La historiadora Daniela Zanandrea y el antropólogo Luis Capeletti están llevando a cabo talleres de rescate de olvidos y negaciones en la historia local, a través de relatos orales de los concurrentes. La reconstrucción desde los recuerdos y vivencias, es como “una arqueología de la memoria”, que permite “dar voz a aquellos que no la tuvieron” y sanar a partir de la inclusión.

Por Claudia Cagigas
El presente es lo que venimos siendo desde el pasado. Venimos de sociedades excluyentes, de historias oficiales donde los derechos existieron, pero no se legitimaron en la práctica. Y así hubo sectores olvidados, negados en nuestra historia, como las mujeres, las poblaciones originarias, las poblaciones afro, entre otros tantos…
“Historias para contar” fue un primer taller organizado en el Museo Camila Quiroga de Chajarí, en el marco del 150 aniversario de la ciudad, donde 15 personas se juntaron para contribuir con relatos no escritos que subsisten en la memoria. Guiados por el antropólogo Luis Capeletti y por la historiadora Daniela Zanandrea, este taller tuvo muy buenos resultados y ahora se está impulsando un segundo con la misma gente que participó. También se proyecta otro denominado “Historias para contar con palabras mayores”, destinado a adultos mayores, que comenzará el 9 de septiembre.
Evangelina Monti, una modista que confeccionó los vestidos de las novias de Chajarí
Cuentan que Evangelina Monti vestía a todas las novias de Chajarí, alrededor de la década de 1950 y que inclusive sus vestidos llegaron hasta las Islas Malvinas. Era una modista que también tenía un comercio donde vendía cosas de novias, “en una época donde el objetivo de cada mujer era el casamiento”, contó Daniela Zanandrea, a partir de relatos que salieron a la luz en ese taller.

Eduardo Ríos, un escribano afro que firmó los primeros títulos de propiedad de Villa Libertad
Otro de los personajes relevantes que aparecieron en el taller fue el escribano Eduardo Ríos, “uno de los primeros escribanos de la localidad fundacional, el que habrá firmado casi todos los títulos de propiedad de la localidad. Era de origen afro. A partir de ahí este olvido, no solo de las mujeres, de los originarios sino también de la población afro. Él había nacido en Concepción del Uruguay, pero vivió aquí y se casó en la Parroquia Santa Rosa en 1906. Más o menos accionó ente 1890 y 1930”, estimó Luis Capeletti.
Los padres de Ríos ya eran libres. Y la aclaración vale porque los africanos no llegaron a nuestro país como inmigrantes sino como esclavos. “Eduardo Ríos fue uno de los personajes más relevantes de la localidad de fines del XIX, principios del XX, pero no reconocido. De fondo está esa cuestión de negación e invisibilidades de ese segmento de la población”, agregó.

Las esculturas de la Estancia La Florida: la reconstrucción del paisaje desde la memoria
Otra relevancia de “Historias para contar” fue la reconstrucción de parte de la historia de las dos esculturas de la Venus del Nilo, que hoy están en el Museo Camila Quiroga y que en un tiempo estuvieron en Plaza Urquiza. Estas Venus pertenecieron a la Estancia La Florida, al igual que las estatuas de Benjamín Franklin y Tomás Jefferson que actualmente podemos apreciarlas en el frente del Museo. En el taller, uno de las personas recordó que cuando era niño jugaba con las estatuas en la misma Estancia.
“Conocer a alguien que de niño las vio en vivo, en su lugar de origen; que jugaba con esas esculturas, me parece muy interesante… Hay mucha gente que conoció la estancia funcionando como estancia o como sede administrativa de la primera colonia. Esto es como una arqueología desde la memoria, la reconstrucción del paisaje desde la memoria”, opinó Luis Capeletti.

La historia sirve si nos puede sanar
Para la profesora Daniela Zanandrea, “la historia sirve si nos puede sanar, si es terapéutica” y consideró que el taller tuvo mucho de eso. “Venimos de una historia oficial con muchísimos olvidos, con muchísima oscuridad, con muchísima invisibilidad de muchos actores sociales. Así fue nuestra historia argentina y nosotros somos parte de ellas”.
La historia es terapéutica “porque nos ayuda a reflexionar, a hacer críticas, a poner luz en estos lugares oscuros. Y eso es sanador. Ojalá que este nuevo aniversario nos ayude a poner luz, a sanar un montón de cuestiones que tiene que ver con los valores, con cómo somos y cómo queremos seguir siendo…”.
Prestar voz a las voces silenciadas, es el objetivo de estos encuentros que se organizan en el marco de los 150 años de Chajarí (que se cumplirán el año próximo).
“Historias para contar 2” comenzará el 2 de septiembre próximo, de 14:30 a 16:30 horas en el Museo Camila Quiroga.
“Historias para contar con palabras mayores” está destinado a adultos mayores y comenzará el jueves 9 de septiembre de 14:30 a 16:30. En ambos casos hay que inscribirse comunicándose al 424418 o al 3456 – 432070.
Los facilitadores de los talleres son Daniela Zanandrea, Luis Capeletti y Débora Cáceres.