
Aunque aún la ames, aunque te duela, aunque a veces la extrañes, aunque a veces la sueñes, aunque no la quieras dejar ir del todo, si no la vas a abrazar sin lastimarla movete.
Si sabés que fue lo mejor que te pasó, pero nunca vas a jugártela, movete aunque ella no quiera, porque aun no entiende que merece algo mejor.
Si la vas a mantener viva en el recuerdo, porque en el fondo sabés bien que fue lo mas real que te pasó, pero no podés arriesgar, porque la comodidad te tira más, movete.
Dejala ir, de tu cabeza, de tus palabras, de tus velitas prendidas por si alguna vez te das cuenta que mirando para atrás deberías haber corrido a tiempo a buscarla.
Si te vas a quedar así, muy burgués, en tu microclima, creyendo que ella siempre te va a amar como siempre lo hizo, entonces te tiro las fichas y te cuento que el día que creas que aun estás a tiempo, ella va a estar embarcando, no a América, a Caprica, y no va a haber Cylon que te pueda hacer el aguante cuando te des cuenta que esas cosas no pasan nunca más.
Y viceversa.
Cuenta también para nosotras, aunque no es el caso.