Se estima que los incas la habitaron sólo 60 años y que la abandonaron hacia 1532, huyendo de las matanzas de Francisco Pizarro. Durante cuatro siglos permaneció oculta por la vegetación, hasta que en 1911 el norteamericano Hiram Bingham la re – descubrió.
Por Claudia Cagigas
Machu Picchu es una de las siete maravillas del mundo y fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Es un Santuario Histórico; una ciudadela inca construida en la primera mitad del siglo XV en las alturas de las montañas de los Andes -en Perú-, sobre el valle del Río Urubamba. Fue un centro político, religioso y administrativo con templos, andenes, viviendas y canales de agua.
Acceder a Machu Picchu tiene una fascinación especial por el entorno natural en el cual fue construida, por la gran ingeniería desplegada para hacerla posible, por sus sofisticadas paredes de piedra, por sus edificios que se relacionan con las alineaciones astronómicas, por sus templos y sus vistas panorámicas.
Dos grandes zonas se advierten claramente: la agrícola, que comprende una vasta red de andenes o terrazas artificiales y la urbana, formada por diversas construcciones y plazas entre las cuales destacan los templos del Sol, de las Tres Ventanas, del Cóndor y el Templo Principal.
La Ciudadela estuvo interconectado con todo el Imperio Inca a través del Qhapaq Ñan o Red de Caminos Inca. Abandonada durante cuatro siglos tras la huida de los incas por las persecuciones españolas, fue re descubierta por el profesor nortemaericano Hiram Bingham en 1911, gracias a los contactos con los pobladores de aquella región.
Machu Picchu y su historia
Se estima que la historia de Machu Picchu data de 1450, cuando el primer emperador inca, Pachacuteq, mandó a construir un complejo urbano con edificaciones civiles y religiosas como refugio de lo más selecto de la aristocracia incaica. Pero alguna de las construcciones, ponen de manifiesto que también fue usada como santuario religioso.
Machu Picchu está ubicada a 80 kilómetros de Cusco, rodeada de profundos acantilados y alejada de la vista de extraños por una enmarañada selva.
Se cree que su población fue de unas 600 personas pertenecientes a la clase de los nobles, que eran los portadores del conocimiento. Un dato llamativo de esta clase fueron sus cráneos deformados; práctica que comenzaba a ejecutarse al año de vida, o dos, de los niños “con instrumentos que amarraban la cabeza, para logar esa forma alargada. El objetivo era juntar los dos hemisferios del cerebro porque la creencia inca era que de esta forma se aumentaba la inteligencia. Los pertenecientes a la clase de los nobles eran ingenieros, arquitectos, astrónomos, etc”, contó Luis, uno de los guías turísticos que hoy reciben miles de visitantes por semana en Machu Picchu.
¿Por qué los incas abandonaron Machu Picchu?
“En 1530 el Imperio Inca comenzó a colapsar, gracias a una guerra civil originada por dos líderes que lucharon por el poder. En ese tiempo la población estaba confundida, por eso, Francisco Pizarro aprovechó la posibilidad y pudo conquistar el imperio rápidamente”, explicó Luis.
“En 1532, con la llegada de Francisco Pizarro a Cusco, comenzaron las profanaciones de templos, las decapitaciones y ocho años después, estando Pizarro todavía en Cusco, había una población que resistía a los españoles y habitaba en Ollantaytambo, en Machu Pichu y en la selva peruana. Esta población se juntó para luchar contra los españoles en Cusco. Pero en esta lucha la población inca fue derrotada porque era un grupo pequeño y solo conocían armas de defensa muy rudimentarias. Entonces, el capitán, de nombre Manco Inca, habitante de Ollantaytambo, ordenó huir de Cusco hacia la selva peruana y cuando lo hicieron abandonaron muchos pueblos, entre ellos Machu Picchu”.
Librado a su suerte, el magnífico santuario inca prontamente fue cubierto por la vegetación de la selva peruana y quedó oculto durante 400 años. En 1911, Hiram Bingham, profesor e historiador norteamericano, vino a Perú con la intención de encontrar otra ciudad, Vilcabamba, la última capital de los incas… “Llegando a Cusco, se dirigió por el Río Urubamba y en la selva se encontró con un campesino, Melchor Arteaga, quien le mencionó que en la parte superior había una ciudad. Entonces, Bingham lo contrató como guía y así llegó a la ciudad oculta, a Machu Picchu”.
Cuando Bingham arribó, tres familias estaban radicadas en el sector. “Melchor Arteaga, Toribio Recharte, Anacleto Álvarez habitaban la parte baja de Machu Picchu, donde hacían agricultura. También había un niño de 8 años que, como un centro de diversión, conocía la ciudad metiéndose entre la vegetación y se ofreció como voluntario para enseñar al norteamericano todo lo que allí había…”.
Después de 400 años de resguardo, Machu Picchu salía a la luz… “Bingham hizo un convenio con el gobierno peruano para poder llevar todo lo que allí había a Estados Unidos para su estudio y devolverlo en 18 meses. Pero hasta el día de hoy las cosas no retornaron… En 2011, cien años después del descubrimiento científico, se hizo una petición de los gobiernos de Sur América toda y solamente retornaron 364 piezas, que hoy en día están ubicados en Cusco, en el Museo Casa Concha”.
De esta manera Machu Picchu fue re descubierta hace poco más de cien años, pero se desconoce su verdadero nombre. Machu Picchu, en realidad, es el nombre de la montaña en la cual se emplaza a 2490 metros sobre el nivel del mar (significa “montaña vieja”).