Por Claudia Cagigas
Chajarí es un bendito lugar de Entre Ríos, en donde pasan cosas muy buenas y existen muchas oportunidades. Andares es una de esas posibilidades: un centro de rehabilitación con equinoterapia para personas con discapacidad, ahora incluido en turismo rural.
Son dos hectáreas de campo, donde existe una casa que se está adecuando como centro de rehabilitación, rampas de accesibilidad para personas con discapacidad, salas donde trabajan diferentes profesionales (psicomotricista, kinesióloga, psicóloga, musicoterapeuta, terapista ocupacional), un amplio parque, caballerizas, un corral y naturaleza. Equinoterapia y asesoramiento legal gratuito para familias con personas con discapacidad, completan los servicios.
Está camino al Camping Chajarí. Pasando la empresa Citrícola Chajarí, enfrente a la Escuela
Paso de los Andes hay un cartel que indica “doblar a la derecha”. Se toma ese camino y a dos kilómetros se llega al lugar. Asimismo, se puede ingresar por la Ruta Nacional 14, tomando un camino en la rotonda del Parque Industrial.
Turismo rural
“La equinoterapia hoy está incluida dentro del turismo salud, el turismo rural y tengo todo armado para brindar el servicio a los turistas (seguro, servicio de emergencia, caballos, equipamiento)”, explicó Andrea Pizzio, a cargo de Andares. Si bien la cuestión turística es nueva para ella, la institución cuenta con una página web, una fan page y ahora está incluida en Aromas de Campo –un circuito rural que incluye a varios emprendedores locales-. Por estos días comenzarán los encuentros, se colocará más cartelería y distribuirá folletería, para que los turistas puedan comenzar a llegar.
“La idea es integrar a los turistas en la relación con el caballo, no sólo subir, dar una vuelta y bajarse. Yo propongo otra cosa: ir a buscarlo al campo, ponerle un bozal, traerlo, cepillarlo, rasquetearlo, montarlo, enseñar a la persona a manejar las riendas, a impulsarlo, indicarles qué partes del cuerpo usar para que el caballo entienda”, describió Andrea.
Los caballos
Ocho caballos hay en Andares, lo cual implica un costo de mantenimiento importante. Están especialmente entrenados para cumplir con su trabajo.
“Los compro en Buenos Aires, en la Asociación de Palermo, donde está el Centro de Equinoterapia más grande de la Argentina y de Latinoamérica. Los instructores vienen cada tanto a controlarme, auditarme, capacitarnos y yo viajo también”, agregó.
El trabajo terapéutico
“La equinoterapia está indicada para todo tipo de personas, especialmente para las que tienen alguna discapacidad. Nosotros trabajamos mucho con las familias, nos gusta integrar a los padres, a los hermanos. Lo primero que hacemos es reunirnos con la familia, el médico de cabecera y los terapeutas que atienden a esa persona, para conocer su patología, las expectativas y lo que podemos aportar”, comentó Andrea.
Andares está abierto a todo público. Es un lugar muy recomendable que todos podemos aprovechar y conocer.