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9 agosto, 2016

¿Cómo elijo una carrera sin equivocarme?

luciana stivanello

 

Por Claudia Cagigas

El fin de la secundaria es un momento de euforia pero también de incertidumbre… Una nueva etapa está por comenzar y las preguntas son inevitable: ¿Para qué sirvo, qué puedo hacer?… La ausencia de respuestas rápidas genera angustia, por lo que es imprescindible reflexionar sobre el particular.

 

“La vocación tiene que ver con la búsqueda del sentido en la vida, con la realización personal, con el ser más que con el tener. Esta inquietud nace en la última etapa de la adolescencia, entre los 17 -18 años. La gran pregunta que siempre aparece es ¿para qué sirvo?, ¿cuál es la carrera más acorde para mí? Y ahí está la frustración que desde la orientación se genera o se debe generar, porque nadie es mentor de lo que el otro va a hacer en su vida. Entonces, más que respuestas, uno desde la orientación debe generar preguntas”, explicó la psicóloga Luciana Stivanello, a cargo de un Programa de Orientación y Reorientación Vocacional Personalizado.

 

“La vocación no viene con uno”

 

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Solemos creer que la vocación es algo con lo cual se nace. Sin embargo, Luciana Stivanello opina que “lo que viene con uno es la subjetividad, que es la base sobre lo cual se asienta lo vocacional”. Para ella “la vocación construye y es una búsqueda permanente que nunca se estanca porque la vida no es estática”.

 

Así las cosas, hay que aceptar que el error es parte de la vida. Y que lo que hoy elijo no necesariamente es lo que voy a elegir dentro de un tiempo. Sin embargo, hay procesos de orientación vocacional que trabajan no sólo con las habilidades de cada persona sino también con sus deseos y ayudan en esta búsqueda.

 

¿Cómo orientar? orientacion vocacional

“Décadas atrás la orientación era de índole más psicométrica, tenía que ver con los famosos test y eso tiene sus riesgos porque no tiene en cuenta la subjetividad, el deseo, que es el motor de la vocación”, indicó.

 

Para Luciana Stivanello, la orientación debe ser un proceso –corto porque no excede los ocho encuentros- donde se trabaje “aquello con el cual el sujeto está atravesado: su historia, las identificaciones, los modelos y lo social. No es un espacio terapéutico sino de búsqueda. Es mucho más que llenar planillas, es un abordaje clínico que tiene una impronta psicoanalítica, para que el orientado conecte con su deseo”.

 

Las presiones familiares y sociales

orientacion vocacional 1

“Las representaciones sociales, lo que está en el imaginario colectivo acerca de las carreras más prestigiosas, mas exitosas es muy fuerte. Pero todo eso está en decadencia porque si hay algo que no te da garantía es el prestigio. Hay investigadores que están en el CONICET que no son reconocidos, incluso no reciben un salario digno. Antes ser médico, ingeniero, abogado era casi una garantía de que ibas a tener trabajo, que ibas a ser una persona exitosa y te iba a ir muy bien, pero hoy no es así. Sin embargo las presiones siguen existiendo, a veces de manera explícita y otras implícitas y eso genera mucha frustración en los jóvenes y adolescentes porque los adultos se las transmitimos”.

 

Me gusta esto, ¿pero voy a poder trabajar de esto?artistas

La preocupación por lo económico es muy fuerte. “Cuando el chico está seguro de lo que quiere estudiar porque logró conectar con lo que desea, a veces aparece la preocupación por la salida laboral. Entonces ahí lo que se trabaja es la información sobre los espacios en los que van a poder desplegarse con lo que le gusta. Esto alivia, genera la apertura a múltiples posibilidades que se pueden desplegar a lo largo de la vida”.

 

A modo de síntesis, la psicóloga puntualizó:

orientacion vocacional 2

– En un proceso de orientación vocacional es imprescindible dar lugar a la pregunta. “Hay padres que se asustan cuando los chicos venían muy seguros con una carrera y de pronto aparece la duda. Pero esto es muy sano y muchas veces logra derribar los mandatos familiares que no tienen nada que ver con ese hijo”.

– Separar nuestros deseos de la de nuestros hijos. “Es complejo porque también se ponen en juego los ideales de los padres, las expectativas, las frustraciones que vivieron en sus trayectorias vocacionales, ocupacionales. Está bueno ser receptivos a la hora de hablar con nuestros hijos porque en general las preocupaciones, las inquietudes y ansiedades que traen no tienen que ver con cuestiones de nuestra adolescencia”.

– Tener en cuenta que “a partir de determinada edad, los papás nos convertimos en acompañantes en la vida de nuestros hijos. Uno siempre va a ser madre pero no desde el mismo lugar y eso es complejo para algunos padres”, concluyó.

 

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