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TITULOS: Renarrar y sanar: El arte de escribir para transformar nuestras heridas Leer Más

20 octubre, 2016

Relatos que dan origen a un miércoles negro

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Marisa Domínguez

 

…Y me empujó, caí sobre una mesa de vidrio. Está bien, él me había advertido que baje la mirada y yo lo desobedecí. No lo volverá a hacer.

 

…La discusión subió de tono y no quería permanecer allí, me fui al que era nuestro cuarto y arme un pequeño bolso. Pensé que lo mejor era que pase unos días en lo de mamá. Se enfureció, se descontroló, me tiró en la cama y comenzó a pegarme puñetazos hasta que me desmaye. Está bien, tal vez yo no debí intentar irme, no es así como se solucionan las cosas.

…Era mi mejor amigo de la juventud, juntos hacíamos todo, pero él se puso muy celoso. Yo trate de no verlo aquella tarde, pero se me acercó y me saludó. Mi marido fue muy cordial y me tranquilizó saber que al fin lo había entendido. Pero cuando mi amigo se fue, fuimos a subir a nuestro auto, no destrabó mi puerta y me pisó el pie con una de las ruedas. Me dijo que era para que aprenda a respetarlo. Está bien, yo debí hacerlo.

 

…Las cosas no están bien entre nosotros, vivimos peleando, la agresión verbal es cada vez más fuerte. Pero por suerte nunca me golpeó.

 

…Había decido volver a mi casa natal por un tiempo, tal vez así recapacitaría, tal vez así algún día volveríamos a estar juntos y ya no me pegaría por tonteras. Esa mañana fui a trabajar y dos cuadras antes de llegar estaba él. Bam Bam Bam, tres disparos, dos de ellos comprometieron órganos vitales para mi cuerpo. Pero la pelee, luche y sobreviví. Él algún día va a cambiar.

 

Estos son solo algunos de los típicos relatos que hacen falta recordar un miércoles negro como el que pasó. ¿Hasta cuando continuaremos aguantando y justificando muchas de las cosas que nos pasan como sociedad?

Según datos oficiales en Argentina cada 17 minutos hay una mujer que sufre violencia de género y en menos de 30 horas una de ellas muere. En lo que va del 2016 ya son 226 víctimas.

 

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Bajo el lema #Nosotrasparamos, #Vivasnosqueremos, la agrupación contra el femicidio #Niunamenos llamó a un paro de actividades por una hora –de 13 a 14-, en los lugares donde las mujeres nos encontrábamos, con la intensión de visualizar la importancia que tenemos en el sector productivo y económico. Además la consigna proponía que las mujeres de todo el país vistamos de negro durante toda la jornada y por último, que nos sumemos a una marcha que partió a las 17 horas desde el Obelisco -en Capital Federal- y finalizó en Plaza de Mayo.

 

El llamado a vestir de negro representó el luto por las mujeres que murieron siendo víctimas de violencia de género, como así también por quienes la padecen en nuestros días y no se animan a alzar su voz. La idea surgió como una réplica de lo acontecido en Polonia y Alemania, donde las mujeres vistieron de luto, hicieron huelga y marcharon para hacerse escuchar contra una ley que prohibía el aborto en cualquier caso, sin distinciones, y contra la violencia de género.

 

En Argentina nunca se había dado una convocatoria similar hasta ayer miércoles 19 de octubre, cuando miles de mujeres dijeron basta y se manifestaron multitudinariamente a pesar del clima. Aunque en menor dimensión, las marchas se replicaron en ciudades de todo el país y Chajarí no fue la excepción.

 

Cabe destacar que la iniciativa de marchar por #Niunamenos ya se había realizado en nuestro país, pero nunca con paro de actividades y luto. La propuesta llegó tras el brutal asesinato de Lucía Pérez en Mar del Plata, una adolescente de 16 años que fue violada y asesinada sin piedad.

 

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Ahora bien, una vez pasado el miércoles negro, ¿por cuánto tiempo el tema se mantendrá en la opinión pública, los medios de comunicación, la información inmediata y por ende en los hogares? Una semana, con suerte dos y luego volveremos a olvidarlas y volverá a pasar.

Aquí las arcas de la justicia y la política vuelven a fallar.  Las políticas de Estado para la prevención de la violencia de género están planteadas recién a partir del año que viene, pero claramente deberían ser ya.

 

Con el #144, cientos de páginas, un artículo aislado, una marcha de vez en cuando y el vestir de negro, es demasiado poco. Ayuda,  pero debemos hacer más. ¿Cómo?

  • Aprendiendo que a las mujeres se nos respeta siempre (como así también a los hombres, a los niños, a los abuelos, a quienes tienen capacidades diferentes, a todos) porque todos somos iguales
  • Enseñándoles a nuestros hijos que el hombre debe cuidar a la mujer, que es como de porcelana y que a una mujer jamás se le pega.
  • Enseñándoles a nuestras hijas que deben hacerse respetar, que deben ser buenas y que también deben proteger al hombre, ya que hasta en el Ajedrez la reina protege al rey pero con una diferencia: no por ello deben dejarse morir.

 

Si esto ingresa en nuestra cultura diaria podremos alzar la bandera de #Niunamenos, aún más alto. Y por sobre todo debemos empezar a querernos a nosotras misma y entre nosotras mismas. Basta de adjetivos calificativos, basta de envidia entre nosotras, basta de absurdas competencias, basta de humillar a la otra, basta de burlas. La educación comienza desde casa y la lucha contra el femicidio empieza quitando el odio que a veces se genera entre nosotras.

 

Si nos cuidamos y nos respetamos más, estaremos comenzando a cambiar. Y con el cambio podremos enfrentar la violencia, puesto que nos volveremos libres y ya no necesitaremos ser valientes. Solo así no será necesario volver a vivir miércoles negros.

#NIUNAMENOS

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