Lamentablemente, el incumplimiento de la cuota alimentaria o responsabilidades parentales está naturalizado. Una forma más de violencia, que desnuda la cruda realidad a la que se enfrentan muchas madres –fundamentalmente- y sus hijos. Desde el Área de Mujer y Familia y desde el COPNAF, reclamaron mayor severidad en las medidas que se toman cuando hay un progenitor incumplidor.
Por Claudia Cagigas
Cuando una pareja se disuelve y quedan hijos en común, no se disuelve la responsabilidad de ambos progenitores para con sus hijos, sea económica o en cuidados. Sin embargo, es frecuente que quien queda a cargo de la tenencia de los hijos, deba vivir un verdadero calvario y enfrentar en soledad la manutención, los cuidados parentales y la contención amorosa de esos niños, niñas o adolescentes. El sábado pasado, en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), compartieron una mesa redonda la defensora Silvia Ghiorzo; la titular del COPNAR, Silvia Farías; la responsable del Área de Mujer y Familia, Gabriela Auri y la directora del Hospital Santa Rosa, Fernanda Lalosa. Sobre esta problemática, la doctora Ghiorzo afirmó: El 80% de las solicitudes que ingresan a Defensoría son por reclamos de cuota alimentaria o responsabilidades parentales. Lamentablemente muchas veces nosotros también nos quedamos molestos, porque está naturalizado el tema de no cumplir con la cuota alimentaria”.
La falta de cumplimiento de la cuota alimentaria es una forma más de violencia: VIOLENCIA ECONÓMICA. Claramente lo definió la titular del Área de Familia, Gabriela Auri: “Ahí es donde hablamos de violencia económica e insistimos en que la responsabilidad de los hijos es compartida, no es solo mamá quien debe cuidar. Y siempre volvemos a lo mismo: una vez que papá se aleja de mamá, ese chico pareciera ser una cuota alimentaria nada más. Por eso creo que debería haber mayor severidad en las medidas que se toman, cuando hay un padre incumplidor”.
¿Qué sanciones podría haber para un progenitor incumplidor?
Tras cuestionar la “liviandad” de la Justicia para con aquellos progenitores que no cumplen con la cuota alimentaria, Auri comentó que hay lugares donde les restringen la posibilidad de tener un teléfono celular.
En este punto, la defensora Ghiorzo intervino: “Para que la población sepa y para que los hombres y mujeres que sean reclamados entiendan, cuando no se puede llegar a cubrir una cuota alimentaria porque no se aporta voluntariamente, las medidas se amplían. Y esas medidas pueden abarcar desde sacar el carnet de conductor o no renovárselo, restringir líneas telefónicas y anotarlos en el Registro de Deudores Morosos que existe en la Provincia”. Refiriéndose a Chajarí, recordó que se intentó algo similar, pero no prosperó. “Hace un tiempo hubo un tibio pasaje por el HCD, comenzaron a hacer una ordenanza para adherir a la Ley Provincial y por ende a la Ley Nacional de inscripción en el Registro de Deudores Morosos, pero luego quedó en nada”, deslizó Ghiorzo.
El engorroso camino del reclamo
Reclamar la cuota alimentaria o que un progenitor ausente comparta el cuidado de su/sus hijos, implica recorrer un camino largo y tedioso (en la mayoría de los casos). “Fuera del Área de Mujer y Familia, en nuestra profesión como abogados, a veces terminamos diciéndole a quien reclama: ‘te va a salir más caro ir a juicio que olvidarte de la situación y seguir buscando resolver desde lo individual’. Hay situaciones en que resulta tan engorroso llegar a una sentencia que resuelva esto- que es un derecho de los niños-, que se convierte en un verdadero calvario. Por ejemplo, cuando son progenitores que viven fuera de la ciudad y hay que notificarlos y no tienen nada a su nombre”, dijo Auri.
Reforzando esta idea, la defensora Ghiorzo agregó: “A veces me disculpo cuando no podemos dar respuesta. Llegan muchas personas, mayoritariamente mamás, llorando, manifestando que están cansadas… No les pasan cuota alimentaria y no tenemos manera de obligar a los padres porque trabajan en negro, son changarines o lo que fuere… y otros que, aun imponiéndoles medidas dispuestas por Ley, no les hace mella, no cumplen”.
Como titular del COPNAF, Silvia Farias, reflexionó: “Esa persona que está incumpliendo, de alguna manera vive, se viste, se alimenta, se compra su celular, viaja, entonces, ¿por qué no se ocupa también de su hijo? Ahí está el problema de que las sanciones y las demandas son tibias. Creo que falta un poco más de firmeza para hacer cumplir con la cuota alimentaria”.
