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7 junio, 2023

Nació en un rancho perdido, para “pobres, menesterosos e indignos”: 100 años del Hospital Santa Rosa que sorprenden

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Le dieron vida las Damas de Beneficencia para atender a los “indignos” que no podían pagar una consulta médica. Era otro tiempo, otro contexto, imperaba otro modelo de país y otro paradigma de salud. En esta nota de EL ESPEJO con las profesoras Graciela Pelayo y Leda Pasarello, repasamos parte de los 100 años del Hospital Santa Rosa.

PROFESORAS GRACIELA PELAYO Y LEDA PASSARELLO.

Por Claudia Cagigas

Hay muchas lagunas en la historia de los 100 años del Hospital Santa Rosa de Chajarí y varios investigadores de nuestra ciudad comprometidos en reescribir esta historia, rescatando del olvido la mayor cantidad de información posible. Tienen como base una charla que brindó la Hermana Hilda Fabaz (Hermana Imelda) cuando se cumplieron los 50 años del Hospital (1973) y la tesis de la Profesora de Historia Leda Pasarello (2003). “La Hermana realizó una investigación valiosísima tomando como fuentes la Hemeroteca del Museo Regional Camila Quiroga, documentos de la Junta de Fomento, documentos de Catastro, algunas publicaciones, lugares de defunción y algunas entrevistas que realizó hasta 1973, a gente que hoy ya no está”, contó la Profesora Graciela Pelayo en el programa EL ESPEJO (itel Radio 91.9 y Canal 2 de Itel). “En 2003 Leda Pasarello realiza su tesis para terminar el Profesorado de Historia, eligió este tema, tomó como base la investigación de la Hermana y agregó entrevistas, porque en ese momento había mucha gente viva allegada al hospital”, agregó.

A continuación, tuvo lugar esta valiosísima charla con ambas profesoras, que hablaron sin tapujos de situaciones que hoy resultan crueles, vistas desde otro contexto histórico.

EL ESPEJO (EE)-. Cien años atrás, ¿dónde estaba el naciente hospital?

GRACIELA PELAYO (GP)-. En 1884 la planta urbana que se plantea para Villa Libertad, era una cuadrícula que abarcaba José Iglesias, Almirante Brown, 1° de Mayo e Hipólito Yrigoyen. El hospital estaba en el borde. Dice la Hermana Imelda que al borde de 1° de Mayo había una calle que se cortaba -actual Sarmiento -, que se llamaba Calle de los Colonos porque ellos la fueron construyendo con su ir y venir.

LEDA PASARELLO (LP)-. Era una calle zigzagueante, como ahora, pegaba una vueltita donde hoy está el monumento de Evita y el hospital estaba en los confines, como cayéndose del plano.

EE-. ¿Por qué se eligió un lugar “en los confines”?

GP-. Tenemos que repensar todo. En 1876 habían llegado los inmigrantes. Se alojaron en la Estancia Santa Rosa -una Estancia del Estado- y aún no estaba delimitada la planta urbana. El Informe Curth -un empleado de la Comisaría de Inmigración- menciona que en 1876 apareció el primer médico, Angel Sacerdotti, un milanés que estuvo un año y se fue. Entre 1876 y 1877 Sacerdotti tuvo que tratar mucha gente: problemas de parto, golpeados por patadas de caballo, caídas, fracturas y gripe eran los problemas más frecuentes.

LP-. Sacerdotti se va y quedan sin médico. Varini mencionó que en las cartas de los primeros inmigrantes se hablaba de la necesidad del médico, del cura y maestros.

GP-. La Hermana Imelda enumera otros médicos que también deben haberse alojado en la Estancia del Estado: en 1887 Manuel Silva (brasileño) y entre 1900/1902 Carlos Franco (austríaco).

Aquí aparece otro dato importante: en 1884 ya estaba delimitada la planta urbana y en el 1900 apareció la figura del médico municipal, el Doctor Fornés. Esta figura es muy importante porque muestra la preocupación del municipio por la salud, pero no se habla de un espacio de atención.

LP-. En los registros advertimos que los médicos atendían a los pacientes en forma privada y en sus casas -a los que podían pagar-. Los primeros registros que indican una atención no privada son los del hospital, pero para eso tenemos que irnos más adelante en el tiempo.

LEDA PASSARELLO. La salud no era un derecho a principios del XX, sino una cuestión de beneficencia.

EE-. ¿Cuál era el paradigma de salud en los primeros años del 1900?

GP-. Cuando llegaron los españoles se encontraron con una medicina ancestral, nativa, con hierbas, basada en chamames. La medicina occidental la traen los españoles a Argentina. Pero en 1823 el Estado no se hacía cargo de la salud. Pensemos cómo era la sociedad: las familias patricias, las familias conservadoras, las familias liberales y el resto de la población.

