El Sagrado Femenino es un estilo de vida que tiene como objetivo la reconexión de la mujer consigo misma, con la energía femenina que habita en ella y, al mismo tiempo, con el todo, con la Naturaleza. “Muchas veces estamos encerrados entre cuatro paredes y nos vamos disociando, desconectando y eso genera consecuencias a nivel físico, psíquico y espiritual”. Así lo explicó la médica psiquiatra integrativa, Mariana Stivanello, entrevistada en el programa EL ESPEJO.
¿Qué significa reconectarme conmigo misma?
Básicamente “curar lo femenino herido que habita en nosotras, memorias de desvalorización, humillación, maltrato físico, violencia, historias de enfermedades, de abortos, de niños que han nacido y fallecido, todos los dolores que lo femenino ancestral ha vivido. Entonces es una cura para liberar ese dolor, para dar un lugar en el corazón a esto que ha sido doloroso, para luego hacer un proceso de disociación”.
¿Cómo nos afecta el femenino herido?
La psiquiatra explicó que el femenino herido puede afectarnos de manera física (problemas de los órganos femenino como útero, ovarios, trompas, senos) y de manera emocional.
“Las mujeres que están muy desconectadas de sí, están muy conectadas con el hacer y hay un predominio de energía masculina. La energía femenina es una energía maternal, una energía que acoge, que nutre, que es más pasiva, más receptiva, que tiene más paciencia y amorosidad. Vivimos en una sociedad patriarcal donde lo que predomina es la materia, el hacer y con unos ritmos locos donde hay que trabajar… Y de repente no sé quién soy, a qué vine a esta vida, si estoy viviendo o sobreviviendo. Entonces hay que traer esta cura de los femenino para equilibrar un poco esta mentalidad donde predomina el hacer”, explicó.
¿Cómo curar el femenino herido?
Existen “encuentros de sanación del útero, que es donde se cargan estas memorias de dolor y sufrimiento. Hay técnicas específicas que nos ayudan a conectar con nuestro chacra sexual, con este centro de energía del alma femenina que concentra toda esa información”.
También con una psicoterapia uno puede tomar conciencia sobre las identificaciones y lealtades con nuestras ancestras. “A veces tomamos algo de mamá, de nuestra abuela, de nuestra bisabuela… La sanación no es magia, implica hacer un movimiento interno para que a partir de ahí algo se mueva, se cure”.
También aclaró que el hecho de que una mujer se maquille, se arregle las uñas, se vista muy bien, no implica que esté conectada con el Sagrado Femenino. “Puede lucir espléndida, pero estar desconectada”.
¿Qué quiere decir, entonces, estar conectadas con lo femenino?
“Es llegar a una aceptación y al amor propio. Acogerme más, acoger este lado vulnerable que tenemos. Es aprender a sentir, porque fuimos programadas para no sentir y hacemos de todo para no sentir, inclusive nos medicamos”.
Al mismo tiempo, sostuvo que “existe una diosa dentro de nosotros, que tiene que ver con la capacidad de intuir”.
La intuición “es una energía que viene de más allá. Uno lo siente y lo sabe por esta naturaleza innata que tenemos. Entonces hay que equilibrar los traumas, los dolores, con esta naturaleza divina”.
El Sagrado Femenino no es ser feminista.
“En el Sagrado Femenino hablamos de sanación, de rescate, de aprender a acoger el dolor de mi lado vulnerable y reconectarme con la sabia que había en mí. Esa sabia tiene conexión con lo divino y tiene la seguridad de saber cuál es su camino. El Sagrado Femenino trabaja en armonía con el todo, con la naturaleza y, por supuesto, con los hombres”.
Siguiendo esta línea argumental, consideró que en el Movimiento Feminista nada de eso ocurre y, por el contrario, “son mujeres que todavía están con el femenino herido y buscan competir con los hombres. Quieren unir las fuerzas con otras mujeres, pero para ser mejores que los hombres y aquí no hay una energía de sanación”.
Profundizando un poco más en esta idea, dijo: “En el Sagrado Femenino trabajamos el odio que la mujer aún carga contra los hombres y que nos toma a todas a un nivel consciente -por cosas que nos han ocurrido a nosotras mismas- o inconsciente -por aquello que ha sucedido allá atrás, con nuestras ancestras sin que haya podido expresarse-. Las feministas, en cambio, son mujeres que vienen a vengarse de los hombres (todo esto a nivel inconsciente). Porque una cosa es buscar igualdad y otra es venir con esta energía de rabia”.