimos carnes hacerlo con moderación y preferir el pescado de mar, procurarnos huevos de campo y no abusar de ellos, en relación a los lácteos preferir los fermentados como el yogur o el kefir. ¡Y que no nos falte una variedad de alimentos con buena dosis de resveratrol! 🙂
Licuados sencillos ricos en resveratrol
Licuado de manzana y uvas
Ingredientes:
– 1 manzana en trozos con sus semillas
– 1/2 taza de de uvas con su piel y semillas
– 1 tazas de infusión fría de eucalipto
– 1 cucharadita de miel pura
Preparación: licuar todos los ingredientes y servir con una rodaja de limón cortada hasta la mitad.
Licuado de avena y uvas
Ingredientes:
– 1/2 taza de uvas con piel y semillas
– 2 cucharadas de almendras (lavadas y previamente remojadas durante al menos tres horas)
– 3 cucharadas de copos de avena
– 1 1/2 taza de agua
– Miel, opcional y a gusto
Preparación: procesar todos los ingredientes en la licuadora; se puede servir frío o tibio. ¡Ideal para hacer un desa