¿Quién se hacía cargo del resto de la población? Era un tutelado que tenía el Estado, pero no lo ejercía -lo ejercía la Iglesia-.

La gran reforma del Estado la hizo Bernardino Rivadavia en 1820: hubo un corte en esta estructura colonial, para empezar a pensar en un Estado más presente. Como el Estado económicamente no podía porque recién se estaba organizando, delega esta función en la Sociedad de Beneficencia, que es lo que tenemos en el caso de Villa Libertad -las Damas de Beneficencia-.

LP-. El Hospital Santa Rosa cumple 100 años porque fue inaugurado oficialmente en 1923, pero en 1908 en el lugar ya había un rancho donde se atendía a pobres, menesterosos y pobres de dignidad (se usaba mucho ese término). Las Damas de Beneficencia surgieron para hacer posible el hospital… La salud no era un derecho a principios del XX, sino una cuestión de beneficencia.

EE-. ¿Qué había en el terreno del hospital cuando comienzan a trabajar las Damas de Beneficencia?

GP-. Había una construcción, que perteneció a Fortunato Pampillón y Lucia Amaya.  Estaba abandonada porque en 1904 hubo un ciclón. La Hermana describe que era un rancho largo, pintado de blanco, de material, que tenía el techo de tejas sin cielorraso. Que eran dos habitaciones y una en el medio y que después se agregó en baño.

En 1908 o 1910 ya aparece como Atención de Caridad (antes que se haga la donación).

LP-. En 1910 en esa casa no vivía nadie y era utilizado en los casos en que el médico no podía ir a visitar a los enfermos que residían en los contornos. Gente del ejido y que no tenía medios.

EE-. ¿Quiénes eran las Damas de Beneficencia?

GP-. La hermana nombra que hay un grupo de Damas de Beneficencia cuyos nombres se perdieron en el olvido. Ellas empezaron a realizar las kermeses, los sorteos, las distintas actividades que se hacían para recaudar fondos. Pensemos que las partidas para salud aparecieron recién en 1946/1947. Hasta ese entonces no había Ministerio de Salud, la salud no ocupaba un lugar preponderante. Es con el Estado de Bienestar donde aparece el concepto de Ministerio de Salud.

GRACIELA PELAYO. “A principios del XX, la salud no era un tema preponderante”.

EE-. ¿Cómo se fueron desenvolviendo los hechos en el plano local?

LP-.  La cronología es la siguiente:

En 1910 en el rancho donde posteriormente se hizo el hospital, se atendía a enfermos de los contornos.

En 1911 Sara Casilda Mercader de Torrabadela donó el terreno a la Junta de Fomento.

En 1915 la Junta de Fomento cede ese terreno a las Damas de Beneficencia, con el edificio -el rancho- que había ahí.

En 1916 hubo un desalojo y desinfección para refaccionar. A partir de ahí se contó con sala de hombres, baño, dos habitaciones, una sala de mujeres y dos baños más. Un total de 10 camas. El director era el Dr. Víctor Vilar.

El 15 de junio de 1923 fue inaugurado oficialmente, por eso se toma esa fecha para el centenario.

GP-. En esos años, la viuda de Salvarredy donó 40 mil pesos. Eso permitió un gran avance en la construcción y que se haga la capilla (1926).

LP-. En 1925 ya había una sala de operaciones. Pero Insisto, esto era para los pobres, porque los ricos no iban ahí.

GP-. Los ricos no iban ahí excepto al pensionado, que eran habitaciones con baño privado dentro del hospital, que se pagaban.

EE-. ¿Cuándo comienzan a trabajar el primer médico y los primeros enfermeros?

GP-. Con las Damas de Beneficencia. El Doctor Vilar fue el primer médico. Las Damas de Beneficencia, que eran las dueñas del terreno y del edificio, tenían la potestad de nombrar al director, que trabaja ad honorem, y que se desempeñaba mientras dure su buena conducta.

LP-. Máximo Kurt Baun fue un odontólogo que no trabajó en el hospital, pero sí en su consultorio, ad honorem, atendiendo a los pobres que le mandaban del hospital. Aparecen médicos como Liano, Gallino, Galloso y Pedro Planas (el primer médico hijo de Chajarí). Marticorena fue el primer bioquímico del hospital. No tenemos un listado de todos los médicos, porque el hospital no tiene archivo…

PODÉS VER LA NOTA COMPLETA AQUÍ.

EE-. ¿Cuándo aparecen los primeros enfermeros profesionales y que sucedió con los empíricos?

GP-. Los primero eran enfermeros empíricos, es decir, se formaban al lado del médico.  Las comadronas, las parteras, recibían los secretos de generación en generación. Luis Capeletti, cuenta que sus tías eran Rosa y Angelita Tagliapietra, que habían nacido en Ensanche Sauce a principios del 1900 y que en 1923 ya estaban trabajando en el hospital.

