El doctor Julio César Días, aporta en esta nota otra visión al tratamiento que ofrece la medicina tradicional.
Por Claudia Cagigas
El doctor Julio César Díaz es médico cirujano, especialista en Homeopatía y un referente en Apiterapéutica no sólo en Argentina sino en otros lugares del mundo. Actualmente está radicado en Buenos Aires, pero en forma periódica viaja a Chajarí para atender a sus pacientes. En una charla en El Espejo (Radio Show), se refirió a la utilización de la Apiterapia para el tratamiento del cáncer, presentando una postura antagónica a la que sostiene la medicina tradicional. Compartimos sus dichos a modo de información general, sin recomendar nada en particular ya que no nos compete tomar partido en un tema médico tan delicado.
La Apiterapia es el uso de los productos de la colmena para prevenir, mantener la salud y reestablecerla cuando ésta se ha perdido. Apitoxina (el veneno de la abeja preparado con fines medicinales), propóleos, jalea real, polen y miel son los productos de la colmena que la Apiterapia utiliza.
En cuanto al cáncer se refiere, el doctor Díaz explicó que “la persona que tiene cáncer posee facilidad para fabricar tumores” y sostuvo que “no se gana nada con eliminar el tumor sin modificar el fondo de la cuestión porque los seguirá fabricando”. Desde este punto de vista, indicó que “con cirugía, quimioterapia y rayos se trabaja sobre el tumor y no sobre los factores que lo producen”. En cambio, “con Apiterapia se cambia esa base; es decir que si la persona es tierra fértil para que crezcan los tumores, cuando se modifica esa tierra fértil y se la transforma en un duro asfalto no crecerán tumores”, especificó.
¿Todas las personas con cáncer puede realizar Apiterapia?
“Normalmente los pacientes con cáncer no tienen inconvenientes para el tratamiento con Apiterapia, salvo que vengan con tratamiento previo. Tengo muchos años trabajando con pacientes con cáncer, obviamente que no a todos les va tan bien como desearíamos… En mi larga carrera médica dos de mis pacientes murieron de cáncer y el resto se murieron por la quimioterapia”, dijo Díaz.
¿Qué le da la pauta de que se murieron de quimioterapia?
“Cualquier enfermo de cáncer le va a decir que la quimioterapia se lo estaba comiendo vivo, que cuando ya no tenía más glóbulos blancos le suspendían la quimio, le levantaban los glóbulos para volver a hacerle quimio… Muchos le van a decir que zafaron porque dijeron ‘prefiero morirme en mi casa y no con la quimio’. Incluso los protocolos internacionales indican que la quimioterapia, al igual que la radioterapia y los antibióticos tienen un uso limitado. Con estas terapias estoy matando células sensibles, hago una selección antinatural, es decir, mato las débiles y dejo las fuertes”, respondió el médico.
¿En qué respalda sus afirmaciones?
“Si lo que estoy diciendo no tendría el aval de la estadística, me estaría arriesgado a un juicio y nunca lo hago”, dijo. “Al paciente le diría que no estaría bueno extirpar el tumor ni hacer quimio ni rayos, haciendo la salvedad que es una decisión suya”.
La enfermedad como procesos biológico que viene a resolver un conflicto
Ryke Geerd Hamer fue un médico alemán que en su teoría del tumor explicó que “toda enfermedad es un proceso biológico que viene a resolver un conflicto”. Según esta postura, “no tendríamos que ir contra la enfermedad sino que tendríamos que resolver el conflicto de base. El conflicto se puede resolver tomando conciencia de él, porque sino el cuerpo va a seguir reproduciendo el mecanismo para poder terminar con este problema. Según Hamer un tumor de mama izquierda en una mujer diestra puede ser un conflicto con su hijo. Las mamas tienen que ver con dar vida, con nutrir y el tumor puede reflejar el sentimiento de que este hijo está en peligro, que necesita ser nutrido, protegido -aunque sea grande-“, intervino la doctora Diana Seidl, quien también utiliza en Chajarí los productos de la colmena para el abordaje de sus pacientes. “El cáncer se pude abordar desde varios puntos de vista, incluso éste, que tiene que ver con resolver el conflicto que lo generó”.
“El tumor es un mecanismo que utiliza el cuerpo para un determinado proceso. Si usted abre una página web de la computadora, sin que usted se entere la computadora abre un montón de archivos temporarios que necesita para acceder a la web. En el ser humano pasa algo similar: ante un conflicto emocional el cuerpo va a fabricar el tumor para poder resolver el problema de fondo y normalmente lo consigue. La persona no se entera que tuvo un tumor o un tumor ulcerativo. Cuando el tumor es detectado por la persona o por algún estudio, ahí entra el sistema médico y se aborta este proceso natural de recuperación que tiene el cuerpo”, manifestó Julio César Díaz.
Yendo más a fondo, ejemplificó: “Cuando en verano corta el césped, crece con más ganas. Con el tumor pasa lo mismo: el cuerpo estaba tratando de resolver un conflicto a través de un tumor, pero si ese tumor es abortado, si esa vía de escape es cerrada, el cuerpo abrirá varias vías de escape… Cuando yo favorezco el proceso natural sin ponerle palos en la rueda, la vitalidad de la persona determinará si va a sobrevivir o no. Si la persona tiene poca vitalidad no va a sobrevivir, pero va a sobrevivir mucho menos con quimio, con rayos o mutilada con cirugías”.
Cómo tratar el cáncer con Apiterapia
“Utilizamos Apitoxina (veneno de abejas inyectable), si hace falta potenciado con propóleo. El veneno inyectable no pica, no duele, no arde. Solo se siente el pinchazo de la aguja y en la persona muy sensible puede haber una ligera picazón y enrojecimiento. Una de las enzimas presentes en la Apitoxina, la Fosfolipasa A2 (y B), potenciadas por la Mellitina, tiene la capacidad de disolver membranas celulares… La célula defectuosa tumoral pierde la defensa ante la Fosfolipasa, pierde la apoptosis (suicidio genético programado cuando la célula ya no funciona más) y se transforma en una célula muy longeva que consume energía y no aporta nada. La Fosfolipasa es una enzima que irá disolviendo las capas de células externas del tumor. Una especie de quimioterapia perfecta que mata células malas fortaleciendo las buenas. Todo muy distinto a la quimioterapia farmacológica que mata indiscriminadamente todo tipo de células”, detalló el doctor Díaz.
Por último, destacó: “Buscamos darle al paciente la posibilidad de la autocuración. Cuando el paciente está dispuesto a hacer un cambio de vida y entiende que lo que le pasa es producto de lo que hizo antes, no le queda otra opción que cambiar. Si está dispuesto a cambiar, los derivados de la abeja lo pueden ayudar. Si no está dispuesto, deambulará por cientos de consultorios sin lograr resolver el problema”, concluyó.