Por Cecilia Capovilla
El 2 de abril de cada año es día muy sentido para la historia reciente de los argentinos porque la efeméride nos invita a pensar y a reflexionar sobre Malvinas. Por esto entrevistamos a Graciela Pelayo, profesora de Historia de Chajarí, quién inició su relato preguntando,
¿Qué son Malvinas?, ¿Qué pasó el 2 de abril de 1982?, ¿Qué son hoy Malvinas?. La historia de Malvinas es una historia de usurpación y abandono, todos la usurparon y todos la abandonaron, excepto los ingleses que están instalados en un lugar con una realidad política, jurídica y geopolítica muy compleja, explicó.
Contextualizando aquel 1982, en Argentina teníamos un proceso militar de Reorganización Nacional, el cual estaba en un desgaste muy fuerte. El proceso más duro de la historia argentina, con desaparecidos, terrorismo de estado y la eliminación sistemática de quienes pensaban diferente. Ya se habían sucedido Viola, Videla. Galtieri estaba como presidente de la Junta Militar, que creyó lo que no tenía que creer: que Estados Unidos (por la lucha anticomunista) y Chile (como país hermano) nos iban a apoyar.
Argentina se encontró sola declarándole la guerra a un imperio porque, Estados Unidos ayudó a su aliada Inglaterra y Chile les prestó sus puertos, sus aterrizajes, les brindó todo el apoyo. Nuestro país desconocía el proyecto del Neoliberalismo, el nuevo modelo de mundo que se iba a instalar a través de Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos y Magaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido.
No se puede dejar de mencionar que la prensa jugó un papel muy importante, todos decían que íbamos ganando, pero la realidad era otra. Por eso la condena tiene que ser para Galtieri, para el Teniente Coronel Arturo Félix González Naya y para Nicanor Costa Méndez, que era el canciller en ese momento. Ellos son los ideólogos de la Operación Rosario, en la cual pensaron que iban a presionar a Inglaterra tomando las Islas pacíficamente y que tendrían que negociar, para que gentilmente cedieran y devolvieran las Islas, nada más alejado de la realidad, sentenció Pelayo.
La guerra de Malvinas fue un delirio de quienes se creyeron superiores, un no pensar, no estuvo organizado, las fuerzas no estaba preparadas, no hubo preparación física de quienes combatieron, el armamento no existió. Malvinas es una deuda pendiente que tiene la Argentina con los veteranos y con quienes dieron su vida por una causa que estaba perdida desde el inicio.
Aún hoy, después de 34 años, ésta herida continua abierta en nuestra sociedad. Malvinas es una deuda histórica, pero también la falta de reconocimiento a los Veteranos y Caídos en Malvinas y a sus familiares, condenados al abandono y al olvido.