Angelita se había casado con un señor también de apellido Tagliapietra, Santiago Tagliapietra, su hija todavía vive. Rosita era más que nada enfermera y posteriormente ecónoma. Pero Angelita era comadrona, partera. Ambas parecen registradas como enfermeras empíricas junto a Domingo González, Lilita Castro, Santiago Tagliapietra y Guillermo Lomert. La Hermana Imelda dice que la esposa del Lomert también era partera, pero que en su casa tenía dos camas para partos.

Mi madre contaba que Angelita iba y se instalaba con la parturienta, traía el niño al mundo y atendía la familia: le daba de comer, se ocupaba de la cocina, o sea que el servicio que hacían estas comadronas era total.

En la década del 60, cuando se creó el cargo de obstetra en el hospital y aparecieron las parteras, se tiene que ir hospital porque no tenía título.

Las enfermeras profesionales aparecen con la Cruz Roja (de 1953 a 1955).

El curso de Cruz Roja lo trae el Dr. Crossa y de ahí sale la primera promoción de enfermeras, con todo el protocolo.

LP-. Estas primeras enfermeras profesionales son Ramona Gómez (Ramonita), Yolanda Baloni, Chola Viana, Abelardo Aguirre, Aldina Aguirre, Dolores Bordón, Julio Castillo, Cecilia Farías, Blanca Iturbe, Hortensia Laderach, Margot Leyes, Irma Michellot, Yolanda Maydana, Luisa de Maldini, Emilce Posatti, Delia Rukosky, Laura Ruiz, Angel Rubinich y Petronila Vilar. Ahí cambia el paradigma y aparece el protocolo. Los enfermeros empíricos siguen trabajando, pero en otras funciones. Por ejemplo, Angelita aparece como mucama y ayudante de maternidad.

EE-. ¿Qué sucedió con el Doctor Crossa? ¿Por qué es triste su historia?

LP-.  El Dr. Ricardo Crossa fue director del hospital y senador peronista hasta 1955. En el 1951, para aceptar ser senador, puso como condición poder continuar la obra que había iniciado el Dr. De Pascuale -que había sido senador radical y que había conseguido una obra de ampliación que quedó abandonada-. A los 15 días de que Ricardo Crossa asumió como senador, la obra se puso en marcha y el hospital pasó a llamarse Policlínico de Zona Santa Rosa. En este tiempo hay un gobierno peronista y tenemos un Ministerio de Salud.

En el ámbito local, el Dr. Ricardo Crossa es el que cambió el paradigma junto con esta obra. El hospital se dividió por sectores: maternidad, cirugía, laboratorio, rayos x, consultorio odontológico, aparecieron las enfermeras de la Cruz Roja con su protocolo, la prevención de enfermedades y la idea de salud como un derecho.

GP-. En 1955, cuando ocurre la Revolución Libertadora, Crossa era director del hospital y senador peronista. Lo separaron de su cargo y lo llevaron preso. No tengo en claro cómo fue derrotero, pero sé que estuvo en Buenos Aires, en Paraná y que terminó acá.

LP-. Era un preso político, pero como era médico, tenía otro trato. En la comisaría lo dejaban tener su maletín y atender gente… Finalmente, en 1957 se suicidó en la comisaría, se clavó un bisturí en el corazón… Dicen que había rumores de fusilamiento, porque en el país ya había habido fusilamientos. También había habido una gran movida de la gente de Chajarí para pedir por su libertad… Pero, probablemente, el rumor de un posible fusilamiento y el avasallamiento de su dignidad caló hondo y se suicidó.

GP-. Ningún médico lo despidió. Las palabras de despedida, que son muy sentidas, las hizo Angelita Tagliapietra.

LP-. Para mí una de las cosas más tristes de la muerte de Crossa fue el olvido. Hoy tenemos el Centro de Salud Ricardo Crossa, pero tuvieron que pasar muchísimos años para eso. Tampoco se habla de su obra, cuando fue extraordinaria.

GP-. Quizás tengamos que hablar de que los hospitales fueron bastiones políticos y el que subió siempre tapó al anterior y no rescató su figura. ¿Por qué hay que liquidar lo que otro hizo porque es radical o peronista? Eso no tiene que ser así, de una vez por todas tenemos que pacificar, aceptar y dar continuidad a las obras. De Pascuale también tuvo una trayectoria impecable. Ellos recibían los cargos para usarlo para el hospital, para conseguir mejoras y ampliaciones.

Esta es una ínfima muestra de la historia del Hospital Santa Rosa. Hay mucho para contar y se está haciendo un trabajo impecable para recordar los 100 años de la fundación oficial. Alumnos del Instituto María Auxiliadora aportan documentales valiosísimos y muchos historiadores locales suman su esfuerzo para armar este gran rompecabezas tan importante para nuestra ciudad.