Con una sonrisa en el rostro y con su bandoneón compañero de batallas, de emociones y de vida, Silvina Vello presentará el próximo sábado 23 de abril, a las 21 horas, en el Centro Cultural de Chajarí, su primer trabajo discográfico “Tardecitas Entrerrianas”. En El Espejo tuvimos la posibilidad de compartir un adelanto de los acordes que sonarán en el escenario.
Silvina comenzó definiendo al bandoneón “como un instrumento muy complejo de tocar” y con un costo muy elevado. “En mi caso tuve la suerte que mi padre me lo pudo regalar”, dijo, al tiempo que explicó que “el bandoneón es de origen alemán, vino con nuestros abuelos al país, es un instrumento muy fiel que requiere afinación y con un buen cuidado te puede durar toda la vida”.
Entre charla y charla los acordes de “Tardecitas Entrerrianas” comenzaron a sonar y entonces recordó a su padre, Venancio Vello, que además de intérprete, era autor de varios temas. “Con mis hermanos, que también son músicos, tratamos de difundir sus canciones. Somos ocho hermanos de los cuales cinco somos músicos: Mario toca el bandoneón, Santiago la guitarra, René el acordeón y Nicolás el bandoneón y la guitarra. A mí me acompañan dos de ellos, que a su vez conforman un grupo que se llama Los Hermanos Vello”, contó muy orgullosa de su familia.
Viajando en el tiempo, Silvina recordó los primeros años de su vida, cuando comenzó a tomar contacto con la música. “Desde muy chica compartía los ensayos que se hacían en mi casa. Empecé a tocar a los trece años. Recuerdo el primer día que tuve el bandoneón en mi regazo, porque mi papá tenía dos, entonces tome el que no usaba tanto, y como él vio que a mí me gustaba me enseñó algunos acordes… La primera vez que toque en público fue en mi escuela, en San Ramón, para una fiesta de fin de año, después nos preparamos para el festival de Radio Chajarí en el Club Ferrocarril y luego empezamos a compartir otros escenarios”.
Con mucho respeto hacia la música, hacía el instrumento y hacia el arte, Silvina Vello subrayó: ”El bandoneón requiere mucha constancia, dedicación y práctica diaria. En mi caso, tomo clases con Alfredo Salini, porque considero que me falta mucho por aprender”.