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24 julio, 2023

“El 60 % de las enfermedades humanas son transmitidas por animales”, dijo Néstor Maltempo

En Chajarí tenemos muchas de estas enfermedades. Desde el Nodo Epidemiológico del Hospital Santa Rosa, el médico veterinario explicó cuáles son y qué función cumple el Nodo.

NÉSTOR MALTEMPO. MÉDICO VETERINARIO INTENGRANTE DEL NODO EPIDEMIOLÓGICO DEL HOSPITAL.

Por Claudia Cagigas

Leishmaniasis en perros, dengue, leptospirosis, hantavirus, toxoplasmosis y psitacosis son enfermedades transmitidas por animales a personas que en este momento tenemos en Chajarí. A esto hay que sumarle rabia que, si bien está presente en murciélagos, por ahora no se ha detectado en perros o gatos de la ciudad. Estos datos fueron aportados por Néstor Maltempo, médico veterinario integrante del Nodo Epidemiológico del Hospital Santa Rosa.

Entrevistado en el programa EL ESPEJO (Radio 91.9 y Canal 2 de Itel), Maltempo explicó que el Nodo es el lugar del hospital que lleva el relevamiento y las estadísticas de todas las enfermedades zoonóticas (transmitidas por animales); no zoonóticas (enfermedades respiratorias, trastornos gastroentéricos, enfermedades infecto contagiosas y enfermedades diversas) y las de declaración obligatoria. Se trabaja con los datos de los casos que llegan al hospital y, en el caso de las que son de denuncia obligatoria, con los datos que también llegan desde Clínica o Centros de Salud. Todo se carga al sistema nacional.

“Las enfermedades zoonóticas pueden ser transmitidas directamente por el animal, como la rabia (en el caso que el animal muerda o lama la herida de una persona) o por vectores, como sucede con la leishmaniasis. En Chajarí, con las enfermedades que más estamos trabajando son leishmaniasis, rabia, toxoplasmosis, leptospirosis, psitacosis, hidatidosis. Pero también registramos casos de ofidismo (mordeduras de víboras) y alacranismo, porque son de declaración obligatoria”, dijo.

Los orígenes del Nodo Epidemiológico del hospital hay que buscarlos en 2011, cuando una persona falleció por hantavirus y se comenzó a realizar algunos relevamientos. En 2016, con el brote de dengue, el Nodo se creó como tal, con personal propio y en 2020 fue parte importantísima en la lucha contra el Covid 19. Hoy, se sigue trabajando en la ampliación de la base de datos, la difusión y prevención de enfermedades.

¿Por qué es necesario un médico veterinario en el Nodo?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que por año surgen cinco nuevas enfermedades y que de esas enfermedades tres son zoonóticas -transmitidas por animales-. Por otra parte, “si tenemos en cuenta que el 60% de las enfermedades humanas son zoonosis, es lógico que haya un veterinario en el Nodo. También es importante la comunicación con la Seccional de Veterinario para intercambiar ideas sobre lo que vemos en los consultorios y trabajar juntos”, explicó Maltempo.

“Trabajo ad honorem en el hospital. Comencé a hacer controles y estadísticas porque no las teníamos. Charlando con los colegas veterinarios, veíamos que había cosas que nos quedaban como en un gris y no lo podíamos salvar como los casos de leishmaniasis, la cantidad de perros vacunados contra la rabia, entre otros… Entonces, comenzamos con estadísticas para ver dónde estábamos parados”, rememoró.

Luego de esto se realizaron otras gestiones. “Hace dos años hablamos con Zoonosis Provincial para hacer un relevamiento masivo de leishmaniasis y logramos que nos manden 500 reactivos que son muy caros. El vector de la leishmaniasis había sido detectado en Chajarí ya en 2010. En 2016 se habían hecho trabajos y luego se había cortado”. Con este muestreo que realizaron en 2021 con los 500 reactivos, se tuvo un panorama más claro de lo que estaba sucediendo en la ciudad y, por ende, de las medidas que se debían tomar para evitar la propagación de la enfermedad.

MIRÁ LA NOTA COMPLETA AQUÍ.

La rabia es otra de las enfermedades que ocupa a Maltempo como médico veterinario del Nodo. El mecanismo es el siguiente: cuando una persona es mordida por un perro o un gato, debe concurrir a la Guardia del Hospital. Allí, además de recibir las curaciones pertinentes, se notifica al Nodo para que identifique al animal mordedor y se lo monitoree durante diez días. Si en ese lapso de tiempo el perro o gato no presenta síntomas de rabia, no se realiza ningún tratamiento a la persona mordida. Pero si no se logra identificarlo o murió, por una cuestión preventiva, la persona debe recibir el tratamiento antirrábico. Desde marzo de 2022 hasta el 22 de julio de 2023, 200 personas fueron mordidas por mascotas. De éstas, 43 debieron recibir tratamiento.

Las mordeduras de yarará son otros datos que Maltempo está recopilando. “El 1 de diciembre de 2022 empezamos a trabajar con mordeduras de yarará, registrando si el mordido fue un canino o felino, quién lo atendió y la zona donde se produjo el hecho. Después comparo con las personas que fueron mordidas en ese mismo período. Desde el 1 de diciembre de 2022, fueron mordidos 18 perros y gatos y 3 personas. Las zonas con mayor cantidad de episodios fueron Colonia Alemana y Santa Ana, donde hay mucha cantidad de yarará”. Estos datos corresponden al ámbito público. La idea es ir sumando paulatinamente al ámbito privado.

La incidencia del medio ambiente en la aparición de enfermedades

Néstor Maltempo consideró que “el avance de las fronteras y de los monocultivos; el llevar al borde a la población más vulnerable para luego urbanizar y volver a sacarla para llevarla aún más lejos, hace que las enfermedades ya no cuenten con el sistema de amortiguación, de corte, en la frontera selvática. Por ejemplo, el vector de la leishmaniasis, mientras estaba en la selva tenía como reservorio a un zorro, un hurón o una comadreja. Al romperle ese ecosistema y llevar gente cerca, lo más parecido que encontró como reservorio fue el perro”.

Finalmente, opinó que “el tener cierto tipo de animales por coleccionismo, por cuestiones religiosas o de alimentación hoy es mucho más fluido”, lo cual favorece “la llegada de enfermedades de manera más rápida y la difusión de las mismas”.