En esta nota, la psicóloga Flavia Kuxhaus habla de la neurosis, la psicosis y la perversión. También derriba el mito de la histeria femenina como insulto.
Por Claudia Cagigas
Nos llaman “histéricas”, y a mucha honra… Resulta ser que, lejos de ser un insulto, la histeria o neurosis histérica, es la estructura más sana que nuestra mente puede tener. Lacan habla de tres estructuras mentales del ser humano; sí o sí en alguna de ellas estamos. O somos neuróticos, o somos psicóticos, o somos perversos. Puede haber una cuarta posibilidad: “una patología que se denomina border line, un camino entre la neurosis y la psicosis, que si desencadenara sería locura”, explicó la psicóloga Flavia Kuxhaus.
Neurosis histérica, en la mujer
“La neurosis tiene que ver con una manifestación acerca del deseo. Todas las mujeres lo somos, hasta que demostremos lo contrario. Y por otro lado, a los hombres les tocaría la neurosis obsesiva, de angustia”, indicó Kuxhaus.
¿Cómo se manifiesta la neurosis histérica? “Nos pasa todos los días a las mujeres. Vamos caminando y vemos una cartera. De inmediato se nos prende un deseo “quiero esa cartera” y no puedo parar hasta que tengo la cartera. Mamá cansada nos compra la cartera. Llegamos a casa y la guardamos en el ropero. Ahí nos damos cuenta que no nos combina con nada. O llega el sábado, la usamos y en el boliche encontramos que otra tiene la misma y ahí, automáticamente pierde el brillo. Podemos guardarla por años, ni siquiera recordar todo lo que hicimos para tenerla… Pero un día abrimos el placard y la cartera no está, mamá la regaló y ahí entramos en crisis. Esa es la cuestión histérica. El deseo de la neurosis histérica es siempre insatisfecho”, describió la psicóloga.
Hay otras cuestiones que también tienen que ver con la sensibilidad histérica: los duelos, el hacerse notar, “hay suicidios que se llaman histéricos porque no son consumados”. En este último caso, “la mujer manda un mensaje suicida para que alguien aparezca en el momento justo. Entonces, si sabe que son cinco pastillas, se va a tomar cuatro y media, porque necesita que una persona determinada llegue en el momento en que está mal”.
El movimiento del deseo histérico es así: “Logramos eso y resulta que no era… Queríamos este hombre, pero ahora que lo tenemos sufrimos”. La mujer histérica se angustia mucho. También hay hombres histéricos. En estos casos, “son más llamativos que las mujeres en cuanto al deseo insatisfecho”, aseguró.
La buena noticia es que hoy “la histeria no es considerada una enfermedad psiquiátrica” y dentro de lo es un diagnóstico, ser histérica es lo mejor que nos puede pasar. “O somos neuróticas histéricas o somos locas. Otro de los caminos que tenemos es la masculinidad. Porque para Lacan, la mujer no puede ser perversa”.
La neurosis obsesiva, en el hombre
En el hombre, la neurosis obsesiva se manifiesta en un afán de perfeccionamiento. “Es un hombre que siempre está luchando contra un deseo imposible, cosas que no va a poder obtener nunca. Por ejemplo, puede jugar toda su vida al Quini 6 y decir que cuando lo saque va a hacer tal o cual cosa… Puede sacar el Quini 6 y a los dos días perder todo, sin haber hecho absolutamente nada de lo que deseó. Son esos hombres que prometen bajarte la luna… Prometen, se prometen, vuelan, sueñan con cuestiones que van a pasar el día de mañana y el día que llega no hacen nada, la herencia de sus padres se esfuma… Generalmente el hombre está muy marcado en esas cuestiones del deseo imposible”, describió Flavia Kuxhaus.
“El neurótico obsesivo, cuando se pasa de revoluciones tiene el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Es como que comienza, a través de la compulsión, a manifestar que las cosas no andan bien”.
Carne de cañón de los perversos
Los neuróticos somos presa fácil de los psicóticos y de los perversos (ya hablaremos en otra nota). “Podemos estar hablando con alguien y percibimos cuestiones raras, pero no nos damos cuenta hasta que es tarde, sobre todo con el perverso que generalmente se nos presenta de una manera muy seductora, nos envuelve y nos dejamos llevar. A veces entramos en una trama perversa y eso nos puede costar muy caro a los neuróticos. Se da en todos los ámbitos, no solo en la pareja”, alertó Kuxhaus.