Por Marisa Domínguez
El Ministerio de Educación de la Nación impulsó una evaluación del aprendizaje a gran escala, que se implementó la semana pasada en todo el país. Bajo el nombre de “Operativo Aprender 2016” y con carácter obligatorio, todos los estudiantes de gestión pública y privada que cursan 6° grado de la primaria y los de 5° o 6° año de la secundaria (dependiendo de la estructura de nivel de cada jurisdicción), fueron evaluados por docentes aplicadores ajenos a cada escuela. Los mismos, repartieron el cuestionario con preguntas, cuyas respuestas eran emitidas por el alumno bajo el método de testeo conocido como múltiple choice (elección múltiple).
Según el gobierno, el objetivo de esta evaluación fue “sistematizar información sobre algunas condiciones en las que se desarrolla el aprendizaje y diagnosticar en qué medida se hace efectivo el derecho a la educación de nuestros niños, niñas y adolescentes”.
Sin embargo, el Operativo Aprender despertó la polémica y las jornadas de evaluaciones no trascurrieron con normalidad en los diversos puntos del país. Hay padre que se pronunciaron a favor, otros en contra, alumnos que tomaron los establecimientos educativos negándose a ser evaluados y por otra parte los gremios docentes quienes expresaron su absoluto y total rechazo a esta política de evaluación.
En este marco, el pasado sábado 22 de octubre visitaron el programa El Espejo, Cesar Pibernus, Secretario de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) central Paraná; Luz Bellorini, Secretaria de Educación de Nivel Inicial y Patricia Pezzarini, Secretaria de Educación Terciaria. Los docentes expresaron su profunda oposición a lo que ellos definen como un sistema “estandarizado de evaluación” que impondrá “premios y castigos, en vez de soluciones prácticas que contribuyan a la educación de los estudiantes”.
Al respecto, Pibernus indicó que “las pruebas estandarizadas por organismos externos presentan una cuestión muy riesgosa y en realidad no dan respuestas a los fines que se declaran, si no que terminan siendo muy nocivas. Y esto no tiene que ver con una oposición a ser evaluados, ya que de forma cotidiana tanto alumnos como docentes son evaluados”.
En coincidencia con esto último, el Secretario de AGMER comentó que “en el año 2010, el Consejo General de Educación (CGE) profundizó la evaluación del concepto profesional docente; antes era solo numérico y ahora hemos logrado que sea más procesal -es decir- evaluar el desempeño docente, su relación con el estudiante, métodos de enseñanza con la particularidad de los chicos, etc.”
Ante esto, Pezzarini agregó: “Si vos tomás una misma evaluación desde Ushuaia a La Quiaca, es decir, en todos los puntos del país; con todos los estudiantes hasta aquellos que tiene proyectos individuales, en todo tipo de escuelas y contexto; se crea un proceso de generalización que implicará recortes de presupuesto para la educación en determinadas partidas presupuestarias, la meritocracia, la privatización de la educación, etc. Esto nos remite a la época del menemismo, cuando se cambió la Ley de Educación por la Ley Federal de Educación con un marco neoliberal, mediante la cual se dio lugar a la desaparición de muchos institutos de enseñanza, desaparición de carreras, etc. Algo realmente preocupante”.
Por su parte, Bellorini sumó: “Claramente con la generalización que se da a partir de esta evaluación, se terminará premiando con más dinero y ayuda presupuestaria a los que tiene mejor educación, apuntando a la elite educativa y olvidándose de los otros, que son los que justamente más lo necesitan. Y mirando a la elite vamos a crear el criterio de la competencia, haciendo que todos los papás quieran mandar a sus hijos a las escuelas que está mejor ranqueada y el que no puede quedará afuera”.
Con respecto al método de evaluación que presentó el Operativo Aprender 2016, la Secretaria de Educación de Nivel Inicial puntualizó que “tampoco estuvo bien dado, ya que las preguntas se enfocaron en áreas concretas como la matemática, la lengua, la ciencia social, la historia y hay chicos que en estos ámbitos no se desempeñan de la mejor manera pero son brillantes en otros como en música, dibujo, expresión, etc.”
El sistema de evaluación comprendía un mecanismo de testeo mediante respuestas conocidas como múltiple choice, ante lo que Pibernus subrayó que “ojala en la vida todo paso que uno deba dar o problema a resolver sea marcando cruces. Pero no es así, en la vida uno debe razonar, leer, interpretar, discernir, comprender, tomar decisiones con fundamento y es eso lo que le debemos enseñar a los chicos. Por lo cual luego no podemos evaluarlos con crucecitas”.
Para concluir, Bellorini expuso que “tampoco están explicito qué se harán con los resultados” y en este sentido, reflexionó: “No están enfocado en saber cómo están las escuelas para después platearse como las mejoramos”. Finalmente, agregó que no está explícito qué se hará en aquellas escuelas cuyas evaluaciones que no arrojen buenos resultados, o no sean los esperables.