Por Cecilia Capovilla
Cuando llega el circo a un pueblo o a una ciudad el aire cambia, las luces se encienden e iluminan toda la manzana que estaba vacía. Por un tiempo la magia de apodera y en cada función el ritmo y la alegría se hacen eternas, porque por unas horas los grande comparten con los chicos las mismas emociones.
Pero, ¿cómo es la vida en un circo?, ¿cómo es la convivencia cuando las luces se apagan y el maquillaje se borra? Marcos Retamozo, nos cuenta en primera persona su vida unida al circo. ¿Cómo fue su comienzo, su formación y el trabajo?
“El circo es lo que mejor me define, porque es una mixtura de diferentes artes y técnicas. Cuando terminé la secundaria me fui a estudiar Artes Plásticas en la Plata, allí encontré un taller de circo, un lugar donde se hacía malabares, acrobacia. Yo tenía formación en acrobacia y en gimnasia artística, hacia malabares, bailaba folclore. Allí conocí a un profesor, que era un cirquero retirado, nacido en circo, que me hizo el contacto con mi primer trabajo. Aprovechaba las giras por el conurbano bonaerense para ir a la Escuela de Circo Criollo, que es una escuela reconocida dirigida por los hermanos Videla y así empecé a formarme en ciertas disciplinas específicas. Empecé a trabajar en circo y no me fui”, de este modo se definía Marcos en el comienzo de la entrevista.
Cuando la familia apoya las decisiones
Para Marcos la presencia familiar a lo largo de su carrera fue fundamental. “Desde chico se la veían venir, porque siempre tuve este perfil. Y cuando me fui a estudiar elegí
Artes Plásticas, una carrera que no tiene una salida laboral muy convencio
nal y de ahí pase al circo, que también fue otro cambio. Fue muy charlado y lo que hicieron mis viejos, en un principio fue ir a verme al circo, ellos estuvieron, me acompañaron en ese proceso, y cuando vieron verdaderamente cómo era el mundo y cómo encaraba las cosas creo que me dieron el aval. Después en la carrera tuve varios momentos que para mi fueron muy importantes y ellos lo supieron valorar: entrar al circo Thiany, trabajar en México, en Venezuela con compañías de primer nivel reconocidos”
La vida en el circo
Tiene la particularidad de ser un barrio ambulante, vos tenes tus vecinos que pueblo a pueblo te acompañan, cambian de lugar dentro de la ubicación del circo, pero siempre están y compartís los problemas de la ruta, el trabajo, el descanso, tenes una relación muy estrecha. Pero eso también genera rispideces, grandes amores y desamores. Es un ambiente bastante chico donde estas todo el tiempo juntos”, explica Marcos Retamozo relatando lo cotidiano de la vida cuando las luces se apagan y el maquillaje se quita.