Certificados SSL Argentina

TITULOS: “Diario de una Búsqueda”: el camino de dolor y esperanza de Candela Leer Más

TITULOS: Renarrar y sanar: El arte de escribir para transformar nuestras heridas Leer Más

TITULOS: El desafío y el crecimiento del Fútbol Femenino en Chajarí: voces de jugadoras y entrenadoras Leer Más

TITULOS: La sexualidad como parte fundamental del bienestar: una charla con Cecilia Paredes Leer Más

TITULOS: La experiencia del cliente: el desafío clave para fidelizar en la era del consumo inmediato Leer Más

24 marzo, 2022

“Los de la mesa 10”: tributo a un grupo de jóvenes chajarienses que en 1977 se animaron con una obra teatral “prohibida”

En un nuevo aniversario del último del Golpe Militar que enlutó país, compartimos una carta del abogado e historiador Marcos Molares dirigida a EL ESPEJO, contando lo que sucedía en Chajarí por aquellos años y un fragmento de su libro inédito. En ese fragmento titulado “Los de la mesa 10”, recuerda a un grupo de jóvenes chajarienses que en 1977 se animaron a poner en escena una obra de teatro de Osvaldo Dragún -perseguido político-. Compartimos este valioso material inédito sobre la historia local.

GRUPO DE TEATRO INDEPENDIENTE HABEAS CORPUS (1977).
Parados (de izquierda a derecha): Carlos Paniagua, Ana María Baum, Fabián Cúneo, Patricia Slobinsky y César Arbelais.
Sentados (de izquierda a derecha):  Marcelo Martene, Roque Baloni, Chito Montiel (Director),  Roberto Cabot, Adriana Pintos, Marimar Fassi y Juan Carlos Pintos.

Por Claudia Cagigas

Hola Claudia:

                      En mi época joven, vi muchas cosas que sucedieron en el Departamento Federación durante la última Dictadura Militar.
                      La cantidad de material prohibido que circulaba en los barrios era, para mí, impresionante. Me acuerdo de panfletos, folletos y literatura -totalmente censurada- que circulaba entre los jóvenes de cuarto y quinto año de los más prestigiosos colegios secundarios de nuestra zona.
                        Y, los muchachos y muchachas de mayor edad, que se perfilaban con una actitud levantisca, ya los comenzábamos a notar cuando la Policía y la Jefatura del Regimiento los comenzaban a citar.
                        De todos modos, queriendo recordar con todo respeto a un GRUPO HEROICO de JÓVENES de nuestra querida ciudad, sin hacer ninguna imputación de corte político hacia sus conductas, te mando UN ANTICIPO de un borrador de mi libro INEDITO -ESTOY EN TRATATIVAS CON UNA EDITORIAL DE BAIRES PARA SU EDICION-.
                         Algunos de esos HEROES han sido entrevistados, otros no. Pero eso me bastó para considerar que merecían ser recordados para la HISTORIA ENTRERRIANA. Sobre todo porque los historiadores solamente se acuerdan de los sucesos ocurridos en Paraná, Concepción del Uruguay y Concordia. Chajarí, Federación, las colonias, no son mencionadas.
                          Hay un vacío pavoroso sobre estas zonas, en los  textos que circulan en colegios, institutos superiores y universidades. Creo que hay que visibilizar los pueblos. Creo que hay que darle voz a los que nos hablan al oído, a hurtadillas, de una ciudad distinta, de una provincia diferente, de una región desconocida, de las que nos pintan los “artistas de la palabra” en las academias de renombre.
                           Soy un convencido,  Claudia, que no hay peor muerte que LA DEL OLVIDO. ¿Cuántos hemos muerto, antes del colapso físico, y andamos como fantasmas por la vida, simulando que estamos vivitos y coleando, como los espectros de la mítica Comala de Juan Rulfo?
                            Urge, creo, resucitar, de cualquier modo, a esos seres que LA HISTORIA OFICIAL condenó a los cementerios de la desmemoria.
                            Mando la primera parte de un fragmento donde relato cómo fue que en Chajarí se le rindió homenaje, en plena dictadura, a un perseguido político, durante la Dictadura: ¿Cómo ocurrió eso? Ninguna compañía teatral, empresa, grupo, se animaban a encarar la puesta en escena de alguna obra de OSVALDO DRAGÚN, en pleno 1977. ¿Cómo lo hicieron en Chajarí?. Atte.
                            


