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1 abril, 2022

Desde las Islas Malvinas, ¡Noticias de Papá!

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Recordando el Día del Veterano y Caídos en Malvinas, compartimos una carta enviada desde las Islas por el mayor del Ejército Jorge Luis Amaro Etienot, a su pequeña hija Josefina. Es un documento histórico de una riqueza increíble, tanto por la descripción del lugar como por los sentimientos profundos allí vertidos. Hace unos años Josefina regaló a EL ESPEJO REVISTA una copia de este maravilloso documento, que a continuación compartimos.

CARTA MANUSCRITA DESDE MALVINAS, DE JORGE AMARO ETIENOT A SU PEQUEÑA HIJA JOSEFINA – 1982.

Por Claudia Cagigas
Jorge Luis Amaro Etienot, tenía 36 años, era Mayor del Ejército y estaba a cargo de la Compañía de Ingenieros de Combate 601. Tenía una esposa, seis hijos y vivía en Paraná. En 1982 fue enviado a Malvinas y desde allí envió a su pequeña hija Josefina de tan sólo seis años, una carta que es una síntesis perfecta de nuestra historia. Concluida la guerra, el Mayor Etienot retornó a su hogar, pero ya nada fue lo mismo… Se sumió en sí mismo, comenzó a fumar, a engordar y a los pocos años murió de un infarto.

Josefina hoy es abogada y fue vice intendente de Paraná. Hace un tiempo nos hizo llegar una copia de la carta, que a continuación, transcribimos para facilitar su lectura.

Mi querida Jose:

¿Cómo anda mi regalona? Espero que te estés portando bien, tanto en casa como en la escuela. Sobretodo espero que te acuerdes que Papá te recomendó que fueras obediente y respetuosa.

Pero yo sé, porque me contó un pajarito, que lo que a vos más te interesa, es saber lo que está pasando aquí. Entonces te contaré. Aquí sopla mucho viento y hace bastante frío. Llueve casi todos los días y el sol sale poco. Casi siempre está nublado y las noches son muy largas, duran 14 horas. Hay muchas gaviotas, petreles y patos, que son los únicos animales que se ven por acá. En zonas más alejadas hay pinguinos, ratones y lobos marinos. No hay árboles por ninguna arte, pero hay suficiente pasto para la inmensa cantidad de ovejas que hay en las Islas.

El viento hace flamear la Bandera todo el día, porque de noche no la bajamos del mástil como se hace en las escuelas; la dejamos arriba por dos cosas: una porque nosotros la cuidamos día y noche para que nadie pueda bajarla y otra, porque la pobrecita estuvo esperando 150 años para flamear en las Islas, entonces ahora la dejamos, que se empache de mirar este pedacito de la Argentina que no conocía, desde el alto del mástil.

Pero, ¿sabés una cosa? El viento me la está deshilachando, así que me vas a tener que mandar otra cuando puedas. Tiene que ser cortita para que no se rompa rápido.
Bueno mi Gorda, cuidala a Agustina y portate bien; recibí de mi parte un beso grandote y un fuerte abrazo; acordate de rezar de noche y espero que pronto pueda verte.

Cariños de Papá.

Graciela Pelayo, profesora de Historia de Chajarí, calificó la carta como “una síntesis fantástica del sentimiento histórico de Malvinas” y confió en que la difusión de la misma contribuirá a reforzar ese sentimiento porque está escrita desde el sentimiento; desde “un hombre que va a luchar y piensa cómo hacer llegar a su niño el sentimiento de Patria”.

“La historia es viva y si el niño no mama esto porque no lo siente, lo olvida. Pero de esto no se va a olvidar nadie, porque tiene sentimiento”, reforzó Graciela Pelayo. Que así sea…

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