Por Cecilia Capovilla
Desde hace unas semanas se ha instalado en Chajarí el debate público sobre la construcción del nuevo templo de la Iglesia María Auxiliadora, obra estimada en unos 8 millones de pesos. Para su edificación es necesario tomar parte del patio de la escuela y del Jardín de Infantes.
Por tal motivo, un grupo de vecinos, padres y docentes en fuerte oposición a lo que está sucediendo, decidieron escribir una carta a Monseñor Collazul titulada: Reclamo y dolor de un pueblo.
A raíz de esta carta leída y compartida en el Programa El Espejo el pasado sábado 13 de febrero, consultamos al profesor de Historia Claudio Hermosa. En realidad Hermosa había concurrido al programa para charlar sobre otro tema, pero no dudó en dar a conocer su opinión. Hay que tener Memoria. Está faltando en todos los ámbitos, creo que el gravísimo error es ese. No tener memoria. El terreno no pertenece a la Parroquia, sostuvo enfáticamente.
Voy a hacer un poquito de historia, para que mucho recuerden cómo nació María Auxiliadora. Cuál era su impronta y quiénes la forjaron. Esa manzana siempre perteneció a la Diócesis de Concordia, no a la parroquia, de hecho cuando en 1919 llegan las hermanas Franciscanas a Chajarí, las tres primeras monjitas, se empezó a juntar material para levantar esa primera escuela. Gente de la colonia y de la ciudad empezó a donar material para su construcción. Y casi comienza su construcción cuando Margarita Siburu, dona la manzana donde se levanta hoy el colegio, explicó.
Años más tarde llegó el padre Max a Chajarí y con él la iniciativa de levantar una escuelita y una capilla en ese lugar. El primer cura que vino fue el padre Clemente, muy poca gente lo recuerda, el empezó a dar misa en esa capilla chiquita que se levantó. Como dice la carta, una frase muy común de Max era: Al lado del Sagrario, el Abecedario. Las hermanas Franciscanas fueron las que empezaron a dar clases. Capilla, al lado una Escuela, recuerda Claudio Hermosa.
Para que quede clarito, subraya: la manzana pertenece a la Diócesis, la iniciativa de levantar una capilla y una escuela fue de Max. Este es el primer paso.
Claudio Hermosa considera que habría que profundizar en el debate, cosa que no se hace y es grave. Es grave no tener memoria y que la gente no participe. Muchas veces nosotros no estamos a la altura de las circunstancias o estamos adormecidos o entretenidos en otras cosas y no asumimos el compromiso cívico. Cuando el Papa Francisco habla de hacer lío se refiere a esto. Hace falta un católico más activo, más comprometido con la ciudad en la que vive.
Este debate instalado socialmente, continúa. Las posturas son claras y el reclamo de quienes se oponen a que los chicos pierdan parte del patio para que se construya un nuevo templo, debe ser escuchado y atendido, porque es el reclamo de una comunidad preocupada por uno de los valores más preciados de la sociedad: la educación.
Nota: la ilustración con la que se acompaña esta nota representa la obra que se plantea construir. El proyecto fue elaborado por los arquitectos chajarienses Mario Coulleri y Eduardo Butta. Fue elegido entre varios que participaron del concurso provincial organizado por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Entre Ríos (CAPER) en 2013.