Las ruinas del saladero se conservan dentro de un monte, al costado del Camping Mocoretá. Los túneles hallados en 2012 fueron sellados para preservarlos. Funcionó entre 1878 y 1909. A su cierre, parte de sus trabajadores se trasladaron frente a la estación del ferrocarril, constituyendo el germen poblacional de Mocoretá.

Por Claudia Cagigas
Hasta hace unos años todos los vecinos de Mocoretá sabían de unas ruinas ubicadas en inmediaciones al Camping Municipal, sobre el Rio Mocoretá, pero desconocían con exactitud a qué pertenecían. En su libro Orígenes de Mocoretá, el Profesor César Manuel Varini habló de un saladero y la importancia que tuvo para la zona, pero nunca desarrolló el tema. Pero un día, Varini entregó la posta a Marcelo Tisocco (abogado, vecino de Mocoretá que se define como investigador amateur), quien junto con la Profesora de Historia Luciana Preisz, se embarcó en esta investigación. Le regaló fotocopias de tres cartas que están en el Palacio San José, donde se hace referencia al saladero y ahí comenzó el proceso de investigación.
¿Por qué el Palacio San José? – Los orígenes
“Casi todo el departamento Monte Caseros fue propiedad de Justo José de Urquiza, luego de su hija Dolores y de su yerno Samuel Sáenz Valiente. La instalación del saladero se hizo en campos de la Sucesión de Urquiza, cuando éste ya había sido asesinado… Quien abrió el saladero en 1878 fue Joseph Pla, un calatán radicado en la zona de Concordia con varios emprendimientos”, contó Marcelo Tisocco en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí).

En 1878 hacía tres años que se había inaugurado el ramal Federación – Monte Caseros del Ferrocarril del Este y el saladero se ubicó cerca de la Estación Mocoretá. Inclusive “el FFCC tenía un ramal que ingresaba al saladero, seguramente para cargar y descargar la mercadería”, agregó.
En el transcurso del tiempo la empresa tuvo varios propietarios, “hasta que en 1882 se creó en Bélgica la Sociedad Anónima Saladero Mocoretá, enteramente con capitales extranjeros, principalmente con Bunge y Born”.
La comercialización de la carne salada
El Saladero Mocoretá se creó en 1878 para procesar carne vacuna y exportarla para alimentar ejércitos europeos y poblaciones de esclavos -como en el caso de Brasil-. “El gaucho tenía la costumbre de dejar secar la carne al sol para darle un consumo posterior. El saladero es un mismo concepto pero más desarrollado dado que se faenaba el animal, se lo cortaba en tiras delgadas, se lo colocaba en sal muera y luego se lo dejaba reposar entre capas de sal. Finalmente se secaba la carne al sol hasta quedar convertida en charque o tasajo y se la preparaba en barricas para comercializar”, sintetizó Marcelo Tisocco.

En el estatuto de creación de la Sociedad Anónima Saladero Mocoretá, que se encuentra en Bélgica, hay una descripción completa de los edificios y las instalaciones. “Se puede apreciar que eran de importancia. No pudimos hallar planos pero sí una descripción detallada de cada uno de los edificios, de las dimensiones que tenían, los materiales conque estaban construidos, maquinarias y herramienta que utilizaban”, detalló.
¿Quiénes trabajaban en el saladero?
Según las planillas del Segundo Censo Nacional, que están en el Archivo General de la Nación, “para 1895 el saladero tenía alrededor de 90 empleados… Entre ellos había muchos correntinos pero también uruguayos, brasileños, africanos y en menor medida europeos”, contó el historiador. Cabe destacar que por aquellos años las planillas censales contenían no sólo en nombre de la persona sino también su edad, composición familiar, actividad que desarrollaba, casi la historia completa de la persona, por lo que esos datos son de suma utilidad para la reconstrucción histórica.

Cierre y desmantelamiento
La vida del Saladero Mocoretá fue relativamente corta. Cerró en 1909 por varios factores: “En Brasil se abolió la esclavitud y no había mercados para colocar el charque; la industria frigorífica estaba en marcha y había barcos que permitían transportar carne refrigerada y consumirlas en mejores condiciones que la carne salada”, explicó Marcelo Tisocco.
A partir del cierre muchos operarios se trasladaron a lo que hoy es Mocoretá y comenzaron a reciclar algunos materiales para hacer sus viviendas: tirantería de madera dura, tejas francesas y ladrillos… “De hecho, el primer edificio de la Escuela 244 se hizo enteramente con material del saladero”.
En el lugar donde se levantó aquella industria quedan restos de estructuras, maderas, cimientos muy derruidos por el paso del tiempo y por la acción humana. Además, en el lugar funcionó una cantera, por lo que fue prácticamente destruido. “Hoy, dentro de la vegetación, se pueden ver algunas paredes de importancia y vestigios de la construcción”.

Los túneles hallados en 2012
En el 2012 en forma accidental fueron hallados los túneles que pertenecieron al Saladero Mocoretá. Están en dirección Norte Sur, paralelos a las vías del FFCC. “Tienen forma abovedada, son de ladrillo y se supone que serían un sistema de desague pero eso está por investigarse. Hoy están tapados para evitar el deterioro y el vandalismo”, aclaró Tisocco.
Tras el hallazgo, un grupo de antropólogos fue traído a Mocoretá para estudiar el lugar. “Hicieron una prospección y a partir de ese primer trabajo Cultura Municipal comenzó a gestionar fondos para llevar adelante la tarea con mayor extensión en el tiempo, pero no pudimos conseguirlos. En 2016 a través del Gabinete Antropológico de la provincia de Corrientes se consiguieron fondos, pero no logramos que el primer equipo de antropólogos vuelva. Vino otro e hizo otra etapa del trabajo. Ahora queda pendiente una tercera etapa de rescate y puesta en valor”, sintetizó.

Una historia que cambia la fecha del origen de Mocoretá
La historia del saladero es importante en sí misma, pero la hipótesis de los investigadores deja al descubierto un hecho aún más saliente: “Mocoretá celebra su fundación el 20 de abril de 1875, coincidentemente con la inauguración del segundo ramal del FFCC Argentino del Este (Federación – Monte Caseros), cuando en realidad no había población… La verdad que establecer la fundación en 1875, sin que haya población, es un poco complicado. No obstante, con anterioridad a esa fecha algunas familias ya habían comenzado a radicarse y en 1918 ya se encontraba la Escuela Nacional, la Oficina de Correo y algunos vecinos que vivían en la zona. La hipótesis de nuestro trabajo es que una vez que se cierra el saladero, un remanente que vivía a su alrededor se traslada a pocos kilómetros, frente a la estación del FFCC, constituyendo el germen de la población de Mocoretá”, concluyó Marcelo Tisocco.