La continuidad de las prestaciones en discapacidad está en riesgo, a raíz de los atrasos en los pagos que deben realizar las obras sociales y por un DNU -que momentáneamente está en el freezer-, que propone que esos recursos ya no sean administrados por las obras sociales sino por unan comisión especial. Recortar en discapacidad… Una nota de EL ESPEJO con Lourdes Tisocco, mamá de Agustín Pérez.
Por Claudia Cagigas
Agustín Pérez tiene 28 años y por sus múltiples discapacidades actualmente realiza seis terapias de rehabilitación que le ayudan a mejorar su calidad de vida: Psicomotricidad, Terapia Ocupacional, Musicoterapia, Kinesiología, Equinoterapia, Psicología. También cuenta con Acompañamiento Terapéutico y transporte para acudir al centro donde las realiza. La problemática que hoy se hace sentir con más fuerza por la interrupción en la cadena de pago a los prestadores -por parte de las obras sociales-, nos hace mirar en primera persona las historias detrás de esta lucha, para hacer más visible el problema y entender por qué se insiste con tanto énfasis en una inmediata solución. Por un lado, los profesionales tienen que cobrar por su trabajo para poder vivir y, por el otro, los pacientes necesitan de ese trabajo profesional para poder vivir de la mejor manera posible, aliviando afecciones que no eligieron.
Como Agustín Pérez, muchas personas necesitan varias terapias por sus múltiples discapacidades. Y uno, desde afuera, podría preguntarse “¿Es necesario tanto?”. Entrevistada en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), Lourdes Tisocco, mamá de Agustín, respondió: “Eso le tengo que explicar todos los años a la obra social. Agustín es un chico con Trastorno Espectro Autista (TEA). Además, tiene agenesia del cuerpo calloso, disminución visual, trastornos de la marcha, por eso necesita todas estas terapias. Quien lo conoce piensa que no puede ser, que no es para tanto, pero Agustín es lo que es por todo el camino recorrido. No siempre fueron tantas terapias porque antes no había. Le diagnosticaron autismo a los seis años, acompañando de lo otro que ya se había visto. Se suponía que no iba a caminar por la falta de equilibrio, ya que la zona del cerebro que regula eso estaba afectada, entonces, por el tratamiento y por estar acompañado de terapistas todo el tiempo, está donde está y es lo que es. Como mamá no me corro, pero tengo que pedir ayuda a toda esta gente que estudió para eso. Si esto se corta, a los dos o tres meses se vería reflejado en él. Agustín es autista, no necesita comunicarse con el entorno, lo hace por todo el estímulo que recibe. Si deja de ir a la kinesiología volvería a la marcha muy mala, tendría problemas en la cadera, en sus pies. Si deja de tener Psicología, estaría más ansioso (no está medicado), volvería su malestar y hasta su agresividad, que no la tiene por todo el acompañamiento. Musicoterapia es su fuerte porque ama la música. Tiene muchas dificultades para vestirse, entonces Terapia Ocupacional y Psicomotricidad apuntan a eso y a otras tantas cuestiones de la vida cotidiana. Entonces es muy necesario que esté esta gente alrededor, es muy necesario que no se corten las terapias porque su discapacidad es permanente”, explicó Lourdes.
Quienes conocemos a esta mamá, sabemos de su lucha constante –como la de tantas madres y padres- y también sabemos que no es rencorosa. No obstante, reconoce que en este momento siente rabia. “En este momento me provoca bronca y rabia que se piense recortar en discapacidad, cuando hay gente que tiene dos brazos en perfectas condiciones, que no tiene ningún problema psicológico y que decide renunciar a su trabajo porque lo que le da el Estado le alcanza para estar cómodo en su casa. Me da rabia que esa persona sana, que puede trabajar, reciba tres veces más que un discapacitado, generando malestar, porque no creo que alguien sentado en su casa pueda tener una vida plena. Esto que digo me lo contó con orgullo esa misma persona, me dijo que renunció a una maderera porque lo que recibía del Estado le alcanzaba. Entonces creo que por ahí podrían empezar los recortes o un buen DNU. Esa persona, como muchísimas otras, tienen posibilidad de ir a trabajar y sentir dignidad y alegría; mi hijo no tiene esa posibilidad…. Yo no estoy en contra de los planes, creo que alguien que realmente necesita puede tener un plan transitorio, ahora ¿tantos planes y para tanta gente? ¿Es justo eso? ¿Es justo no tener que hacer un trámite para renovar un plan y sí tener que hacer la renovación de un Certificado Nacional de Discapacidad cuando una discapacidad es permanente e irreversible? Estas cosas que no tienen lógica son las que han comenzado a generarme dolor y malestar”, concluyó Lourdes Tisocco.
Por todas estas personas a las que la vida no les dio cartas fáciles de jugar, por todos los niños, adolescentes y adultos que necesitan de por vida muchas terapias que los ayuden a mejorar aunque sea un poquito sus dolencias, marchamos junto al Colectivo de Discapacidad -también en Chajarí-, nos sumamos, reclamamos a lo largo y ancho del país para que NO SE RECORTE EN DISCAPACIDAD y se cumpla en tiempo y forma con lo que es ley.