Por Claudia Cagigas
Los residuos que las personas generamos a diario es un fuerte dolor de cabeza para quienes tienen a su cargo su tratamiento y un gran amenaza ambiental. En realidad el problema es de todos, aunque creamos que el nuestro termina cuando sacamos la basura fuera de casa.
En Chajarí producimos entre 40.000 y 45.000 kilos de residuos por día y los días lunes esta cifra aumenta a 70.000!!! Mucho no? Si empezamos a urgar entre los desechos, encontramos que el 30 por ciento de lo que adquirimos va directo a la basura: la bolsa, la caja, el papel dentro de la caja… Por eso tenemos que ser concientes no solo de lo que estamos comprando o llevando demás, sino de la disposición final de esos desechos y separarlos adecuadamente para que en la planta de tratamiento se los pueda reclasificar ágilmente para reciclarlos.
La Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos de nuestra ciudad es modelo y punto de referencia de muchas comunidades argentinas y de otros países. Allí el trabajo se realiza a conciencia, aún cuando solo el 30 por ciento de los chajarienses se toma el trabajo de separar residuos orgánicos, inorgánicos y peligrosos.
Una vez que sacamos las bolsas a la calle, personal encargado de la recolección las carga en camiones y, por su peso distinguen si se trata de orgánicos o inorgánicos. Unos van en la parte de adelante del camión y los otros en la de atrás. Ya en la planta, se rompen las bolsas sobre cintas corredizas. Los residuos orgánicos siguen viaje a la planta de compostado y los inorgánicos se reclasifican manualmente. Por eso, si vinieran correctamente separados, el trabajo sería más fácil y rápido.
El rédito ambiental
Luis Martins, encargado de Gestión de Residuos y Espacios Verdes, sostiene que económicamente una planta de tratamiento no es rentable. El rédito es ambiental (lo cual no es poco). Antes “el volcadero a cielo abierto era un gran problema en el Barrio Parque: humo, moscas, mal olor… Seis meses antes que la planta empiece a trabajar hice un seguimiento de lo que allí sucedía y encontré 63 persona que trabajaban como cirujas. También había niños. Yo anotaba qué hacían, qué recuperaba y con qué frecuencia iban. Había gente que estaba permanentemente recuperando materiales, otras personas iban dos días a la semana. Cuando se inauguró la planta en 2005, incorporamos a trabajar gente que estaba en el volcadero, con un sueldo y toda la parte social al día. Así logramos dignificarlos. Ellos tenían condiciones. Hoy en día son compañeros de trabajo”.
El compromiso ambiental debe ser de cada uno de nosotros. Si hicimos limpieza, no es necesario tirar lo que no sirve en un terreno baldío o sacarlos a la calle en cualquier horario. La planta de tratamientos está abierta las 24 horas, durante los 365 días del año, por lo que perfectamente podemos llevarlos hasta allí. En el lugar hay serenos que nos indican dónde colocarlos.
Con el aceite vegetal usado hace varios años se elabora bio combustible. Se lo puede desechar junto con los residuos domiciliarios, en recipientes tapados. Una vez en la planta, se lo reclasifica y envía al sector donde se genera bio combustible para hacer funcionar algunos camiones municipales especialmente adaptados.
Los residuos electrónicos también son aprovechados. Por un lado hay personal encargado de reparar artefactos que aún sirven y, por otro, de desguasar los que no sirven para utilizar sus piezas. Hay de todo: computadoras, lavarropas, electrodomésticos varios, equipos de audio, intercomunicadores, ventiladores…. Generalmente son donados a instituciones de bien público.
La Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Domiciliarios de Chajarí ya tiene 13 años. Martins opina que “hay que modernizarla porque hay cosas que van sufriendo su desgaste”. Los residuos tienen ácidos y las maquinarias tienen muchos componentes de metal que sufren su desgaste. Por si fuera poco, nuevos residuos van apareciendo, como los electrónicos o los plásticos. A raíz de esto, Martins mantuvo charlas con el Ejecutivo Municipal y se acordó elaborar un proyecto para reestructurar la planta con maquinaria nueva y más moderna.
Trabajar en la disposición final de los desechos que generamos (45 toneladas por día) no es fácil. Pero con la colaboración de quienes los generamos es más sencillo. ¿Vos qué hacés?