Por Claudia Cagigas
La crisis de la familia, la incertidumbre con que los jóvenes miran el futuro y la globalización, son vectores comunes que atraviesan continentes y circulan por el mundo entero.
“Cuando uno pasa de Costa Rica a Méjico, de Bolivia a Argentina o cruza continentes, la globalización es una realidad. Hay situaciones que se han vuelto tremendamente comunes como la crisis de la familia, la incertidumbre con que muchos jóvenes miran el futuro desde el punto de vista profesional, afectivo, religioso y el inmenso poder del marketing”, aseguró fray Nelson Medina, religioso colombiano, en su visita a Chajarí.
Incertidumbre y marketing
Si bien las nuevas generaciones tienen otros talentos, disponen de una mejor tecnología y están más conectados, “cuando miran al futuro encuentran nubes oscuras y grandes señales de peligro y esto los paraliza; la incertidumbre se los traga vivos y por eso solo quieren disfrutar el momento”, reflexionó el religioso pertenecientes a la Orden de los Dominicos.
El inmenso poder del marketing a nivel global es otro factor común. “Uno ve que las mismas marcas, música, lugares de lugares de descanso, se convierten en estándar para la gente en todas partes. Si esto se usara para que bien, sería fantástico; pero a veces eso está al servicio de unos pocos centros de poder”.
La lógica del mercado está marcada por la insatisfacción, es decir, es necesario mantener insatisfecha a la gente para que trabaje más y gaste más. “Eso hace que nuestras vidas se vuelvan más productivas desde el punto de vista del mercado, pero se empobrezcan desde el punto de vista espiritual y familiar”, dijo el religioso dominico.
Solemos sentir que deberíamos tener lo mejor, pero no podemos! Y esto hace que nos esforcemos más, que cada vez seamos menos felices y estemos en un estado de insatisfacción permanente con nosotros mismos.