Por Claudia Cagigas
Fotos: gentileza Claudio Hermosa
“Nací en Paraná el 26 de marzo de 1922, a las seis de la mañana. Posiblemente esa sea la causa de que me guste levantarme temprano… Era domingo, así que la familia tenía un doble motivo para celebrar. Ahora quién hizo los ravioles y el estofado no me acuerdo”, bromeó el profesor César Manuel Varini, en una nota realizada hace un par de años en el programa El Espejo. Fue una entrevista imperdible en donde habló de su vida; de la persecución política por no ser peronista en una época en la que debía serlo; recordó el tiempo en que a la provincia de La Pampa le cambiaron el nombre por Eva Duarte y a la de Chaco por Juan Perón; rememoró su llegada a Chajarí a los 33 años; habló de la Escuela de Comercio y de cómo era la ciudad por aquellos años.
Esta semana, en reconocimiento a su invaluable aporte, el Gobierno Municipal y el Honorable Concejo Deliberante en su conjunto, avalaron la iniciativa de los Museos Municipales e instituyeron el 26 de marzo (la fecha de su nacimiento), como “Día de la Historia Chajariense”. Bien merecido lo tiene: el Profesor Varini es el hombre que entregó su vida para investigar, recopilar datos, revisar, escribir sobre la historia de nuestra zona y legarnos un exhaustivo trabajo. Por si fuera poco, peleó a brazo partido por reorganizar la Escuela de Comercio Justo José de Urquiza y lograr que ésta tuviera su edificio propio. Y lo logró.
Un Profe “contrera
El profesor Varini hoy tiene 94 años. Llegó a Chajarí a los 33. “Había venido primero en una visita de exploración, en marzo y me gustó la ciudad, era de ripio, no había nada de asfalto. Entonces pedí licencia al cargo de Auxiliar de Secretaría en Paraná. Advertí a los responsables del instituto que me habían dejado cesante en Paraná, sin sumario y con una simple nota, en función de una orden del general Perón de sacar de la administración pública a todos los ‘contreras’, aún a los tibios”.
El Profesor era “contrera” por radical. Sobre el particular, recordó: “Empecé a trabajar en enero del 46, hice la propaganda por radio y todo en contra de la candidatura de Perón y ahí me ficharon”.
Y se quedó aquí nomás; se quedó en una ciudad donde encontró “peronistas potables, gente buena”, al punto tal que su antiperonismo se suavizó un poco, según él mismo reconoció.
De aquellos años de peronismo fanático le quedan varias anécdotas, como cuando a la provincia de La Pampa le cambiaron el nombre por Eva Duarte y Chaco por Juan Perón.
La Escuela de Comercio
Aceptar el desafío de hacerse cargo de la Escuela de Comercio de Chajarí no fue fácil. El establecimiento estaba indisciplinado ya que “a la última directora le habían dado horas de cátedra en Concordia y venía los fines de semana, entonces eran los profesores los encargados de mantener la disciplina”.
“Tuve que proceder enérgicamente, llamar a una reunión de padres y aplicar unas cuantas sanciones. Así empezamos a ordenar todo. Era una situación muy difícil: profesores que no cobraban, una indisciplina general, un colegio que funcionaba en préstamos en una escuela primaria (en la Escuela Alvarez) con un horario totalmente inconveniente. Empezaba a las 5 de la tarde cuando se iba la primaria, hasta las 11 y media de la noche. Me propuse un plan de trabajo de ordenamiento del colegio, sacarlo de ahí mediante su oficialización y empecé gestiones”.
¿Por qué un director de escuela debía ocuparse de construir el edificio? “Si no lo hacía yo, no se hacía. En esa circunstancia hubo que apechugar y poner manos a la tarea. Con Julio Fernández viajábamos a Buenos Aires, a veces en auto a veces en un hidro avión que salía de Concordia o en avionetas que salían del Aero Club porque en esa época había un tránsito muy frecuente de avionetas del Norte a Buenos Aires”.
En 1986 tanta lucha dio sus frutos y se inauguró el nuevo edificio de la Escuela de Comercio. Estuvo el vicepresidente de la Nación Víctor Martínez (enviado por Alfonsín) y el gobernador Sergio Montiel.
¿Cómo no rendir homenaje en vida a este hombre, a este GRANDE de la historia de Chajarí? Su legado trasciende los tiempos. Gracias infinitas Profe Varini!