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23 mayo, 2023

Cacho Dell’ Orto: un emblemático personaje de Chajarí

Imitador de Horacio Guaraní por excelencia, músico, fue corredor de autos y tiene un sinfín de anécdotas para contar sobre su vida. Cacho Dell ‘Orto es una persona muy querida en Chajarí, por su gran corazón y su carisma. En esta nota de EL ESPEJO charlamos con él.

CACHO DELL ‘ ORTO. Músico, un gran admirador de Horacio Guaraní.

Por Claudia Cagigas

Oscar “Cacho” Dell ‘ Orto es un vecino de Chajarí que entra en el rubro de “personaje”, por las características que su personalidad le imprime: es un hombre alegre, que aparentemente siempre anda de buen humor, silva por las calles, canta, se sube a un escenario e imita a Horacio Guaraní, improvisa algún bailecito y siempre arranca una sonrisa. Tanto se pude decir de este hombre tan querido y conocido, que las palabras quedan cortas. Su buen corazón es su mayor virtud, su generosidad y su desprendimiento también. Con él, charlamos en el programa EL ESPEJO (Itel Radio 91.9 y Canal 2 de Itel).

Cacho tiene 69 años. Hijo de don Juan del Socorro Dell‘ Orto y de doña Elsa Roncanglia, nació 1953 en Barrio Guarumba y tuvo siete hermanos. Luego la familia se mudó al triángulo que está en Alem y 28 de Mayo (frente a la Shell), lugar donde Cacho vive actualmente. Allí había un bar, tal como existe hoy, pero mucho más amplio. Su madre lo atendía, además de criar ocho hijos. “Nunca entendí como mi madre podía atender a tanta gente… La casa, los hijos, los que venían a ese bar que era una romería… qué fortaleza por Dios… Ahí se vendía de todo, la gente del campo venía a aprovisionarse, había hasta instrumentos musicales, cuchillos, lo que imagines…”, contó.

Emocionado, recordó a su padre y su muerte temprana. “Papá tenía 39 años cuando falleció, fue un accidente. Él era musiquero también”.

La música, los bares, las salidas

Más allá de lo pintoresca que pueda parecernos la vida de una persona o el cariño que podamos tenerle, hay realidades que van dejando su huella. Cacho recuerda que, de joven, solía salir de gira por los bares con sus amigos y en esas andanzas comenzó a tallar el alcohol. “A la noche, generalmente, no veníamos la hora de juntarnos, no había días, íbamos a barcitos chicos, nos peleábamos para pagar la vuelta porque antes era barato. Y ya manoteábamos la guitarra y el otro el bandoneón y estábamos firmes. Si el ambiente no pintaba en Chajarí, nos íbamos a Federal, a Federación, a donde sea…”.

Muchas fueron las actividades en las que ocupó sus días. Tuvo un comedor, tuvo un desarmadero de autos bastante importante, con lo cual hizo dinero que dilapidó sin cuestionamientos.

Piloto de autos: su pasión por las carreras

“Con el desarmadero me entraba mucha plata y la gastaba a dos manos porque siempre me gustó gastar. Corría en auto y eso era muy caro… Me acuerdo que llenaba un colectivo con amigos y nos íbamos a las carreras, yo pagaba la entrada de todos más el asado. Y atrás iba mi mujer en la camioneta. Corrí muchos años, distintos autos, he gastado tanta plata en eso, ahora que lo pienso, digo, estaba loco… siempre corrí con motores Chevrolet. Corrí en la Fuerza Libre de Corrientes y en Entre Ríos en la categoría TC del Litoral. Dejé de correr porque me fundí”, rememoró.

CACHO DELL’ORTO. En la mañana de EL ESPEJO.

Una carrera extravagante: un caballo, un auto, una moto y un avión

Las anécdotas pueblan la vida de Cacho, como aquella carrera tan fuera de lo común que cuesta entenderla: competían un avión, una moto, un automóvil y un caballo en 200 metros preparados en el Aero Club de Chajarí.

Sólo Dios sabe cuál sería la forma correcta de equilibrar los tanto para que la competencia sea justa. Más allá de eso, Cacho siente que las cosas se acomodaron para hacerle perder la carrera, ya que él “venía muy embalado, muy entusiasmado” con esta competencia, al punto tal que había apostado mucho dinero que había levantado en los remates.

La aparente mala fe estuvo a la hora de la largada. No sólo que le cambiaron la disposición de la pista, sino que la bajada de bandera se demoró mucho tiempo, con lo cual el motor de su auto se recalentó mal, el caballo estaba agotado en la gatera y la que resultó ganadora fue la moto. “Todo estaba armado para que gane la moto. Yo rompí el motor en los 200 metro, pero llegué segundo. En tercer lugar el avión y el caballo quedó casi muerto en la largada, no aguantó la espera. Perdí toda la plata que había levantado en los remates”, dijo.

PODÉS VER LA NOTA COMPLETA CON CACHO DELL ‘ ORTO AQUÍ.

El alcohol en su vida

El consumo de alcohol era frecuente en la vida de Cacho: la salida, los amigos, las eternas musiqueadas… Hasta que en un momento el alcohol lo atrapó. “No sé en qué momento arranqué, pero se fue haciendo cada vez mayor. Después vino la separación y todo lo que trae el alcohol… En las salidas siempre tomando, lo que venga, incluso en un momento me había puesto violento, ofendía a la gente y perdí algunos amigos”, dijo.

Cacho se daba cuenta que las cosas no andaban bien y que necesitaba el alcohol día y noche. Afortunadamente, con mucho sacrificio y con ayuda de quien hoy es su compañera de vida pudo dejar. “Hoy hace 12 años que no tomo una gota de alcohol. El corte fue drástico, al toque, me costó… ay Dios mío si me costó”, reconoció.

Finalmente, se reconoció como una persona feliz. “No tengo dinero, pero con poco, con mis amigos, con mi familia, con el cariño de la gente, soy feliz”.

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