Vivimos en una época en la que se puso de moda la falta de compromiso, en la que el no querer nada serio se metió en las camas y remplazo las charlas telefónicas de madrugada, donde todos somos opciones, y hay que ganarse un lugar y de todos modos en cualquier momento terminas en el cesto de basura. Una época de puras reacciones y mensajes instantáneos en redes sociales, donde las primeras citas terminan entre sábanas y regalar flores es cosa del pasado Dónde ya nadie se enamora a primera vista, con plazas que lucen vacías y callejones que ya no escriben leyendas románticas. En la que la mediocridad es el plato fuerte de las relaciones, porque todos tenemos un as bajo la manga, o mejor dicho, otra persona esperando su turno. Dónde se olvida fácil y nos hemos vuelto desechables, tanto que la fidelidad se ha convertido en un mito, ya nadie cree en eso. Dónde pocos se atreven a amar porque parece mejor opción andar escondiendo el corazón por temor a salir lastimados. Ya nadie lee poesía, se conquista con memes e imágenes sin sentido y andar con alguien dura lo mismo que un atardecer en verano. Hemos caído tan bajo que te tachan de estúpido por mandar cartas, dibujar, cantar y regalar momentos. Una época donde asustamos al amor y le quitamos el derecho de hacernos la vida menos jodida.
24 noviembre, 2021