Luana Hartwig, Camilia Etcheverry, Santiago Girardini y Matías Coradini Cagigas son universitarios que en tiempos de secundaria participaron del Modelo de Naciones Unidas en Chajarí y hoy continúan capacitando a otros jóvenes. Hablan de lo más profundo que el Modelo les dejó.
Por Claudia Cagigas
Durante los días en que transcurre el Modelo de Naciones Unidas, el Colegio Marista se revoluciona. Más de 300 chicos de distintos colegios secundarios de Chajarí, localidades aledañas y de varias provincias argentinas juegan a ser diplomáticos de los diferentes países nucleados en Naciones Unidas, debatiendo con una altura sorprendente problemáticas internacionales actuales. El juego arranca mañana viernes 16 de agosto y se extenderá hasta el domingo 18. “Más allá de todo lo que se estudia, hoy, mirándolo desde afuera, creo que lo que engancha es la experiencia de esos tres días. Muchos chicos se asustan al principio con todo el material que deben estudiar, pero cuando se animan a vivirlo y llegan a la instancia del modelo, se dan cuenta que su experiencia los cambió, que el conocimiento geográfico, político, económico de un país se transformó en un crecimiento personal porque hay muchos valores que se ponen en juego: conocés gente, te hacés amigos, te tenés que parar enfrente de un montón de personas a dar un discurso, a defender una postura, a interpelar a la persona que está en el estrado y todo eso es muy lindo. Muchos chicos que no se animaban a hablar en el aula delante de sus amigos, de repente se encontraron hablando en una asamblea delante de 200 personas. Creo que eso es todo un logro. Esa experiencia engancha a los chicos y excede al conocimiento escolar”, dijo Camila Etcheverry, una de las jóvenes universitarias que en sus años de secundaria participó del Modelo y hoy continúa como capacitadora de las nuevas camadas.
¿Dónde se informan, como se estudia para la ONU?
Entrevistado en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), Santiago Girardini, otro de los capacitadores universitarios, dijo: “Una de las grandes consignas de este proyecto pedagógico que significa el Modelo de Naciones Unidas es la educación no convencional, que un poco te saca del libro de texto”. La formación implica que los participantes no sólo sepan del país que deben representar sino también de otros países para poder responder, atacar, generar discusiones, buscar las falencias de otros países, indagar y, finalmente, intentar buscar consensos que se plasman en documentos.
Abriendo la mente hacia otras formas de entender el mundo
“Algo muy interesante que te enseña la ONU o que a mí personalmente me sirvió, es entender que no hay una sola verdad o una sola interpretación de los hechos… Por ejemplo, si abrís un medio norteamericano como CNN y un medio ruso como RT y lees sobre Venezuela, para Estados Unidos Maduro es un dictador que está matando gente de hambre y Guaidó es el presidente legítimo. Pero si lees RT la versión es la antítesis: Maduro es un tipo que llegó al poder por la vía democrática y está sufriendo un ataque y bloqueo económico de Estados Unidos. Hay que entender que seguramente la realidad está entre esos dos extremos: ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. Entender eso te da otra apertura para ver el mundo”, agregó Matías Coradini Cagigas, otro de los jóvenes capacitadores universitarios del Modelo. “Cuando llegás a la facultad te das cuenta que no trabajás con un manual que dice esto es así, sino con distintos autores con distintas posturas y por eso la ONU es un buen ejercicio”, subrayó.
Una preparación para la Facultad
Profundizando en la valiosa ayuda que el Modelo de Naciones Unidas les brindó para transitar sus estudios universitarios, otra de las capacitadoras actuales, Luana Hartwig, se mostró preocupada por la gran deserción escolar que notó en el primer año de la Facultad en la que cursa. “No sé si es por la dificultad para razonar o porque uno con 18 años es joven para elegir qué hacer. Sin embargo, había chicos que no podían extraer las ideas principales de un texto de 45 páginas. A mí no me fue de gran dificultad; tal vez por haber participado en estos modelos o tal vez porque en mi escuela me enseñaron a diferenciar, a ser crítico, a comprender un texto. Sin embargo, vi muchos chicos desaprobados porque no podían sacar ideas principales, chicos que habían terminado la secundaria”.
Aprender a ponerse en el lugar del otro, a pensar como lo harían los delegados de otro país, de otras culturas y defender con argumentos, sin lugar a dudas que es un excelente ejercicio para entender como es el juego democrático en la búsqueda de consensos.