Una recorrida breve alcanza para notar el estado actual del lago del Parque Termal de Chajarí: desaparecieron los patos, escasean los peces y un agrio manto de verdín comienza a cubrirlo en forma persistente. En “El Espejo” hablamos con la responsable, Silvia Gomez, y nos quedaron más dudas que certezas.

Por Atilio Amerio

En los últimos meses, quizás alentados por la nula actividad por la pandemia, en el espejo de agua del parque termal han acontecido hechos de vandalismo, desaparición de patos y peces, proliferación de algas, e importante presencia de residuos. Notamos que, ante el avance del tiempo, la situación no mejora sino que parece estar en franco retroceso.

Ante tantos rumores y quejas de vecinos en las redes sociales, en El Espejo (Radio Show Chajarí) quisimos tener la versión oficial de estos hechos. Por eso nos comunicamos con Silvia Gómez, responsable del parque termal, para que nos contara lo sucedido:

“Nos han robado los patos, tres veces, durante la pandemia. La gente no entiende que este es un lugar para venir a disfrutar, no para hacer daño… Nosotros alimentamos a diario a los patos y a los peces del lago, y realizamos la limpieza, pero no colaboran. Tiran residuos en cualquier parte, dejan basura fuera de los cestos. Se les dice que por favor no lo hagan, pero no hacen caso”.

“No queremos poner más patos en el lago para que nos los sigan robando… Los peces de la laguna están todos. Lo que pasa es que no se los ve porque cuando hace mucho calor se meten debajo del puente de madera. Todas las mañanas un empleado los alimenta y yo le pregunto si vio algo anormal. Hasta ahora no me ha comunicado que sucediera nada extraño, ni que faltara ningún pez”.

“Tenemos un sereno que recorre toda la noche el parque, coordinado con el agente de policía del destacamento de termas, pero no es suficiente… parece que los ladrones saben cuando pasan y actúan aprovechando cuando no están… La noche del 24 de diciembre nos rompieron a patadas todas las luminarias y las arrojaron al agua… La verdad es que no sabemos ya qué hacer para resolver estos temas”, dijo Silvia Gómez. “El lago se está cubriendo de verdín (algas), y eso es algo que no podemos sacarlo del todo”.

Sin ánimo de polemizar, vamos a detallar qué vimos durante la recorrida que hicimos el jueves 25 de febrero entre las 17:30 y las 19 horas en el lago del parque termal:

• Un único pato nadando por el lago.
• Cuatro pacúes de un tamaño sensiblemente menor a los que solía haber.
• Un solo ejemplar de sábalo grande, y varios más chicos.
• Un ejemplar de pez anur (“blanquito”).
• Una pareja de tortugas acuáticas nadando tranquilamente entre las plantas sumergidas.

En cuanto a la contaminación y la falta de limpieza, no solamente observamos sino que tomamos acción y recogimos la basura que otros dejaron, a saber:

• Bolsas plásticas de diverso tamaño.
• Envoltorios de galletitas y de golosinas.
• Latas de bebidas.
• Botellas plásticas.
• Papeles varios.

La mayoría de estos residuos estaban dentro del espejo de agua. Algunos pocos en la periferia o en la orilla. Se notaba que algunas bolsas plásticas llevaban algún tiempo sumergidas o en contacto con el agua, por el nivel de degradación que presentaban. Calculamos que aproximadamente recogimos y tiramos en el cesto correspondiente alrededor de un kilogramo de basura… Parecería poco, si no fuera que se trata de elementos de peso escaso (bolsas, papeles), por lo que el volumen es considerable.

Pero lo más triste, y que hasta ese momento nunca había visto en el lago del parque termal, fue encontrar un pez anur muerto y en avanzado estado de descomposición, flotando contra el alambrado de la cascada, debajo del puente de madera, donde escurre el agua hacia la reserva natural. Penoso, no sólo por el pobre pez, sino porque nadie lo vio ni se preguntó qué pudo haberle pasado. ¿Fue una muerte natural? ¿Fue lastimado por alguien que lo quiso pescar? ¿O se intoxicó con alguna sustancia? Nunca lo sabremos.

Esta recorrida y los hallazgos quedaron registrados en videos y fotos.

