La Directora Departamental de Educación, Mónica Masetto, habló de los graves problemas que se detectan en las escuelas locales: violencia familiar, abusos y se mostró preocupada por el alto porcentaje de suicidios.
Por Claudia Cagigas
Cuando hablamos de educación, solemos centrar la atención en los contenidos, los edificios escolares, los sueldos y en algunos casos en los maltratos físicos y emocionales que sufren muchos chicos en sus hogares. Sin embargo, hay docentes que también son víctimas de violencia familiar y de esto poco se dice. Mónica Masetto, Directora Departamental de Educación Federación, habló del tema en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí)y dijo: ¨Nos hemos encontrado con chicos maquillados para que no se noten los golpes y también con docentes que se maquillan para que no se vean los golpes que reciben en el hogar¨.
Profundizando en el tema, la funcionaria agregó: “La violencia es transversal, traspasa al niño, ordenanzas, cocineros, equipos directivos, docentes. Cada uno tiene una situación de vida y cuando en la escuela se detecta un caso hay que avisar siguiendo un protocolo… También hemos recorrido algunas escuelas nocturnas y notamos que las mujeres y los hombres naturalizan muchas situaciones de violencia”.
Los abusos intrafamiliares son de todo tipo y, en el caso de los niños, “la violencia la sufren “no sólo de los padres sino también de hermanos mayores”.
Suicidio y escuela
Masetto se mostró preocupada porque “el año pasado tuvimos un alto porcentaje de suicidios” y, en este sentido, contó que debió ir a la morgue a ver una chica de 13 años que se había quitado la vida. “Fue muy duro para mí, para el padre, para la escuela, porque produce una conmoción tremenda”.
Sobre el rol de la escuela en la atención de estas problemáticas, dijo que el abordaje de la prevención del suicidio, los consumos problemáticos, los embarazados no deseados “son contenidos transversales”. Es decir, “en la materia en que el tema salga, debe tratarse… Soy una convencida que cuando hay un chico con problemas, la vida prima sobre todo… a veces solamente con una palabra podemos lograr en el otro un montón de cosas”.
“Los chicos se manifiestan de muchas maneras: durmiéndose en la escuela, con conductas agresivas, con faltas excesivas, con conductas adictivas y somos nosotros, los adultos, los que tenemos que estar atento a esas manifestaciones para ir al encuentro”, dijo.
¿Cómo se ayuda desde la escuela a niños víctimas de violencia familiar?
Existe un protocolo escolar para el abordaje de la violencia familiar. No obstante, en algunos docentes “persiste el temor a involucrarse”, pero “no hay que dudar en hacerlo, porque si uno se convierte en cómplice”, opinó.
Por su parte, Andrea Cracco, referente de Educación Sexual Integral (ESI) del Consejo General de Educación (ESI), explicó que cuando se detecta un caso, “se trabaja articuladamente. La escuela es el primer eslabón. El director debe hacer un informe de sospecha, para que el resto de las áreas puedan trabajar articuladamente. Ese informe debe ser llevado a Defensoría, luego se avisa al COPNAF y a la Dirección Departamental de Educación”.
¿Cómo ayuda a docentes víctimas de violencia?
Para aquellos docentes víctima de violencia familiar, existe un régimen de licencias “y siempre, desde la Departamental, se tienen contemplaciones por un cambio de funciones cuando es algo comprobable”. Pero más allá de las licencias, es importante que esa persona reciba ayuda. El problema es que “a veces, el docente que es víctima, opone resistencia a ser ayudado… Tenemos docentes que han denunciado golpes que notaron en sus compañeros de trabajo y a veces han sido atacados por el mismo compañero al que quisieron ayudar… De todas maneras, creo que no tenemos que mirar hacia un costado, pero en el caso de un adulto es más complicado porque no se puede intervenir en forma directa como en el caso de un niño”, dijo Mónica Masetto.
Andrea Cracco, agregó: “Cuando se trata de un adulto la ayuda siempre será limitada porque es el adulto el que decide si quiere ser ayudado o no. Se les puede dar herramientas, como hemos hecho desde ESI para trabajar la autoestima, la autovaloración. Hay gente que sufre violencia y no se da cuenta, porque el golpe es el último eslabón, antes hubo violencia psicológica que muchas veces no se la toma como violencia. Y hemos notado que hay personas que no tienen un proyecto de vida, aunque tengan un título o un trabajo”.
Finalmente, para ayudar a los docentes en riesgo, Cracco consideró que, desde la Dirección Departamental de Educación, se podrían “gestionar espacios de descarga, con una contención y una escucha porque, tal vez, esas personas no tengan un lugar para expresarse y ser contenidos”.
La preocupación está y desde la Departamental se asegura que tienen la atención puesta en estas problemáticas.