No sólo la falta de piezas dentarias impacta en la salud bucal y en la estética de una persona sino también los dientes desalineados, apiñados, encimados, en mala posición, rotados, entre otros. Un nuevo paradigma en ortodoncia ayuda a resolver estos problemas, contribuyendo a la salud integral y a la autoestima de la persona: los alineadores invisibles. En esta nota, la odontóloga Analía Chesini se refiere al tema.
Por Claudia Cagigas
Hay incontables formas de trabajar la autoestima de una persona. Una de ellas consiste en ayudarla a sonreír libremente, sin complejos por su dentadura. Analía Chesini es odontóloga, docente de la Sociedad Argentina de Ortodoncia y Pontificia Universidad Católica Argentina (Buenos Aires) y brinda cursos de Postgrado sobre Ortodoncia en Salta. Entrevistada en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), explicó que, “si bien en odontología se trabaja para lograr la salud bucal en toda su integridad, el fin último es aumentar la autoestima del paciente, que se sienta seguro con su sonrisa, porque la sonrisa en parte es nuestra carta de presentación. Una sonrisa abre puertas. La estética, en este mundo en que vivimos, es fundamental. Entonces una sonrisa armónica, con los parámetros de belleza y de estética que se estudian, hacen que el paciente se sienta más cómodo y más feliz. En algunos casos con poquito cambio logramos estética y en otros hay que hacer rehabilitaciones integrales”.
Dientes desalineados, dientes apiñados, dientes encimados, en mala posición, rotados, uno más largo, otro más corto provocan que muchas personas no se animen a sonreír o, si lo hacen porque están en un momento de emoción, se tapen la boca. Sin embargo, hay soluciones sea cual sea la edad. Para los que se animan a los brackets, ésta puede ser una buena opción. Para los que no se animan, hay algo innovador: los alineadores invisibles.
“Con los alineadores invisibles, podemos hacer ortodoncia sin que los demás noten que estamos alineando los dientes. Pero no hablamos sólo de dientes desalineados. Hay dientes que, por ejemplo, han tenido un proceso de caries, fueron restaurados y no se logró la estética suficiente como para que esa restauración no se note. Entonces uno tiene que hacer una restauración que realmente sea invisible y que se mimetice con el tejido dentario. Hoy existen técnicas y materiales buenísimos para reparar una pieza dentaria y volverla totalmente a la salud con la función y con la estética correspondiente”, dijo.
Los problemas bucales pueden desencadenar otras patologías
Las mal oclusiones, los dientes mal posicionados, impactan severamente en la función y en la dinámica de contacto de un diente con otro y en las excursiones que hace la mandíbula –que pueden ser incorrectas-. “Eso puede llevar a otras patologías: puede desencadenar problemas en la articulación temporomandibular, con dolores, o desencadenar bruxismo porque el sistema tiende a alinear un diente que está desalineado. En la boca todo es integral, no solo arreglamos un diente en particular, aunque a veces es puntualmente ese detalle. Por ejemplo, viene un paciente a restaurarse un diente que está en mala posición, pero eso es consecuencia de haber perdido, por ejemplo, los contactos posteriores (si perdió dientes en el sector posterior, queda sin sostén toda el arca dentaria, las muelas). Entonces el sistema comienza a actuar con una altura facial inferior muy disminuida, los dientes anteriores contactan más y entran en trauma oclusal, desplazándose quizás, por esa fuerza que no estaba contemplada, porque el sistema estaba preparado para compartir la fuerza en toda la arcada dentaria y no solo en un sector. Entonces no sólo hacemos ortodoncia sino tratamientos integrales: ortodoncia para alinear ese diente que está desalineado, pero también reponiendo las piezas dentarias perdidas y devolviendo la altura facial correspondiente para que todo funcione correctamente”.
Nuevo paradigma en ortodoncia
El horizonte en ortodoncia hoy se ha ampliado notablemente con la aparición de nuevos materiales. “Se pueden usar brackets convencionales en pacientes adultos, pero los arcos que van a movilizar los dientes son de otros materiales. Inicialmente, cuando hacíamos los tratamientos de ortodoncia hace muchos años, usábamos sólo acero inoxidable. Hoy esa fuerza en un hueso adulto no estaría indicada, porque son fuerzas más fuertes. Entonces, para un hueso adulto necesitamos fuerzas mucho más suaves y así surgieron otras aleaciones metálicas que ofrecen fuerzas muy suaves y los dientes se mueven a la velocidad de formación del hueso sin generar ningún tipo de daño. Eso era impensado en las décadas del 50 o 60”, comentó Analía Chesini.
A los brackets estéticos de porcelana, se suman los alineadores invisibles.
“Los alineadores invisibles son ortodoncia invisible que se hace a partir de placas termoformadas sobre un modelo 3D del mismo paciente. A través de un scanner se toma la forma de la boca y de los dientes. Por otra parte, a través de un software especial, en la computadora trabajamos la forma en que los dientes deberían moverse en los tres planos del espacio hasta conseguir la posición correcta. A partir de ese diseño vamos cambiando los alienadores cada dos o tres semanas –depende del caso-, para que los movimientos se hagan de manera muy suave. Cada nuevo alineador trae un nuevo movimiento de ortodoncia y se va corrigiendo la mal oclusión”.
Finalmente, Chesini destacó que los alineadores invisibles es lo último en materia de ortodoncia y que está muy ligado a las necesidades de estética del mundo actual. “Con el alineado transparente solo se ve un brillito, que es el brillo de la placa alineadora que está sobre los dientes, pero la verdad es que nadie lo nota, a la distancia de un brazo, que es la distancia que está el interlocutor prácticamente son invisibles”, concluyó.