Patricia Pelichero perdió a su hijo Miguelito en un brutal asesinato ocurrido en 2019 en Monte Caseros, Corrientes. Desde la Fundación Miguelito Rosbaco pide condenas que no inviten a la reincidencia y ayuda a familias que pasan por la misma situación.

Por Claudia Cagigas
Patricia podría odiar y llenar sus días con más dolor del que debe enfrentar. Podría cerrar las puertas de su corazón para siempre hurgando en los momentos compartidos con su hijo que ya no está. No obstante, ella, su esposo y sus otros hijos, optaron por reconstruirse día a día y volcar el amor que Miguelito les dejó, ayudando a otras familias a través de la Fundación Miguelito Rosbaco.
Patricia Pelichero vive en Monte Caseros, Corrientes. La madrugada del 3 de noviembre de 2019 algo similar a “una bomba” estalló en su vida, en la de su familia, en su hogar. Miguelito (18) había sido asesinado de dos puñaladas certeras en el corazón. La familia se sumió en un lugar oscuro, desconocido, paralizante…
“Nunca vuelvo a ese momento porque el dolor es muy profundo. Sólo te puedo decir que cuando ocurrió el hecho, al asesino de mi hijo le faltaban tres meses para cumplir 18 años. Se llama Gabriel Cari Araujo. Lo nombro porque me parece importante que recordemos a los asesinos, ya que en algún momento salen de la cárcel y vuelven a estar en sociedad. Fue juzgado, encontrado culpable y condenado a 12 años y seis meses de prisión por ser menor de edad”, contó, entrevistada en el programa EL ESPEJO (Canal 2 de Itel TV y Radio 91.9 de Chajarí).
Luego del crimen de Miguelito, otras cuatro personas fueron asesinadas a puñaladas en el Departamento Monte Caseros (Exequiel Infrán, Porfirio Ibarra Olmedo en Mocoretá, Juan Carlos Ramírez en Monte Caseros y Juan Carlos Barrios en Juan Pujol), mientras que muchas otras fueron acuchilladas sin perder la vida. La familia de Miguelito siempre estuvo presente acompañando en el dolor, conteniendo y asesorando. En realidad, esa tarea comenzó en 2020, luego del crimen Exequiel Infrán, y en 2021 lograron constituir legalmente la Fundación.
“En la Fundación no sólo está mi esposo, mis otros hijos y yo sino también mucha gente que apoya y profesionales que trabajan ad honorem. Somos un gran grupo y cada uno aporta algo, para que esto siga adelante”, explicó.

Al borde del abismo siempre…
Luego de una muerte tan cruel, “las familias de las víctimas quedamos al borde del abismo para siempre; uno no puede decir mañana hago tal cosa y vuelvo a ser la que era; nos cuesta muchísimo volver a empezar cada día… Yo quisiera no haber formado nunca esta Fundación, quisiera tener a mi hijo y abrazarlo, quisiera escuchar su voz, pero no lo puedo hacer, aunque me hace falta a cada instante… Cree los cimientos de esta Fundación gracias al gran amor y contención de nuestra familia. Queremos que todo el amor que nuestro hijo nos dejó trascienda, se haga grande, así como era él. Aun estando rota, aun con un pedazo de mi corazón en el cielo y otro en la tierra, tengo un montón de cosas para dejar acá mientras me den las fuerzas”, reconoció esta madre del dolor.
Condenas que no inviten a la reincidencia
En febrero de 2022, Ariel Lino (19) fue asesinado de nueve puñaladas por Andrés Bentancour (17) en la localidad de Mercedes, Corrientes. La Justicia condenó a Bentancur a cuatro años de prisión, que cumplirá en un Centro de Contención Juvenil.
Desde la Fundación Miguelito Rosbaco repudian la sentencia por considerar que invita a la reincidencia. “Repudiamos esta sentencia. El Tribunal Oral de Mercedes encontró culpable de Bentancur y luego el Juez de Menores le dictó la pena mínima de cuatro años de prisión, que tiene que cumplir en el Centro Juvenil a pesar de que hace tiempo tiene 18 años y debería estar en una prisión. Esperamos penas congruentes a ese tipo de delitos. Ariel tenía toda una vida por delante, sueños, ilusiones, proyectos. Sus padres, sus hermanas, su familia y está destruida. Nosotros los acompañamos uniéndonos al pedido de una sentencia justa y razonable…. Estamos cansados de vivir en una sociedad donde todo está permitido y los asesinos son tratados como víctimas, mientras que las familias de las víctimas estamos condenados a cadena perpetua”.

La sede de la Fundación Miguelito Rosbaco está en Vicente Mendieta 1275 de Monte Caseros. Allí también funciona un Taller de Cerámica que ayuda a canalizar emociones y está abierto a la comunidad. “También gestionamos charlas en Monte Caseros, Mocoretá, Juan Pujol y vamos más allá del departamento si nos lo solicitan. Son charlas sobre seguridad vial, consumos problemáticos y violencia, destinadas a jóvenes de colegios secundarios”.
Finalmente, Patricia Pelichero invitó a quienes necesiten ayuda o deseen más información, que se contacten a través del Instagram o del Facebook Fundación Miguelito Rosbaco. “Queremos sumar algo a esta sociedad que es muy linda, que debemos construir entre todos para que sea mucho más humana, con más amor, menos violencia y más justa”, dejó como mensaje final.