Por Claudia Cagigas
Jugar un Mundial de Beach Handball a los 16 es una experiencia imborrable… Convertirse en el tercer equipo mejor del mundo también… y conocer África al mismo tiempo, es un plus que graba todo más a fuego… Francisco Daudinot hizo todo esto y a pesar de su corta edad, no se perdió detalle: saboreó cada momento, atesoró emociones que no solo tienen que ver con lo deportivo sino también con la cultura de un continente tan lejano y rico en diversidad como diferente al nuestro. Sentado en EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), Francisco rememoró recuerdos de África tal como si los estuviera viviendo otra vez…
El Océano Índico le regaló una de las experiencias más placenteras de su vida: nadar con delfines envuelto en su canto; un canto que de pronto comenzó a brotar de las profundidades mezclándose con Francisco y sus compañeros del Equipo Argentino de Beach Handball…
La República de Mauricio fue sede del Mundial de Beach Handball realizado en África este año. Es un país soberano insular ubicado en el suroeste del Océano Índico y allí llegaron nuestros chicos.
Francisco cuenta que lo primero que le impactó de su gente es la felicidad de transmiten. “La gente es muy abierta, muy alegre y no pierde oportunidad para ponerse a bailar”. En cuanto a la música, dijo que “lo que se escucha es una mezcla de tambores y cánticos tribales, pero también una música que mezcla lo nativo con lo moderno. Ni bien suena una canción, automáticamente toda la gente se pone a bailar. Eso es una de las cosas que hace que estén alegres todo el tiempo. El impacto de felicidad que te transmiten es increíble, se ve poco en pocos lados”, relató.
La alegría de su gente, los bailes constantes y la música se complementan con mucho colorida en la vestimenta: “Usan muchos pareos, tanto varones como mujeres, mucho colorido. El resto normal”, contó.
Oro en el agua para despedir a los muertos
Los habitantes de la República de Mauricio viven fundamentalmente de la pesca y las artesanías marinas. Practican el Hinduismo como religión y, por eso, despiden a sus muertos de manera diferente a la nuestra. Un hecho llamativo es que en la playa, debajo del agua, suelen verse objetos de oro que nadie toca…
“Ellos, por su religión, a los que fallecen los creman y los tiran al mar en barcazas junto con recipientes sagrados. Me pasó de ir caminando por la playa y ver algo dorado que resaltaba en el agua; era un buda de oro que nadie levanta por respeto. Hay vasijas también. Pero como la gente está muy comprometida con la religión, le tienen respeto a ese tema. Los turistas tampoco tocan nada”.
“La isla tiene un aire distinto, desde el primer día tuvimos la sensación de estar en casa, entonces le tomamos cariño y respeto. Por eso, cuando veníamos esas cosas no nos daban ganas de tomarlas ni por curiosidad. Creo que nadie iría a la isla a saquear objetos religiosos”, opinó Francisco Daudinot.
La mezcla cultural
La República de Mauricio “es una colonia francesa que desde 1922 pertenece al Commonwealth de Inglaterra. Por eso la mezcla de culturas es fuerte: hay partes modernas, partes nativas y mucha mezcla. La gente tiene nombres ingleses, franceses, es una mezcla de culturas muy bien lograda”.
Y tan bien lograda que “en la Isla Mauricio desde chiquitos sus habitantes manejan seis idiomas: criollo, mauriciano, inglés, francés y dos idiomas nativas que no recuerdo. En Sudáfrica la gente llega a hablar hasta 12 idiomas”, explicó Francisco.
Debido a su religión, los mauricianos no comen carne vacuna. “Comen cerdo y mucho picante”.
No todos son negros, “Se ve gente de piel negra, nativa; gente de la isla pero de padres europeos y mezcla de los dos. Hay diferencias marcadas no solo por el color de la piel sino por la manera de desenvolverse o por las tonadas. No quiero decir que unos se desenvuelvan mejor que otros sino que son distintas maneras de comunicarse”, comentó el joven chajariense.
Francisco Daudinot se emocionó al recordar los partidos de Beach Handball jugados en la isla africana… “Jugar y ver jugar en la isla es puro show, festejo y baile con música a todo lo que da. El carisma del lugar, junto al carisma de este deporte hizo que todos termináramos juntos en la tribuna cantando, bailando, conviviendo muy bien. Fue algo hermoso y ojalá que pueda seguir experimentando esto en todos los deportes que practico”.
Finalmente y como es su costumbre, agradeció el apoyo de su familia, de sus profesores, de sus amigos y el conmovedor recibimiento que le dio Chajarí a la vuelta de África, con el título de pertenecer al TERCER EQUIPO MEJOR DEL MUNDO de Beach Handball. Felicitaciones Fran!!!! Tu simpleza conmueve!!!