Por Cecilia Capovilla
“Los juicios de Dios no son irrevocables. ¿Qué significa esto? Que hasta Dios puede cambiar su sentencia, y si Dios cambia su pensamiento ¿por qué no lo puedo hacer yo?”, dijo el Padre José Luis Aguilar en una entrevista realizada en el programa radial El Espejo. “No hay cosa más linda que cambiar de pensamiento, evolucionar, si yo pensaba esto antes, ahora pienso algo distinto. No hay nada grave en eso, al contrario, es maravilloso que las personas puedan ir cambiando,; claro que siempre tendiendo al bien, a la verdad y a la belleza”.
El Padre Aguilar continúo diciendo: “Si los pensamientos de Dios pueden cambiar, ¿cómo mi pensamiento no va a cambiar, cómo no va a ser más flexible?
Muchas veces la culpabilidad que le veo a la persona, quizás viéndolo desde otro lugar, con un poco más de distancia, desde otros aspectos, puedo descubrir que la persona no hizo lo que hizo porque quiso, sino porque no pudo actuar de otra manera, o porque no se dio cuenta”.
¿Cómo empiezo a perdonar?
¿Por dónde se empieza para poder perdonar? Por ejemplo, una madre a la que le han matado a su hijo o que han abusado de él, cuando el que lo hizo sabía lo que estaba haciendo. “Por supuesto que hay situaciones más difíciles que otras, pero en general hay que saber que por más que yo me repliegue en mi dolor, en mi bronca, no voy a solucionar nada. La situación no va a cambiar porque me encierre en ese dolor. Inclusive si yo me siento movido a la venganza, ¿la venganza me va a dar paz? Enroscarse en el rencor, en el resentimiento, en la bronca ¿te va a producir un alivio en tu terrible situación? Evidentemente no”, sentenció Aguilar.
“Lo mejor es, ante lo sucedido, empezar a trabajar de otra manera y buscar ayuda psicológica, espiritual y empezar a trabajar la situación. No quedarse solo o en el círculo de las personas que han sufrido la misma situación que yo, porque eso sería seguir enroscándose. Hay que buscar ayuda, porque lo sucedido no lo podés cambiar pero sí podés modificar la lectura de lo sucedido”, finalizó el Padre José Luis Aguilar.