Por Claudia Cagigas
Que el poder desgasta y pasa factura en la salud de los gobernantes no es novedad. La falta de descanso, la cabeza puesta permanentemente en los cientos de problemas por resolver, los problemas políticos, los problemas internos, las gestiones continuas e imprescindibles para que los fondos para obras lleguen, los viajes, las reuniones diarias, las frustraciones ante lo que no se puede lograr, las críticas justas o injustas, van haciendo su trabajo finito en el cuerpo y la mente de los gobernantes. Sin afán de victimizar a nadie, el objetivo de esta reflexión es ver la otra parte, el costado humano de quienes detentan el poder, nos gusten o no. Si repasamos los 13 últimos años de historia local, las palabras de Galimberti (Cambiemos) de que “el poder te toma”, son también aplicables a su antecesores José Luis Panozzo (FPV) y Juan Javier García (FPV).
“El poder te toma en todo aspecto, excede ampliamente la función. Me pasa como intendente pero también lo veo en los secretarios, en los directores, en la gente que está llevando adelante la gestión. La intendencia o los municipios, en líneas generales, son el primer eslabón de contacto de los vecinos con el Estado y en esa relación el pedido es enorme: desde una situación de urgencia por una cuestión de salud, un fallecimiento, un incendio o una cuestión climática. Esto te obliga a extender los horarios de trabajo y a tener el teléfono abierto las 24 horas”, reconoció el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, un año después de haber asumido.
Si se gobierna bien o mal; si terminan siendo gobiernos corruptos u honestos; si los funcionarios luego acumulan causas judiciales o no; si favorecieron a familiares, amigos o clientes políticos es harina de otro costal y no es el eje de esta nota.
Volviendo a Pedro Galimberti, le consultamos cómo se sostiene la salud mental del gobernante, teniendo en cuenta la gran demanda social y las pocas horas de descanso. “Se va aprendiendo, en lo personal, cuando puedo trato de desconectar un rato el cerebro; aunque es cierto que en toda relación del otro lado hay personas y esas personas tienen que estar dispuestas en ese momento. Pero hay que ir llevándola, se va aprendiendo”, dijo en el programa radial EL ESPEJO (Radio Show Chajarí).
Pero desconectar el cerebro no es tan fácil; no son cables de los que podemos tironear y listo… Así, “en esa relación con el vecino, a mí se me ocurre ir a la despensa y muchas veces tengo un reclamo por la cuestión municipal un día domingo”. Por otra parte, “hoy con las redes sociales uno está conectado todo el día”, sin embargo, “hace un tiempo no manejo más mi facebook porque soy obsesivo con el laburo: me pasaba que a la una de la mañana me entraba un problema y automáticamente lo estaba derivando –al área que correspondía- y eso no puede funcionar así; el primer tiempo puede ser, pero luego no… Entonces, la manera es ir dando prioridades y organizándonos en el tiempo, ver cuáles son las cosas importantes para llevar adelante y establecer metas y plazos. Se aprende”, aseguró Galimberti.
En este contexto, la cuestión familiar no es sencilla. “La familia se complica por el tiempo que no estás presente, pero también porque a veces estás pero pensando en otra cosa, pensando en la avenida Doctor Casillas por ejemplo. Sin embargo, son situaciones donde uno va adquiriendo experiencia y te vas acomodando. Para mi la familia es un pilar fundamental, sé que tengo que mantener ese nido de la mejor manera posible auque a veces no me sale y me doy cuenta. En eso Marcela me ayuda bastante y me trae a la realidad con las cuestiones familiares. Ella es la afectiva de la familia, cuando buscan el ‘polarito’ me encuentran a mi”, comentó.
Pese a este costado difícil de la función pública, el intendente de Chajarí aseguró: “Me siento pleno como persona al ser intendente de este pueblo, quería serlo y trabajo en consecuencia”.