Durezas, uñas encarnadas, juanetes, dedos apretados por el uso de calzado inadecuado, pisadas incorrectas, son aspectos que no tenemos en cuenta a la hora de pensar en nuestra salud pero que repercuten en el cuerpo causando serios problemas.

Por Claudia Cagigas
“Las dolencias en los pies se reflejan en el resto del cuerpo”, aseguró la podóloga chajariense Nora Rolando, en el programa EL ESPEJO (Radio Show). “Cuando tenés un mal apoyo, un callo, un juanete que te provoca dolor, caminás mal originando problemas en rodillas, caderas, columna y espalda. Esas dolencias llevan a que te estreses porque no te sentís bien. Además, las durezas presionan, obstruyendo el correcto flujo sanguíneo”.
Ya de por sí cuesta que el flujo sanguíneo llegue a las extremidades “y cuando no llega de manera correcta afecta el páncreas, el estómago, la cabeza, pero a veces no nos damos cuenta que el origen está solamente en una dureza ubicada en el pie”. Al mismo tiempo, aseguró que “está comprobado que a partir del uso de buen calzado y de plantillas se ha mejorado mucho la salud del ser humano; por ejemplo los problemas de artrosis porque la articulación no sufre el desgaste incorrecto del cartílago por el roce de hueso con hueso” .
“A veces nos preocupamos por cuidar nuestro cabello, el rostro, tener mejor ropa pero nos olvidamos de atender nuestros pies y llevarlos bien calzados. Las modas también nos provocan ciertas lesiones, fundamentalmente en la mujer: calzados estrechos, tacos altos que van deformando nuestros pies de una manera increíble”, indicó Nora Rolando.
Calzado estrecho: dedos encimados

Con los stilettos -zapatos de punta fina-, “los dedos se van encimando y pueden aparecer juanetes porque los huesitos que están en la planta del pie se van corriendo. Una vez que se deforma el hueso la única solución es una cirugía. Las personas que están paradas mucho tiempo con este tipo de zapatos sufren un impacto tremendo…”.
Las plataformas tampoco son recomendables porque forman durezas en los costados, ya que al caminar, el pie tiene un roce diferente a falta de una buena plantilla.

Calzado alto: dedos en garra y vencimiento de arco
El calzado con tacos muy altos y una diferencia pronunciada entre el talón y los dedos hace que el apoyo recaiga sobre el metatarso provocando vencimiento metatarsal. “Entonces aparecen los dedos en garras, es decir, una gran prominencia por encima de la falange porque no puede soportar semejante peso. El pie está diseñado para trabajar en equilibro y cuando el peso corporal va solo a la punta de los metatarsos, se causa”.

“El cazado recomendable debe tener una punta cuadrada -más bien ancha-, que permita despegar bien los dedos y un taco no muy alto en lo posible cuadrado. No son los que más nos gustan, aunque hay modelos lindos con estas características”, sostuvo.

Las uñas encarnadas y sus riesgos
Las uñas encarnadas merecen un capítulo aparte a la hora de hablar de cuidado del pie. “Pueden venir por un mal corte. Muchas veces se cortan las esquinitas, la uña se desvía, puede quedar una pequeña partícula que sigue el mismo crecimiento de la uña pero desviada y eso se incrusta provocando una lesión. También el calzado inadecuado originan lesiones que desvían las uñas”.
El problema es que si una uña encarnada no es atendida a tiempo, “puede ocasionar una infección mayor y en el diabético puede provocar una amputación”.
“Los pies son muy sensibles, deberíamos amarlos más que a cualquier otra parte del cuerpo”, concluyó la podóloga Nora Rolando.
Cabe aclarar que los podólogos son los profesionales indicados para tratar la salud del pie. Podólogo no es lo mismo que pedicuro. El pedicuro se encarga de la estética, de la belleza del pie y no está habilitado para usar un bisturí a los efectos de corregir callosidades, durezas en los talones o tratar uñas encarnadas.