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3 marzo, 2017

Esos locos llamados bomberos…

 

Por Claudia Cagigas

Sin lugar a dudas hay que tener algo de loco, de kamikaze o vaya a saber de qué para ser bombero; para subirse a un camión que sale despedido a un rumbo incierto y hacia situaciones inciertas… La vida, la muerte, el dolor, la desesperación, el humo, la sangre, la tragedia, la adrenalina al tope… ¿Qué impulsa al bombero? ¿Qué lo hace priorizar ese voluntariado por sobre los momentos familiares más íntimos que a veces se interrumpen, qué los lleva a dar todo por nada o casi nada? Es probable que ellos tampoco lo sepan…

 

La ingratitud es el pago corriente que reciben. Ingratitud porque los criticamos, los cuestionamos, los ninguneamos, les exigimos lo que no somos capaces de dar y estamos siempre dispuestos a enseñarles cómo hacer las cosas mejor, aunque no tengamos la más pálida idea. Si llegan tarde a un siniestro, zápate! Ahí está la  oportunidad. Y nos perdemos de vista qué pasó detrás: si tuvieron que salir de su trabajo discutiendo con el patrón, si estaba faltaba chofer (no abundan y no cualquiera puede manejar una unidad), si quien debía dar aviso al cuartel lo hizo rápidamente o no encontraba el número, si llamó primero a la Policía… todo, todo esto y mucho más pasa a diario aunque no lo veamos… Ni que hablar del tiempo que les demanda las continuas capacitaciones y los viajes que deben hacer para recibirlas.

 

Los bomberos voluntarios no reciben sueldo y tampoco lo piden. Sin embargo, desde hace años reclaman un retiro a los 25 o 30 años de servicio –una especie de jubilación o pensión por el trabajo voluntario brindado durante toda una vida-. Los sucesivos gobiernos lo prometieron y no cumplieron. ¿El argumento? “Dicen que no hay recursos, porque darles esto generaría un colapso en la finanzas de la Caja de Jubilaciones”, explicó Julio Srauss, presidente de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Chajarí.

 

La respuesta es absurda si en los números concretos se piensa. “En los 40 cuarteles que hay en Entre Ríos, sólo unos 10 o 15 bomberos cumplirían el requisito de 25 años de servicio y en los próximos 10 años podría haber otro tanto. ¿Y los funcionarios, nuestros empleados, dicen que no hay recursos que dar esto a bomberos y que, de hacerlo, generaría un colapso en las finanzas de la Caja de Jubilaciones? No tienen vergüenza! Pagarles el retiro a estas personas, a todas juntas, equivaldría al sueldo de un legislador!”, argumentó Strauss.

 

“Muchos bomberos que tenemos familia y somos sustento de nuestros hogares, tenemos miedo a sufrir un accidente, porque son situaciones en que uno pone en riesgo su vida. La pregunta que uno se hace es ¿qué pasa al otro día? Porque hay casos de bomberos que han sufrido un accidente y han quedado a la buena de Dios. Hay bomberos que han sufrido una lesión en servicio y terminaron mintiendo, haciéndola pasar por la ART del trabajo porque es la única alternativa que tienen”, explicó Hermindo Ovando, jefe del cuerpo activo.

 

“Entre Ríos debe ser una de las  peores provincia del país en esta materia. Si una persona pierde la vida en un siniestro, calculo que el seguro que tiene la provincia no cubre el sepelio. Sí hay un seguro importante a nivel nacional en caso de pérdida de vida o incapacidad permanente”, agregó Srauss.

 

En tanto, Ovando comentó que desde la Federación de Bomberos Voluntarios de Entre Ríos se vienen trabajando en el nuevo proyecto que pretende modificar la ley vigente y que el secretario de esta institución, Federico Bataglia, está en contacto con los legisladores.

 

En este contexto, la gran falencia que hoy tienen los cuarteles son los recursos humanos. “Falta gente que se acerque y hoy esto se ve reflejado a lo largo y ancho del país. Es una responsabilidad enorme ser bombero voluntario; el voluntariado no es fácil de llevar adelante porque no se trata de colaborar una vez. Bomberos es una institución que tiene que tener una guardia los 365 días del año, puede haber períodos de una semana que no ocurra nada pero siempre hay actividad dentro del cuartel, vehículos que mantener, vehículos que se rompen y que necesitan mantenimiento, vehículos que no se pueden dejar parados porque se rompen más que si uno los usara todos los días”, manifestó Ovando.

 

Los datos preocupan: a los cursos de capacitación (uno de los cuales está por desarrollarse ahora en marzo), “llegan unas 10 o 15 personas y con suerte nos quedan dos sirviendo como bomberos”. De los que quedan, la mayoría no suele durar de cinco años…

 

El cuartel de Chajarí cumple 40 años y tiene alrededor de 32 bomberos voluntarios. “Nosotros no tenemos bomberos con más de 40 o 50 años de edad, que son necesarios para marcar el rumbo a los más jóvenes. Los gurises ingresan con 18 o 20 años, durante los primeros cinco años están con muchas ganas y después por la familia o el estudio o compromisos laborales, abandonan. Hoy yo soy el que tiene más permanencia, en marzo cumplo 20 años de servicio”, concluyó Hermindo Ovando.

 

¿Qué hacer para activar el tratamiento urgente de la ley? ¿Qué hacer para dar a cada uno lo que corresponde? ¿Hasta cuándo habrá gente dispuesta a ejercer un voluntariado, si quienes tienen el poder de tomar decisiones justas no lo hacen?

 

Ser bomberos… una locura… Gracias muchachos!!!

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