Para la directora del Hospital Santa Rosa, Fernanda Lalosa, también tenemos que pensar qué hacemos cuando a un papá no le alcanza para pasar una cuota alimentaria”. De inmediato, Gabriela Auri, respondió: “Ahí está la perspectiva de género. Al hombre no le alcanza… Y a la mamá que cuida a sus hijos -porque no se los saca de encima-, ¿sí le tiene que alcanzar? Probablemente ella también trabaja en negro y probablemente lo que gana tampoco le alcanza, pero de alguna manera se las tiene que ingeniar para mantener a sus hijos en soledad. Ahí creo que es fundamental educar en la responsabilidad que implica ser padres”.
Por otra parte, la defensora Ghiorzo recordó el daño que se hace a los niños cuando hubo un padre se ausenta económica o presencialmente. “A amar no se puede obligar. Hay muchos adolescentes que llegan a Defensoría y no quieren saber nada del padre. Otros están tironeados, otros toman parte por el más débil y otras arman su propia historia, su propia percepción de lo que sucedió y no quieren saber nada de uno u otro progenitor”.
Educar en responsabilidad parental
La responsabilidad parental implica derechos y obligaciones para con nuestros hijos. “Ser padres no es sólo un acto sexual sin consecuencias. Ser padres tiene muchas consecuencias y acarrea muchas obligaciones, por eso desde todas las materias de la escuela, se deberían incorporar saberes para ir formando desde niños. También la Educación Sexual Integral (ESI) es más que importante”, opinó Gabriela Auri. “La ESI es indispensable para formar ciudadanos concientes de sus deberes y derechos”, agregó Silvia Farias. “Lo digo porque estos problemas también los estamos viendo con papás que terminaron de transitar una secundaria, muy jovencitos y ya tienen ese desprendimiento. Entonces tienen que saber cuáles son sus obligaciones”, dijo.
¿Cuál es el rol de cada organismo?
La Defensoría de Chajarí es multifuero, por tanto, atiende cuestiones de familia y penales. “En ese ámbito tenemos demandas o pedidos judiciales que ingresan a un Juzgado de Familia, por ejemplo; cuestiones penales y también representaciones de niños, niñas y adolescentes en las causas que ya tramita algún juzgado cuando tienen alguna vulneración de derechos o hay que tomar alguna medida que COPNAF hace articuladamente con el Área de Familia”, explicó Ghiorzo.
Vale aclarar que Defensoría no emite fallos. En el caso de cuestiones de familia, por ejemplo, esa tarea esa tarea es competencia de la Jueza de Familia. Para esto, la jueza pide al defensor su mirada desde el marco de la ley 10407 -que es la que regula a los defensores como Ministerio Pupilar-, los defensores hacen una sugerencia de lo que consideran lo mejor para el niño y luego la jueza decide. Pero la sugerencia de los defensores no es vinculante, es decir, puede coincidir o no con lo que la jueza resuelve.
En cuanto al COPNAF se refiere, Silvia Farias explicó que “la función es garantizar los derechos. Esto implica escuchar a la persona, ver qué necesidades tiene y a partir de ahí acompañar a esa familia, mujer, hombre o niño que quedó solo. Entonces vamos al Hospital a exigir que se garantice la atención de la salud, también a los centros de salud municipales, al Centro Integrador Comunitario (CIC). Vamos a Educación a pedir un banco para el niño que no lo tiene… Y es como que nuestra presencia permanente molesta. A veces hay una mamá atravesada por miles de problemas, que está devastada, que está rota; un niño que quedó sin cuidados parentales. Ahí estamos nosotros. Y encima todas las instituciones somos re burocráticas, ni hablar cuando llegamos al sector de discapacidad…”, explicó.
“Nos falta unión para resolver”
Fernanda Lalosa reconoció que a las instituciones que entienden en estas problemáticas, les falta unión para sentarse a resolver en conjunto e instó a buscar esta unión “más allá de las diferentes políticas”. “Así como la jueza de Familia nos cita cuando hay un caso de una persona enferma mental y nos pregunta cómo vamos con el tratamiento, también debería hacerlo para este tipo de situaciones. Nos falta juntarnos, ver cómo podemos trabajar en conjunto Educación, el COPNAF, el Área de Familia, el Área Municipal de Salud, Discapacidad… Es un trabajo muy difícil, pero no lo veo imposible… Como estamos hoy, yo quedo con el Hospital, Silvia Farias con el COPNAF, la jueza y equipo con lo que no podemos solucionar y Gabriela Auri con el Área de la Mujer. Por eso, para mí, institucionalmente nos falta unión para resolver”.
Silvia Ghiorzo también coincidió con el planteo. “Hay que juntar las cabezas de las personas que estamos al frente de los organismos y pensar en forma articulada una solución con las herramientas que tenemos”. ¿Se podrá dar?…