Refirió a un compuesto químico económico, fácil de producir, que destruye la envoltura de virus y bacterias dañinas que ingresan a nuestro cuerpo y evita que enfermemos. Científicos del mundo aseguran que hace muchos años lo investigan, a pesar de la resistencia de laboratorios farmacológicos.
Por Claudia Cagigas
El dióxido de cloro es un preparado que desde hace varios años es promovido por el biofísico Andreas Kalcker, biofísico radicado en Francia, como una herramienta muy eficaz para eliminar patógenos del organismo. Según él mismo explicó en una videoconferencia sostenida con el cardiólogo local Mauricio Acevedo Miño, “los patógenos son ácidos –protones-. Esta carga protónica reduce el oxígeno. Entonces lo interesante del dióxido de cloro es que es portador de oxígeno y libera el oxígeno precisamente cuando entra en contacto con un virus, una bacteria, un hongo, una histamina y por lo tanto es capaz de funcionar en tantísimas enfermedades… Cuando te das cuenta de este aspecto biofísico se te abre un mundo completamente nuevo”. El problema es que “esta sustancia puede ser demasiado bonita y barata para que le guste a la industria”, reconoció el biofísico.
Luego de esta charla, dialogamos con Mauricio Acevedo Miño en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), quien comentó que “colegas de varias partes del mundo comenzaron a recomendar esto”, que también es conocido como MMS o CDS. La diferencia entre ambas sustancias es el PH. “El CDS sirve para distintos tipos de infecciones. La pregunta es si lo tenemos que usar o no. Ayer en EEUU se murieron 2000 personas, en Madrid van murieron más de 5000, en París se está elevando el nivel de muertos… o sea que las capitales del mundo no tienen algo que funcione. Entonces mi familia y yo empezamos a tomar CDS porque no existe un Plan B; encima los trabajadores de la salud somos los más expuestos”, dijo.
El médico cardiólogo también comentó que el CDS se consigue en Chajarí, ya que puede ser elaborado muy fácilmente por farmacéuticos o bioquímicos. Pero hasta el momento solamente una de estas profesionales lo está elaborando y comercializando a un bajísimo precio.
“El dióxido de cloro o clorito es muy bueno; una de sus funciones es destruir la envoltura de los virus. Entonces uno lo toma y puede luchar contra bacterias y virus dañinas…. Hay un virólogo en Francia que está investigando los compuestos de estos preparados que vienen en fármacos, la famosa hidroxiclorquina que se utilizó con la paciente de Paraná infectada con COVID-19 y ha curado al 91% de las personas. El director del Comité de Crisis de Brasil se infectó, tomó hidroxiclorquina y se curó. Entonces hay evidencias de que tomando estos compuestos se está teniendo resultados”, sostuvo Acevedo Miño.
“El problema de COVID es un problema de oxígeno, te daña la hemoglobina que va dentro de los glóbulos rojos, o sea que hacés hipoxia, el problema no está dentro del pulmón. Entonces la solución no está en buscar más respiradores sino en oxigenar la sangre. En este momento en Nueva York están probando con un aparato que se llama circulación extracorpórea: te sacan la sangre, te la oxigenan y te vuelvan a introducir. En Chajarí no tenemos eso…. Como no tenemos ese Plan B, mi familia y yo vamos a tomar lo que tenemos a mano –el CDS o dióxido de cloro- para no terminar en terapia o morirnos por falta de oxígeno”.
En otro tramo de la charla, Mauricio Avecedo Miño volvió a subrayar: “Nuestro propósito es que la gente esté protegida, sana, que adquiera hábitos saludables y como no tenemos un Plan B para protegernos contra el coronavirus, pongo a disposición este conocimiento que en este momento tengo”.
¿Cómo se toma el CDS?
Según comentó el mismo profesional, se diluyen 10 ml de CDS en un litro de agua y se lo debe ingerir a lo largo del día sin juntar con las comidas ni con otros fármacos.
“¿Qué haría yo?”, se preguntó, “Si voy al banco o al supermercado cuando regreso a mi casa lo tomo, porque no tengo idea si las personas que ahí estuvieron están enfermas o no”.
Finalmente, indicó que la ingesta del producto le fue recomendada por más de diez médicos. “Y en este momento me están llamando médicos de todos lados porque se nos están muriendo los pacientes en la cara”, concluyó.