Por Marisa Domínguez
El pasado fin de semana tuvo lugar en la ciudad de Chajarí las Jornadas de Liberación y Sanación cuyo lema fue: “El poder de la Misericordia”. Las mismas estuvieron a cargo de Fray Rafael Guzmán, en el Gimnasio del Instituto María Auxiliadora.
Cientos de personas se dieron cita en los diversos días para ser parte de esta propuesta, donde cada uno fue capaz de vivir y experimentar su propia vivencia.
Aprovechando la visita a nuestra ciudad, Fray Guzmán pasó por el programa El Espejo, el pasado sábado 1 de octubre y nos planteó la posibilidad de reflexionar acerca de la famosa pregunta que siempre nos hacemos cuando las cosas no van del todo bien: ¿Por qué a mí? Antes de preguntarnos: ¿Por qué no a mí?
Y para dar lugar a la respuesta de esta última pregunta compartió su propio testimonio de vida: “Yo en verdad no tenía esta idea de ser religioso, porque si bien estaba pasando por momentos difíciles en mi vida, también era uno de los mejores momentos en cuanto a lo empresarial. Tenía mi novia, soy Ingeniero Ambiental especializado en gas y petróleo, trabaje durante tres años en una empresa y había abierto mi propia empresa de importación en la que me iba realmente muy bien. Y fue en ese justo momento cuando el señor me llamó”.
Continuó exponiendo que al mismo tiempo Dios trasformó su vida, “Dios me sacó del alcoholismo, Dios impidió que matara a mi madre, Dios mejoró la pésima relación familiar que tenía y Dios curó a mi madre de una enfermedad que ni los médicos podían dar respuesta”, aseveró el Fray.
Guzmán describió su vida pasada como una “pesadilla”, en la que no podía permanecer más de una hora si recurrir a la bebida ya que “comenzaba a temblar, no podía relacionarme con la gente, me sentía inseguro de salir a la calle, tenía pánico y las manos me sudaban, creía que me iba a morir”.
Desde entonces, lo dejó todo y se dedicó a recorrer los países de punta a punta predicando y realizando jornadas de “Liberación y Sanación”, las cuales el describe como un momento “donde se viven cosas realmente muy profundas y donde se pueden hallar propósitos de vida”.
Fray Rafael Guzmán comentó que mucha gente asiste a estas jornadas en busca de milagros, sin comprender realmente que “los milagros se dan una vez que entendemos el propósito de lo que nos pasa. La gente a veces se equivoca y mucho. Ve los procesos de sanación o curación como una ruleta y dice, ahora no me cure, tal vez en el próximo encuentro me toque, porque hoy justo le cayó la suerte a la de aquí al lado y no a mí. Y no se trata de eso, se trata de saber y entender el propósito que Dios tiene con cada milagro”.
En este marco, el entrevistado llamó a la reflexión una vez más y pidió que pensemos un caso en donde “un hombre lleva a su madre a que se cure porque ya no la aguanta más así y tal vez esa mujer no se cura, porque el milagro no está en la curación; si no en que ese hombre aprenda a amar a esa mujer y a cuidarla, como ella lo cuidó cuando él era un niño caprichoso”. Y agregó que “si no entendemos el propósito y solo queremos la curación, entonces no buscamos un milagro, lo que uno quiere es saciar su egoísmo”.
Para concluir exclamó: “De que serviría que todos se sanen si no se van a amar. De que serviría que nos curemos del cáncer, si no hay nadie a tu lado cuidándote o a quien amar”.