Profesionales que no cobran sus honorarios desde mayo, cortes en la cadena de pagos, la posible creación de una nueva comisión para administrar los fondos de discapacidad por fuera de las obras sociales –a través de un DNU- y muchas mentiras, son factores que encendieron la alerta en todo el país. Ayer lunes tuvo lugar una multitudinaria marcha en Chajarí.
Por Claudia Cagigas
La discapacidad no es un gasto ni son las personas con discapacidad quienes desfinancian a las obras sociales. El dinero que financian los tratamientos, prácticas de rehabilitación y elementos ortopédicos NO SALEN DE LOS AFILIADOS ni de las obras sociales, sino del dinero que pagamos en concepto de impuestos y que recauda la AFIP. AFIP es quien gira la masa dineraria a la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) y ésta, a su vez, la envía a las obras sociales para que abone a los profesionales que atienden pacientes con discapacidad.
El problema que hoy se hace más visible a través del Colectivo de Discapacidad, con marchas que se repiten en varios puntos del país, es de vieja data, no obstante, ahora se ha intensificado por la suspensión en la cadena de pagos que ya venía con atrasos. A esto se suma un DNU -que quedó momentáneamente en el freezer-, que propone que ese dinero deje de enviarse a las obras sociales y se destinen a una nueva comisión estatal que se crearía para administrar todo lo inherente a discapacidad. Esta nueva comisión tendría incluso la facultad de decidir qué prestaciones corresponderían cubrir y qué prestaciones no y, por si fuera poco, los sindicatos también estarían ahí.
En el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), charlamos de esta grave situación con Claudia Capeletti (psicopedagoga), Luisina Percara (fonoaudióloga), Jaquelina Gómez (maestra integradora) y Lourdes Tisocco (mamá de un joven con discapacidad). Muy preocupadas por lo que está aconteciendo, dejaron en claro que la lucha no sólo tiene que ver con honorarios profesionales sino con una cuestión más profunda: un sistema obsoleto, donde se paga a los prestadores con varios meses de retraso y el riesgo que implicaría la creación de esta nueva comisión.
“No pude ser que estemos en septiembre, esperando cobrar mayo. ¿Qué trabajador puede sostener esto? Por eso decimos que la discapacidad está en riesgo, porque es difícil, después de esta experiencia, que un profesional acepte trabajar con discapacidad”, dijeron. “Hasta hace un tiempo, nos conformábamos con entrar en la cadena de pagos porque, aunque atrasado, todos los meses iba llegando algo. Pero ahora esa cadena se cortó, ahí lo sentimos y fuimos un poco más conciente de la precariedad en la que estamos trabajando”, dijeron.
La situación de las maestras integradoras es aún más complicada porque, al no estar reconocidas por el Consejo General de Educación (CGE), su sueldo no sale del CGE sino de los fondos destinados a discapacidad. Las maestras integradoras son quienes acompañan al niño con discapacidad en el aula, para que haya un proceso de integración en la escuela común. Si el dinero no les llega en tiempo y forma, no disponen de otro ingreso.
La tristeza de tener que replantear si seguir trabajando o no en discapacidad
“Muchas de nosotros amamos lo que hacemos y es muy triste tener que replantearnos, después de tantos años de estudio, si podemos seguir trabajando así. A mí me deben desde mayo y yo tengo que pagar una niñera para que se quede con mi nene, tengo que seguir viviendo, tengo que pagar el monotributo que no me espera… Es desgastante, estresante, porque queremos cobrar nuestro trabajo, no tenemos ninguna respuesta y continuamente estamos pendientes mirando si nos depositaron o no”, dijo Jaquelina Gómez.
“Es tremendamente desgastante. Ahora las obras sociales nos mandaron un comunicado diciendo que los pagos deberían entrar antes del 15 de septiembre, pero lo que charlamos en todas las marchas es que no nos podemos conformar con que nos paguen junio y listo. Esto tiene que seguir movilizándose, porque un paciente con discapacidad no puede estar en riesgo de seguir perdiendo sus terapias porque el gobierno decide sacar un DNU o porque las obras sociales juegan con nuestra plata y la siguen bicicleteando… Uno ama lo que hace, pero llega un momento en que nos plantemos cómo hacemos para vivir”, coincidió Luisina Percara.
Finalmente, Claudia Capeletti consideró que “de las crisis surgen cuestiones que uno tiene que mirar positivamente” y celebró que el Colectivo de la Discapacidad se haya levantado, se esté haciendo escuchar y manifestando en distintos lugares del país. De hecho, el lunes por la noche tuvo lugar en Chajarí la tercera marcha y con una multitudinaria concurrencia que superó las expectativas de los organizadores.