MARCOS RAUL MOLARES
Dni 13.632.518

Abogado e historiador chajariense

La recordada exhibición teatral de “Los de la mesa 10” en Chajarí

Primera Parte

El 9 de setiembre de 1977, poco después de las 21 horas, el Grupo de Teatro Independiente Habeas Corpus representó, por única vez, la obra “Los de la mesa 10”, en el escenario del Club Santa Rosa, en nuestra ciudad.

Aunque solamente brindaron una función, el emprendimiento liderado por el director teatral y vocacional, Jorge Lisandro “Chito” Montiel, dio que hablar, dado que introdujo innovaciones en el formato escénico local: se representó la obra tal y como lo indica el texto original de su autor, el entrerriano Osvaldo Dragún, nacido en Colonia Berro, a poca distancia de San Salvador. No se hizo ninguna adaptación, como era muy frecuente en esas décadas. Otra curiosidad fue la siguiente: no hubo escenografía; todo se ambientó con luces y sonido. Asimismo, los que actuaron –jóvenes vecinos chajarienses–, hacían dos o tres personajes cada uno: excepto los protagonistas principales, José (Carlos Paniagua) y María (Marimar Fassi).

El elenco lo completaban: César Arbelais, Ana María Baum, Fabián Cúneo, Patricia Slobinsky, Marcelo Martene, Juan Carlos Pintos. Un dato  a destacar: Arbelais tuvo que hacer tres papeles: el padre de la heroína, el mozo del bar y el “borracho de la esquina”. Lo curioso es que este chajariense, sin tener experiencia real con el alcohol –según las mentas– esa noche hizo una interpretación magistral del curda, a tal punto que el público entusiasta le ofrendó un cerrado aplauso. “Para él solo”, diría un espectador.

El sonido estuvo a cargo de Roque Baloni (el conocido DJ del boliche Batuke) y la iluminación corrió por cuenta de Roberto Cabot. Al respecto, cabe reconocer que las cintas (cassettes) y el equipo de luces, fueron coordinadas, grabadas y armadas –a su turno– por el versátil Chito Montiel –el “dire” teatral–. Adriana Pintos, fue la apuntadora.

Inmediatamente, antes del estreno de la obra, se inició la función con un estupendo recital ofrecido por el grupo musical Renacimiento –ex Salmuera-. Esa noche –era un viernes que prometía– la banda local se lució, mostrando los talentos de los hermanos Jorge y Omar Chaparro, en bajo y guitarra, respectivamente; Mario Retamozo, en teclados; Raúl Combis, en batería; y la voz inconfundible y atrapante de Diego “El Negro” Farrás.

La preparación

No hubo auspicio estatal para exhibir esta obra. Era un grupo cultural totalmente independiente. Todo lo hicieron “a pulmón”. Solamente acudieron al apoyo de algunos comercios para la impresión de los programas. Sus integrantes eran muy amigos. Cultivaban la amistad como un bien sagrado y la conservaban celosamente, porque los unía una motivación irrefrenable: el amor por las tablas.

Los ensayos comenzaron en marzo de 1977, hasta setiembre, cuando estrenaron la obra. Los primeros meses, utilizaron el living del domicilio particular de Chito Montiel y Adriana Pintos; corrían los muebles y quedaba un buen espacio para desarrollar las escenas. Los últimos ensayos se hicieron en el escenario del  Club Santa Rosa, porque había que ir adaptándose a los espacios.

La trama

La obra narra la historia de amor entre María, la hija de una familia adinerada, y José, un mecánico de condición humilde. El libreto introduce el interrogante clave, para desentrañar de qué manera se resolvería ese obstáculo impregnado de prejuicios sociales: ¿Lograría imponerse el amor, no obstante que la enamorada fuera una burguesa refinada y con pretensiones de recibirse de arquitecta, y el enamorado un mecánico,  algo tosco y con instrucción básica?

Por otra parte, en el libreto se cuenta cómo reaccionan los padres de ambos protagonistas, que se oponen a que continúe ese romance. Dragún decía que la obra “trata del amor que todos buscan romper, porque se les exige resolver todos los problemas que no hemos podido resolver nosotros mismos”.

Continuará….

  • Compartir: