Por Cecilia Capovilla
El 8 de marzo el mundo entero conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Pero muy lejos de las flores y de los presentes, me pareció oportuno que reflexionemos sobre la fecha, su por qué, lo que falta y los análisis que aún hoy están pendientes en nuestra sociedad.
Haciendo historia
Esta fecha recuerda a las mujeres trabajadores textiles de la empresa Cotton de Nueva York que en 1908 protestando por las pésimas condiciones laborales, exigiendo la reducción de la jornada laboral y mejores salarios, murieron calcinadas. Pero debemos saber que no fue la primera ni la última vez que obreras se movilizaban reclamando aumento de salario y mejores condiciones de vida.
Dos años más tarde, en 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, la alemana Clara Zetkin propuso que se estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a aquellas que llevaron adelante las primeras acciones de mujeres trabajadoras organizadas contra la explotación capitalista.
Un siglo después, los reclamos continúan
Hoy en día las realidades no son muy distintas, los reclamos se siguen haciendo escuchar y hemos sumado a la lucha las denuncias contra la violencia de género y el abuso sexual. Es que a un siglo de la primera manifestación, no solo que no seguimos siendo respetadas laboralmente, sino que nuestros derechos se ven vulnerados en lo más íntimo. Las estadísticas en Entre Ríos por violencia de género y femicidio son alarmantes.
Hace unas semanas atrás Marina Menegazzo y María José Coni dos turistas argentinas fueron asesinadas en Montañitas, Ecuador, las voces se levantaron poniendo el punto de análisis en las dos mujeres, y no en condenar a los asesinos. Seguimos mirando a las víctimas y justificando al victimario, un siglo después.
Todavía se escucha: “es que tiene la pollera muy corta” o “el escote muy amplio”, “la boca muy roja” o “los tacos muy altos”; cuando de lo que se trata es de aprender a respetar a respetarnos. Aceptar un NO como respuesta, que se pueda andar caminando, paseando, viajando, esperando el colectivo sin el temor de que seamos atacadas o manoseadas por una sociedad que sigue justificando el exacerbado machismo.
Hoy es un día para recordar a las mujeres que murieron luchando, las que siguen luchando y las que continuaran haciéndolo, convencidas que la igualdad debe formar parte de esta sociedad y de este mundo. Sí mujeres la lucha continua y es diaria. Felicidades!