Por Cecilia Capovilla
“Para muchas personas el éxito se mide únicamente en términos económicos. Entonces hay que tener solamente un hijo, porque si tenes dos te estás poniendo en riesgo y de tres para adelante estas loco de atar”, dijo Fray Nelson Medina –religioso colombiano- al referirse a la decisión de conformar una familia.
“Esta obsesión por tener pocos hijos causa dos daños muy grandes a esos hijos. El primer daño es que el niño se acostumbra a que todo gire en torno a él: qué aparato quiere, qué juguete, a qué lugar de paseo quiere ir… Entonces, estamos malcriando a ese niño, porque lo convertimos en el centro del universo. El segundo daño es más sutil pero a largo plazo es peor. Algún día los papas van a envejecer y yo me pregunto ¿quién va a cuidar a esos papas? O no lo va a hacer nadie o le tocará a este hijo dedicarse por completo”, explicó.
Tener pocos hijos implica pensar en las consecuencias de esa decisión y así lo manifestaba Fray Nelson. “Lo que quiero decir es que cuando las familias se obsesionan por tener pocos hijos queriéndoles hacer un favor, en primer lugar los vuelven demasiados egoístas y en segundo lugar les están imponiendo una carga demasiado pesada y eso lo sienten los hijos. Llega un momento en el que dicen ‘yo con esto no voy a poder’ e instalan a su padre o madre en una residencia”.
Finalmente, subrayó: “La gente debería pensar más este tipo de decisiones, porque quizás no estamos tomando la más correcta o mas sabia”.