Estamos inermes ante el vandalismo y los robos. Los medios disponibles no alcanzan. La agenda la dictan los ladrones. Ellos decidieron que no podemos tener más patos ni peces en nuestro lago de termas. Gracias a estos forajidos nuestra calidad de vida se ve afectada. Quienes antes íbamos a este lugar a buscar paz, relax, meditación, o simplemente a pasarla bien en familia y en contacto con la naturaleza, ya no podemos hacerlo. Nos cambiaron, de manera inconsulta e injustamente, la realidad.

Cuando decimos que la culpa la tiene “la gente”, estamos diciendo que la culpa no la tiene nadie: decimos que no hay responsables… Porque, ¿quién es “la gente”? Todos y nadie al mismo tiempo.

La encargada de Termas hace un muy buen diagnóstico de la situación. Detectó dónde surgen los problemas: las personas que roban, otros que ensucian, aquellos que rompen; y lo resume en cuestiones de educación y de cultura. Estamos de acuerdo. Pero para resolverlo hace falta más decisión que voluntad.

Aportes para encontrar soluciones.

Los ladrones son especialistas en seguridad. Sí, así como lo leen. Ellos saben, investigan y conocen cuáles son y dónde están los puntos débiles en cualquier propiedad, predio, campo, vehículo o vivienda; y sobre ellos actúan para cometer sus delitos.

Entonces, para contrarrestarlos es imperativo consultar a los expertos que están del lado de la ley, para que identifiquen los puntos vulnerables y propongan acciones para fortalecerlos. Por ejemplo, pueden ser soluciones instalar un puesto fijo o garita de seguridad en esos sitios; colocar cámaras; iluminar las zonas oscuras; reforzar y entrenar al personal de seguridad y/o serenos, darles herramientas como linternas, equipos de comunicaciones (handies) y vehículos para desplazarse.

Así también son valiosos los elementos disuasivos como alarmas, alambrados, luces con sensores de movimiento, cartelería, áreas iluminadas durante la noche, etc.; aunque estos elementos por sí solos no garantizarán la inviolabilidad del predio. El factor humano, la presencia de personal especializado, es indispensable.

Las autoridades no hicieron la denuncia policial por el hurto de los animales, y es un error. En primer lugar, es obligación de los funcionarios la custodia y el cuidado de los bienes de la comunidad (en este caso, los patos y los peces de la laguna). Y en segundo término, al no realizarse investigación alguna, no es posible asignar las responsabilidades del caso. Quiero decir que nunca sabremos hasta dónde llega el nivel de participación de cada persona involucrada en los ilícitos que se cometieron. Siempre nos quedará la duda de si el o los ladrones saltaron el alambrado del fondo, o si entraron o salieron por otro lado.

Formación de equipo de Eco Guías.

En cuanto al tema de los residuos y de las personas que los arrojan en cualquier parte, se deberá hacer docencia, instruir y guiar. La formación de un equipo de Eco Guías, es decir, anfitriones que recorran el parque informando, comunicando, enseñando a los visitantes sobre la importancia de mantener la limpieza y minimizar el impacto ambiental, podría ser muy útil. La cartelería alusiva, la distribución de folletos, la interacción directa y amable con los visitantes serían las funciones que este equipo debería desarrollar.

Debemos entender y aceptar que no sabemos todo, no somos especialistas en todas las disciplinas. Por lo tanto, es imprescindible buscar, consultar, invitar, contratar, y/o preguntar a los técnicos en cada una de las áreas: en estos casos, Seguridad (patrimonial, física), y Medio Ambiente (formación de equipos de Eco Guías, señalética adecuada, etc.).

Todas las propuestas pueden ser válidas, las distintas opiniones deberían ser tenidas en cuenta. Lo único que no debemos hacer es abdicar, y entregarle el poder de decisión a aquellos que lo único que persiguen es dañar y arruinar lo que con tanto esfuerzo otras personas intentan conservar.

Con el control solo no alcanza. Hay demasiados alambrados, demasiados candados, demasiadas restricciones horarias… y los robos siguen sucediendo. Necesitamos liderazgo y decisiones, hacerse cargo y resolver, preguntar cuando no se sabe. Ser inflexibles ante los delitos.

Sólo de esta manera, en nuestra humilde opinión, podremos volver a disfrutar de este entorno natural que tanto nos gusta, y al cual no estamos dispuestos a renunciar.