Por Claudia Cagigas
El 2 de diciembre de 2013, el Jurado del Concurso Provincial de Ideas para la Manzana de María Auxiliadora y Anteproyecto del Nuevo Templo en la Ciudad de Chajarí, se reunió para dar su veredicto. Estaba integrado por los arquitectos
Carlos Beherens (representante del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Entre Ríos), Marcelo Rojas (Parroquia María Auxiliadora); Osvaldo Mansur (representante de la Diócesis de Concordia), Ramón Prieto (FADEA) y el Presbítero Jorge Charreum.
Primero recorrieron el terreno y área urbana, luego evaluaron cada uno de los doce proyectos presentados y finalmente se decidieron en forma unánime por el presentado por los arquitectos chajarienses Mario Coulleri y Eduardo Butta.
Consideraron “acertada la propuesta por haber logrado con un edificio muy simple, moderno y bello responder a las necesidades” y emitieron un fallo dejando en claro que el “gran acierto” fue “lograr que a través de la morfología y matriz funcional del templo, edificios anexos y espacios exteriores de uso mixto y utilidad pública, se proyecte y materialice una imagen clara del espíritu de jerarquía, humildad e integración que significa el culto católico en esta comunidad”.
Destacaron además la reconversión de la manzana parroquial y la desmaterialización de los límites rígidos impuestos por la ocupación del suelo y construcción edilicia tradicional y consideraron que el edificio “tiene una escala adecuada, que se integrará muy bien al entorno urbano, pudiendo albergar holgadamente a los usuarios de los distintos servicios sin necesidad de recurrir a costosas estructuras elevadas o bandejas superpuestas desmedidas”. También valoró “la localización de actividades en la planta del subsuelo, recurso que posibilita disminuir el impacto ambiental, como así también, mejorar la sustentabilidad edilicia a través del ahorro de energía eléctrica, obteniendo la aislación térmica que garantiza el posicionamiento soterrado”.
Y en cuanto a la arquitectura, valoró “la propuesta de volúmenes simples pero de unas dimensiones lo suficientemente generosas como para garantizar en su interior las actividades requeridas”.
Señalaron algunos aspectos a mejorar, pero no hubo dudas de la conformidad con la propuesta, de la que subrayaron, además, “la virtud de ser de fácil resolución técnica, de rápida construcción y de una inteligente economía”.