Nora era tesorera de la Municipalidad de Chajarí, cuando la mañana del 2 de abril de 1982 no quiso dejar la Tesorería abierta para escuchar las palabras del Presidente Galtieri y cantar la Marcha de Malvinas. Fue suspendida por 30 días. Cosas que pasaron en mi ciudad. Cuando aquí no pasaba nada…
Por Claudio Hermosa
Los ordenanzas abrieron el Edificio Municipal como todos los días. Nora, la tesorera venía atrás de ellos para iniciar el ritual de llaves, claves y medidas de seguridad que disponían todo para abrir la Caja a las 7 horas. Era la mañana de aquel viernes 2 de abril de 1982. Cuando el resto del personal comenzó a llegar, vio salir raudamente al Intendente de facto.
No sabían por entonces que se estaba dirigiendo al Regimiento de Tanques 7, respondiendo a una convocatoria urgente del Teniente Coronel.-
De todo se enterarían a los pocos minutos cuando a través de la radio comenzaron a informarse del desembarco argentino en las Islas Malvinas. Intercalando las noticias que llegaban de los medios, Nora, la Tesorera Municipal y los ordenanzas les comentarían acerca de las novedades locales: “El Jefe estaba reunido con el Intendente porque había que organizar de inmediato los festejos patrios que debían llevarse a cabo en todas las plazas del país”.
Una hora después, una llamada telefónica desde el Cuartel Militar traía la voz del Intendente de facto quien comunicaba las inmediatas disposiciones: “En pocos minutos más, todo el personal municipal deberá escuchar las palabras que dirigirá al pueblo argentino el Tte. Cnel. Fortunato Galtieri, cantar Marcha de las Malvinas y luego cerrar oficinas y dirigirse a celebrar con sus familias”.
Nora, tenía ya la Caja abierta. En tantos años sabía bien que no podía abandonar la Tesorería. El resto de los empleados reunidos en el pasillo del Municipio escucharon las palabras soberbias de Galtieri, la masiva euforia de Plaza de Mayo y finalmente cantaron a capela una desentonada Marcha a las Malvinas.
Al lunes siguiente el Intendente de facto convocó a su despacho a Nora. Sobre el escritorio solo había un sobre que rezaba: “Nora”. El primer mandatario se limitó a informarle: “Personal de la casa me comunicó que usted no cumplió con las disposiciones del Alto Comando. No escuchó las palabras del Presidente y no cantó la marcha patria”.
Nora, la tesorera no alcanzó ni a ensayar una respuesta cuando el Intendente de facto le entregaba el sobre que estaba en su escritorio. Por una disposición que llevaba su firma, Nora la tesorera quedaba suspendida por treinta días sin goce de haberes.
Muchos años después, ya en tiempos de democracia y cuando el intendente de facto ya no vivía en Chajarí, Nora logró ganarle el juicio que le había iniciado ante semejante violación de los derechos.
Cosas que pasaron en mi ciudad. Cuando aquí no pasaba nada.